Capitulo 4 parte 2

3 0 0
                                    

             "Qué suerte la nuestra"

                       CIELLA

       Me encontraba acostada en una cama mientras olía ese delicioso aroma a menta y cítrico, la verdad es que me embriagaba tal olor, pero ese no era el olor de mi cama y tampoco mío...por lo que abro mis ojos cómo platos de porcelana, y veo un techo que no conozco, un techo de madera cuando el mío es un techo razo blanco. Y es cuando siento un dolor por todo mí cuerpo, que me hace moverme hacia un lado y termino viendo un cuerpo...«¡¡¡Mierda!!!, carajo la que se iba a acostar con un hombre era Kathe no yo...¿y ahora que hice?.» «Por lo menos que sea alguien guapo.» Pienso, antes de levantarme para ver al personaje, pero quedo sin aire en mis condenados pulmones al saber de quién se trata.

       Agarro mi ropa cómo puedo y me voy al baño, una vez que cierro la puerta y le paso el seguro suelto el aire que inconscientemente he contenido, «¡¡Dios!!, estoy en problemas». Me veo en el espejo y todavía me arrepiento de todo lo que pasó anoche, tengo chupones por todos lados, y los rasguños ni se diga, creo que dormí con un gato en vez de una persona, mi maquillaje está corrido, no sé ni en qué momento me gasté el labial. «Parezco una recién follada Joder». Si mi padre se entera me va a matar, y ni se diga de mi madre.

       Baño y me visto lo más rápido que puedo, agarro mi cartera y busco mi teléfono y le envío un mensaje a Kathe para que me venga a buscar. Me quedo ahí un momento hasta que llega un mensaje de ella diciendo que espere un momento, que no sabe ni dónde está y que por si acaso le envié mi dirección.

       Al no saber dónde estoy abro la puerta del baño con mucho cuidado y me voy a la ventana, veo unas casas al frente de colores blancas y negras, pero enseguida sé que sigo en la fraternidad, cuando le envío el mensaje siento que alguien me pone una mano en la cintura y algo se afinca en mi hombro.

  —Buenos días cachorrito. —Me susurra al oído con una voz ronca y con un aire sexi...«!!¿Que coño estoy pensando?!!».

  —...Brendan... .—Digo su nombre casi cómo un ligero susurro, pero es que las fuerzas me abandonan.

  —¿Um?, ¿qué pasa?...¿te duele algo?. —Dice mientras lo noto un poco rígido pero eso no le quita su tono de voz sensual.

  —¿Qué fué lo que pasó ayer?. —Pregunto la mera verdad, demasiada asustada para siquiera escucharla.

  —¿No te acuerdas?. —Me pregunta mientras me da la vuelta para que lo mire a la cara.

       Lo primero que veo es su barbilla.... perfectamente afeitada y cuidada, seguido de unos labios que me condenan a la mismísima locura y que...justo ahora lucen hinchados, y luego sus ojos...esas dos esmeraldas que se han convertido en mi hobby y mi droga, aquellos que tienen un aura misteriosa y penetrante, tan oscuros y enigmáticos que me llevan a la mismísima calma cómo el espectacular baile de las frondosas hojas en la cálida briza veraniega de marzo.

  —Olvida la pregunta, me voy de aquí. —Y es cuando trato de salir pero no tengo escapatoria con él pegado a mi cuerpo y sus dos brazos impidiendo mi paso.

  —A no, seré yo quien te lleve a tú casa, y no acepto un no cómo respuesta. —Dice con esa sonrisa que me vuelve débil con solo echarle un vistazo.

  —Uy perdona... rey del drama. —Digo tratando de sonar seria, lo que me cuesta pero no pienso rendirme. —Pero no te permitiré que me lleves a mi casa después de que salí de fiesta con mis amigas.

  —¿Y eso  qué importa?, ¿no podemos decir que yo también estaba en la fiesta y que te hice el favor de llevarte?. —Dice imclinadose hasta llegar a mi cuello...«Carajo».

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 25 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Concidencias: BeforeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora