~ 𝐸𝑣𝑒𝑟 after ♫

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-Quitense del camino, maldición- Ordenaba con molestia y paso apresurado.

-Las personas lo miraban con temor y otros con rareza apartándose del camino.

-Mierda- ¿Qué si había una razón para estar así? , Sí. La había. Choi Beomgyu un estudiante con el que lastimosamente compartía apellido se había llevado su informe calificado por accidente y lo inexplicable es...¿Cómo carajos alguien que estudia música puede llevarse un informe de derecho por error?, ¿Cómo sabía que estudiaba música?, bueno porqué tenía unas jodidas partituras en lugar de sus 45 leyes escritas y volviendo a la pregunta principal, la respuesta era clara puesto que el chico hacía labor social en las tardes y confundió sus partituras con esos informes. Y no podían culparlo, la carpeta de sus partituras era color celeste igual qué la de el alto que ahora iba directo a matar a dicho estudiante.

-Choi Yeonjun, era un estudiante de la Facultad de leyes que odiaba a todos, no habían excepciones en lo absoluto. Todos los días asistía a sus clases con un "𝐴𝑙𝑒𝑗𝑎𝑡𝑒 𝑜 𝑡𝑒 𝑎𝑠𝑒𝑠𝑖𝑛𝑜" en su rostro y bueno era muy popular ante las chicas puesto a su increíble rostro pero ninguna tenía experiencia con él, por lo que sabían le gustaba estar solo y jamás hablaba con nadie que no se le pareciera a un superior en el lugar; Era cómo un robot en automático decían, entraba a clases y salía con la misma, no se quedaba en algún lugar después. Nada eso era parte de su rutina, era extraño. Choi era raro y aunque su apariencia diera ganas de tener con él el mejor revolcón de su vida nadie se atrevía si quiera a mirarlo.

-¡¿Choi beomgyu?!- Sacudió al chico con fuerza desmedida causándole una gran sorpresa.

-N.. No- Negó rápidamente - Soy Teahyun- Se excusó.

-¿En dónde está?- Acarició su cien.

-En la máquina expendedora- Señaló un el cabello rojizo que podía divisarse desde el ventanal.

-Yeonjun ignoró al chico y se fue sin siquiera dar las gracias.

-Tú- Grito acercándose al individuo.

-Yo- Alzó una ceja con diversión.

-Choi Beomgyu pertenecía a la Facultad de música y al mismo tiempo a un curso de diseño gráfico por las noches, era dulce y todos morían por si quiera ser su amigo, la forma en la qué decía las cosas resultaba ser de admiración y adoración por los demás, era un alma pura qué jamás se atrevería a lastimar a un ser vivo. Era delicado cómo un cristal qué podría romperse en cualquier instante y también demasiado inteligente para estar en música. Casi siempre escogían esa carrera porqué su puntaje era insuficiente para cualquier otra cosa pero a Gyu realmente le gustaba, y sí pudo haberse postulado para medicina pero entonces no sería feliz. Y claro lo más importante Beomgyu era extremadamente sensible, lloraba sí algo le gustaba, sí sus amigos le ignoraban se ponía triste y bueno su piel también era igual que sus sentimientos. Los roces le dolían cómo navajas y era posible dejarle moretones con tan solo un agarre, ¿Porqué sucedía?, jamás lo supo pero era así. Cómo sea ahora mismo estaba parado frente a un chico con un aspecto bastante atractivo pero lo que en verdad no le transmitía calma era el fuego que si podría echaba por la boca.

-No sé qué demonios te la pasas haciendo cómo para qué seas tan descuidado de llevarte mi calificación-Se acercó sacudiendo por sus brazos fuertemente.

-Auch- Se apartó acariciando sus extremidades.

-Por favor, no seas ridículo- Burló por el acto del bajo.

-Beomgyu tenía lágrimas en sus ojos y no pudo contenerlas puesto a qué salieron por voluntad.

-No tengo tiempo para esta ridiculez, ¿dónde están mis notas niñito? - Preguntó acercándose más al menor.

-Choi incrementó el llanto y el alto solo pudo dejar su enojo de lado.

-Mira enserio necesito las calificaciones y tú las tienes- Apuntó con su dedo.

-Y.. o- Sorbió su nariz pero las lágrimas siguieron saliendo.

-El alto respiró fuertemente sin paciencia alguna.

-Carajo- Jaló su mano con fuerza.

-Me duele- Quitó su mano de la del alto.

-Eres patético si crees que te due- Yeonjun no logró terminar su oración puesto que los moretones en la mano se tuvieron visibles de manera inmediata asombrandolé.

-Yeonjun se quedó en silencio mientras el bajo sollozaba, es decir qué más podría hacer en dicha circunstancia dónde su paciencia era cómo un reloj de arena qué estaba apunto de acabar.

-Las hojas están en mi bolso- Habló por fin con dificultad, luego metió sus manos allí y entregó el artículo.

-Yeonjun la abrió y revisó el folder viendo qué nuevamente no era el suyo.

-Esto no es mío- Alzó una ceja para luego leer el título. -¿Felices para siempre? - Carcajeó.

-Es mi canción- Sonrió limpiando sus mejillas empapadas por el agua salada.

-No existe un felices para siempre- Viró sus ojos.

-Ya ~- Musito el bajo entregando ahora el folder correcto.

-Cómo sea no vuelvas a robar mis cosas, me desagradas- Se marchó dejándo al chico con algo de temor.

-Pero no las robé- Puchereó acariciando su brazo.

-Beomgyu para Yeonjun era lo que se catalogaba cómo un muñequito de porcelana, era sumamente cuidadoso al sentarse, e incluso al vestirse. Lo veía todos los días en el almuerzo. Era sumamente adorable, un niño de mamá con sus Cardigan de colores pasteles y shorts largos, a veces pantalones negros qué combinaban perfectamente con sus botas y cabello desordenado, pudo percatarse de las veces que lo traía atado en una coleta. Sí el chico le causó suspiros más de una vez lo admitía para el mismo, pero tal vez era demasiado imbécil para invitar a salir a un Ángel cómo lo era él. El punto era qué solo con mirarlo sangraria, era tan... Frágil.

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