"Aclaro que la mayoría del tiempo hablan en sueco ya que están en Suecia y es el idioma oficial, cuando se cambia de idioma se pone en los diálogos y su respectiva traducción"
Akira Shinoda
Levanto mi cigarro e inhalo, inspiro el humo dejando que cale en mi garganta.
Dejo que llene mis pulmones por unos segundos para después exhalar por la boca lentamente, observando como el humo se dispersa en el aire.
Hay una zona exclusiva para fumar, así que me encuentro observando desde el balcón las calles de Suecia. Hay varios clubes, haciendo competencia para ver cuál es mejor.
Golpeo con suavidad el extremo del cigarro, observo como las cenizas se desprenden y caen deshaciéndose en el aire.
Inhalo una última más para lanzar la colilla al suelo y aplastarla con la punta de mi zapato. Vuelvo a la zona VIP, traspasando la cortina negra que divide la zona para fumar con la zona para gozar.
Mis ojos van a la mesa, encontrándose vacía. Camino hasta el balcón y busco con la mirada a la rubia.
Estaba algo subida de alcohol cuando fui a fumar así que lo más seguro es que fue a bailar.
Unos segundos más y la encuentro en la barra dónde justo un bartender está entregándole un cóctel. La rubia está de perfil así que puedo ver perfectamente como sonríe y dice algo para volver a la pista moviéndose sutilmente.
Camina hasta llegar a un grupo de jóvenes, dos chicos y tres chicas. Establecen una conversación que me resulta imposible entender, aunque por el movimiento de sus labios solo pude entender una sola palabra sueca «alkohol» que es alcohol.
El chico rubio se acerca a Ebba y se inclina para susurrarle algo al oído. Se aleja un poco permitiendo que la rubia lo mire y sonríe asintiendo.
Se van a la pista de baile, las luces LED se apagan y inicia una melodía que conozco perfectamente.
Las luces LED se enciende de un color rojo. Y Earned It de The Weeknd empieza a sonar por los altavoces del Club.
La melodía sensual hace que los jóvenes que estaban sentados se levanten y vayan al centro de la pista.
El rubio toma de las caderas a Ebba y la atrae a su cuerpo, haciendo que ella envuelva sus brazos en su cuello.
Observo atentamente cada uno de los movimientos de ambos, Ebba se da la vuelta en sus brazos, su brazo derecho va a su cuello y lo jala a la altura de su rostro.
Susurra algo y sintiendo mi mirada alza sus ojos, encontrándose con los míos.
Sonríe y es ahí cuando deslizo mis ojos por su cuerpo observando cada movimiento que hace en los brazos del rubio.
Bailando para mí pero en los brazos de otro.
Su cabello rubio cae en ondas seductoras sobre sus hombros, sus labios entreabiertos seguramente emitiendo suspiros suaves.
Ebba se deja llevar por el ritmo lento y sensual, moviendo sus caderas con gracia y destreza. Sus movimientos son suaves y fluidos, como si estuviera acariciando el aire con cada gesto.
Con cada compás, Ebba se desinhibe más y más, liberando su lado más ardiente y salvaje. Sus ojos brillan con un brillo intenso y desafiante, fijos en mí.
Las luces LED iluminan su piel blanquecina, resaltando cada línea y curva de su cuerpo en movimiento. Sus manos se deslizan con gracia por su figura, acariciando suavemente la seda de su piel mientras continúa danzando al ritmo de la melodía sensual.
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Fugu
Short StoryEn el ajedrez, como en la vida, la decisión de cada movimiento puede cambiar el rumbo del juego. El juego solo acaba cuándo el rey cae.