Un encuentro, ¿Esperado?

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 Mis párpados se abren, y a mi vista, encuentro un húmedo cubrimiento gris que parece estar a una gran distancia —el techo—, pienso. Puedo apenas notar las telarañas que se originan allí. ¿Qué me ha pasado?... tengo un terrible dolor de cabeza, me siento mareada y tengo naúseas. Parpadeo varias veces y finalmente llevo mi dedo anular hacia mi lagrimal, quitando la mugre acumulada por dormir, trato de respirar pausadamente mientras tanto. Mi vista comienza a girar hacia mi izquierda, puedo alcanzar a ver cinco camas que siguen a la mía en una hilera, vacías.

 En esta época del año comienza a hacer un poco de frío, por lo que un escalofrío me recorre constantemente. Comienzo a sentir el horrible olor a enfermería (causado por los químicos y productos de limpieza que utilizan) y miro hacia mis pies. En ellos me encuentro con tres ramos de flores apoyados sobre una cómoda, con una carta entre las margaritas. Pero realmente eso, fue lo que menor sorpresa me dió, si no que al girar mi cabeza me encuentro con una sorpresa aún mayor. Mis ojos se abren como los de un saltamontes, y mis cejas se frunzen en señal de duda. En un asiento encimado a la ventana me encuentro con un chico rubio y pálido, que apoya su cabeza en uno de sus brazos; está durmiendo. 

 Me acomodo y me levanto de la camilla. Tomo mi abrigo (que estaba colocado en el perchero) y lo coloco suavemente sobre el cuerpo de Draco, intentando no despertarlo. Noto como Poppy Pomfrey (la enfermera de Hogwarts) se acerca lentamente hacia mí. En su brazo tiene apoyado una lista, la cual observa  seriamente.

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-Ha estado aquí desde que te trayeron -Se dirige a mí pausadamente, con una expresión de desinterés.- le obligué a que volviera a su sala común y descansara.

En ese momento noto como la mujer libera un suspiro.

-Pero...? -Pregunto, pensando en la respuesta.

-Es un chico muy terco .-Pomfrey cierra los ojos en señal de molestia.

No puedo evitar largar una pequeña sonrisa, y mi cara lo demuestra.

-Sí, lo es... increíble...

La última palabra la pronuncié de tal manera que nadie escuchara, por lo que la mujer volvió a mirarme, luego a él, y continuó hablando.

-Aunque también es un buen chico.

"Buen chico". La relación que Draco tenía con la enfermera no era nada buena, por lo que me sorprendió oír aquello.

 Asentí, sin decir una palabra más, me despedí de Poppy Pomfrey y me dirigí hacia el despacho de Albus, que por cierto, quería hablar conmigo. Cruzé varios pasillos, y me posé sobre los pies del ave, en tan solo un momento comenzo a elevarse, dando vueltas como una escalera caracol. Cuando para, me corro, y esta vuelve a su lugar. En frente mío tengo una puerta de madera, con detalles en hierro bañado en una pintura negra. Algunos cuadros que desconocía (como todos los que desbordaban por Hogwarts), pero las telarañas no liberan ninguna parte del castillo, puedes encontrarlas a cualquier hora, en cualquier momento, en cualquier lugar.

 Tomo la argolla de hierro, y la golpeo contra la puerta tres veces intentando no hacerlo demasiado fuerte o demasiado suave. En tan solo unos segundos esta se abre. 

-Permiso.

Digo con un tono leve, aunque no había nadie. Al pasar, aquella puerta de caoba se cierra sola, por lo que un escalofrío recorre mi espalda. En frente mío, me encuentro con unas escaleritas que conducen hacia un suelo un poco mas elevado, al cual me acerco. No tan distante puedo reconocer el escritorio de Dumbledore, a su lado veo una pequeña jaula, en la que se encuentra un pequeño fénix rojo, con destellos dorados y unos increíbles ojos celestes. 

Love Change (Draco Malfoy y tú) -Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora