VII

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☆ Felix 14 años ☆

Felix fue adoptado a los seis años de edad, después de esos seis años de edad ha tenido a sus padres que lo han querido, atesorado y apoyado en todo hasta su actualidad. Pero, ¿qué sucedió en esos primeros seis años de edad? ¿Cuál fue la razón por la que terminó en un orfanato? ¿Qué hay de sus padres biológicos?

Aunque todo esto ya todo el mundo lo sabía, nunca nadie se atrevió a preguntarle a Felix cómo se había sentido en esos seis años, aunque era tan solo un bebé, tan solo un niño, aquello puede hacer que su mente se desarrolle tan rápido como tan lento también. Felix, quien a sus seis años de edad ya tenía más conciencia que uno de siete u ocho, tenía su propio instinto de supervivencia a su modo, a su estilo, a su alcance, porque ¿qué puede hacer un niño con padres tan despreciables como esos? Correr, gritar, llorar y sentirse mal internamente, porque no se necesita ser grande para llevar tu estabilidad mental al límite, un niño también puede sufrir, incluso si todos pensamos que por ser pequeño ni siquiera pueden sentir el peso de las palabras.

Nadie se había preocupado tanto por él hasta ese día, cuando estando en la oscuridad que siempre los abrazaba, Minho preguntó.

—¿Qué?—preguntó confuso Felix, nunca creyó que escucharía esa pregunta.

— Es que tú me conoces demasiado bien, pero siento que yo conozco solo lo superficial de ti, igual si no te sientes cómodo está bien, no es necesario que me cuentes.— Felix volteó el rostro hacia el lugar donde venía la calmada y reconfortante voz, justo a su lado, donde el cuerpo de su mejor amigo respiraba con tranquilidad, mientras el de él comenzaba a ser un caos interno apenas escuchó aquella pregunta.

"Oye Lix, ¿me hablarías de antes que la tía Lee y el tío Lee te adoptarán? ¿A cuándo eras un niño y tus padres biológicos?" 

— Pues ya lo sabes, mis padres se olvidaron de mí por ahí en una calle y alguien me encontró y terminé en el orfanato otros tres años hasta qué mamá y papá llegaron para llevarme con ellos.— respondió quitándole importancia, ignorando el hecho de que su cuerpo estaba tenso y sus manos comenzaban a sudar.

—No creo que eso sea todo —respondió Min inconforme con la respuesta dada. Minho se sentó y Felix hizo lo mismo. A pesar de la oscuridad en la habitación, Lix podía ver el rostro del mayor y viceversa. Amaban ser solo ellos dos en la oscuridad — acuéstate aquí — el peli negro señaló su regazo y el menor estando algo confundido volvió a acostarse, solo que ahora su cabeza estaba donde antes le habían señalado.— Ahora, si realmente no estás cómodo ni bien hablando de eso entonces lo entenderé y dejaré el tema, pero si quieres contarme entonces yo escucharé en silencio, quiero saber cómo te sentiste, que cosas pasaste y qué cosas te llevaron a ser el chico que conozco hoy, quiero saber cada mínimo detalle de ti.

Felix suspiró, las manos de Minho comenzaron a acariciar su rubio cabello y ahora con sus ojos cerrados tomó la valentía de poder hablarlo.

— Bien… Viví con mis padres hasta los tres años, los primeros dos era obvio que no iba a tener conciencia porque tan solo era un bebé, a mi madre le gustaba jugar conmigo y me enseñaba algunas palabras, durante la noche me daba mi tetero y con eso yo podía dormir hasta el otro día, en el juicio de hace un año descubrieron que mi padre le pedía a mi madre que me durmiera y le entregaba unas pastillas para dormir, ella las trituraba y diluía en mi bebida, al ser solo un bebé no sabía nada, no podía hacer nada, así que solo me dormía como ellos querían y así podrían hacer cualquier cosa sin tener que encargarse de mí.— las caricias en su cabello nunca se detuvieron.— A los tres años comencé a tener un poco más de conciencia y había comenzado a ser más rebelde, por lo que mis padres no me podían controlar, así que comenzaron a castigarme con duros golpes y gritos que me atemorizaban, yo tan solo lloraba deseando que con mi llanto se detuvieran, pero entre más lo hacía más me lastimaban; cuando llegaba la noche parecían personas distintas, reían por todo y me dejaban hacer lo que yo quisiera, ellos simplemente se echaban en el sillón a beber, fumar y drogarse, aprendí a abrir puertas y cerrar las mismas gracias al humo de sus cigarros, no podía soportarlo así que solo me encerraba en alguna habitación de la horrible casa donde vivía. Habían noches donde quedarse en casa no era suficiente para ellos, mi madre, quien más aprecio me mostraba, me bañaba y arreglaba para luego los tres salir a barrios escandalosos, peligrosos, con mucha gente y olores horribles.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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