One shots - Riverducción

Fantasmas - Humbe

Samy: ya tienen mi vestido listo, solo necesito ir a recogerlo y esperar una semana para casarnos - dijo la rubia abrazando a su prometido al instante.

Félix: ¿Estás contenta mi Samy? 

Samy: demasiado, ¿tú no? - no hubo respuesta, se separó para ver al pelinegro, tenía una mirada triste - Félix... ¿Qué pasa? - tomó sus manos percatándose de que estás estaban demasiado frías - amor...

Félix: tienes que dejarme ir Samy... - tomó el rostro de la chica.

Samy: ¿de qué hablas?

Félix: cariño, tienes que soltarme... Te amo... Los amo... No lo olvides ¿sí? - besó la frente de la más pequeña.

Samantha despertó con lágrimas en sus ojos, se sentó en su cama abrazándose a sí misma buscando consuelo, de nuevo ese sueño la había engañado cruelmente...

Un sonido de una notificación de su celular la hizo reaccionar, lo tomó para revisarlo...

Ari 🍒

Hola Samy

Buen día

Nos vemos en un rato

Recuerda que nunca se van de nuestra alma los que hicieron magia en nuestra vida

Te amamos ❤

Con una sonrisa melancólica apagó su celular dejándolo a su lado, gracias a sus amigos ella seguía de pie, recordó una de las frases que la rompió hace un mes...

"lo lamentamos mucho, el joven Félix acaba de fallecer"

Una lágrima bajó por su mejilla, la limpió con su mano izquierda y vio el anillo que portaba en su mano izquierda y sonrió triste.

Aún dolían todos esos recuerdos.

Con el dolor en su pecho se levantó para dirigirse a la ducha y vestirse, salió de la fría habitación para ir a la cocina a desayunar.

Entró a está encontrando una silueta grande y alta... Cerró sus ojos sacudiendo la cabeza levemente, al abrirlos ya no estaba la silueta...

Su mente no estaba de su lado.

Desayunando recordó los momentos que vivió con Félix a su lado, cuando iban a la universidad, a sus eventos de premios, la velada, sin duda estaba lastimando una herida que todavía no cerraba, recordó el día del entierro, ella cayendo de rodillas llorando destrozada y sus amigos tratando de ser fuertes por ella, todos querían a Félix, era una persona que no merecía esa enfermedad... Y ellos, no merecían ese dolor, mucho menos Samantha...