Parte 2

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                           Ahora Yo
     

      
      

      Me encontraba observando el paisaje nevado desde el Silverado negro doble cabina que compré hace cómo un mes, para usarlo si llegara a pasar cualquier emergencia con Line o algo parecido, hasta que no se presentará el inconveniente, no lo usaría.

       Y justo el día de hoy se presentó el "inconveniente" o la famosa "emergencia", y vaya que para mí, sí lo es, y no solo para mí, sino para Line.

        Line se encuentra a mí lado con su abrigo de peluche, ya que si somos sinceros, es la misma tela con la que usan para hacer los peluches suaves y esponjosos, y por esa misma razón me pidió que se la comprara, y yo acepté ya que era el único abrigo color rosa que tenía bolsillos, y venía con una capucha de conejo, y unos pompones, cualquiera que la viera, diría que se vé adorable. Cosa que para mí no me gusta de la gente, esa fué otra de las razones por qué se lo compré, ya que Line es una niña que llama mucho la atención, así que siempre le compro ropa que llame más la atención que ella misma, con decir que una vez la vestí de sapo por si le llegaba dar mal de ojo, por tantas personas envidiosas.

       Mientras ella jugaba con su tablet, yo me dedicaba a mirar por la ventana, la nieve; las casas con chimeneas; los árboles con adornos de navidad...» Navidad eh?. « » Hace tiempo que no la celebro cómo en aquellos tiempos, donde pasaba toda la noche hasta el amanecer tomando, bailando, jugando póker o dominó, y luego en la mañana comer las especiales hallacas de mi madre, o sino la infartable sopa. En fin, disfrutar al máximo la misma vida que tienes por delante, por que ...después de todo, así mismo cómo puedes pasar años viviendo entre lujos y detalles, así mismo todo puede desaparecer en un sencillo segundo. «

       Al detenerce la camioneta, mi conductor me abre la puerta y yo bajo primero respirando el aire helado de la temporada, y luego ayudo a bajar a Line, la cuál mantiene una mirada emocionada, pero relajada, a la vez que se sostiene de mí mano y sujeta un poco fuerte su bolsito de conejo; mientras ambas solo tenemos ojos para el enorme puerto que tenemos al frente, que aun con toda esa capa de hielo y nieve, sigue siendo precioso cómo lo sigo teniendo gravado en mis recuerdos.

       Empezamos a caminar, al principio por la acera, y hay unas escaleras que te llevan abajo, donde se encuentra el muelle y todos los veleros y barcos; pero como puede causar una desgracia si vamos abajo con la madera resbalosa y húmeda, seguimos caminamos por el mismo camino hasta llegar a las puertas que nos llevaran al Ocean Dreaming, cómo es tan famoso, hay muchos autos estacionados por todo el estacionamiento y varias personas saliendo y entrando.

       Para entrar tienes que comprar la entrada, el cuál es un ticket con varios cupos, entregas el ticket y te quedas con los cupos, los cuales son como entradas para utilizarlas luego, suerte que Kathe nos compró las entradas y solo tuvimos que entregarlas a un chico con uniforme azul al pasar. Bajas las escaleras oscuras pero mientras más te adentras te acostumbras ala oscuridad y llegas a la luz.

       Justo cómo me lo imaginaba, abajo te encuentras rodeada por peceras enormes, las paredes y el techo es de cristal y puedes ver los millones de peces de diferentes colores, y variadas especies, sin contar el piso, el cuál es normal.

      A mí derecha está el puesto donde venden bebidas y golosinas para el camino; opto por comprar dos jugos de naranja y una caja de donas, antes de seguir el recorrido. Por supuesto, no solamente se trata de peces y padres de cristal, también hay un parque acuático, dónde se encuentra una piscina, hay toboganes, columpios, típico de un parque; hay asientos por doquier, una zona de juegos, ya sea de atrapar peces de juguete con una espátula y sacarlos del agua sin que está se rompa; está uno de adivinar todas las palabras que se encuentran en una pantalla en un corto periodo de tiempo, otro dónde explotas globos de peces con un dardo, uno donde te montas es un submarino que te lleva a recorrer por diferentes peceras y observar o admirar más de cerca los peces o animales marinos que se encontraban allí.

      Yo por otra parte, me encontraba buscando algo que me llamaba, aquel lugar donde siempre encontraba paz, y lograba calmar mis pensamientos y ordenar mi mente.

       Pero no me temo que no lo encuentro, tal vez...lo hayan eliminado y remodelado ese lugar donde pasé hermosos momentos cerca de él.

  —Mami qué ocurre?. —Me pregunta mi pequeña mientras se come una dona de chocolate.

  —Estoy buscando un lugar especial. —Le respondo con una sonrisa, mientras me agacho y la limpio con una servilleta.

  —Es muy especial?. —pregunta con intriga.

  —Sí, normalmente iba a ese lugar cuando estaba triste o cuando quería estudiar. —Admito mientras recuerdo aquellos tiempos. —Era un lugar muy hermoso y relajante.

  —Entonces te voy a ayudar a buscarlo, tiene nombre?.

  —Se llamaba la sala de las medusas. —Le digo tratando de recordar en dónde se hayaba. —Tenemos que preguntarle a alguien.

  —Mira mami, le voy a preguntar a él. —Y sale corriendo hacia la persona señalada con el uniforme azul que se encuentra un poco lejos de aquí.

  —Espera Line!, no corras tan rápido. —Le grito mientras voy tras ella.

  —Disculpa sabes dónde queda la sala de las medusas?.

       En eso un hombre, con cabellos negro y uniforme azul se voltea y se arrodilla ante la pequeña sonriente.

  —Vaya, no pensé que a alguien más que yo le gustará esa sala. —Dice él apuesto hombre.

  —Enrealidad me intriga, pero la busco por mí mami.

  —Por tú mami?, ella se encuentra haya?. —Me pregunta, por un momento pienso que es muy entrometido, pero es de mala educación no responder a una pregunta.

  —No pero ella quiere volver a ver esa sala. —Respondo mientras lucho por no fruncir mi entrecejo.

  —Line!, te dije que no corrieras tan rápido. —digo un tanto enojada y sonrojada por la carrera.

  —Mami él sabe dónde está la sala de las medusas.

  —Ciella.

       Y cuando levanto la mirada hacia el dueño de aquella voz tan confusa, que me resulta tan familiar...
              ...lo veo, y quedo petrificada, pero eso tendría que ser imposible, porque él está muerto.

  —Brendan.

      Fueron mis últimas palabras antes de que mi corazón se alterada junto con mí respiración, y mi vista se nublara abriendo paso a la sublime oscuridad.

Concidencias: BeforeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora