Capítulo 2: El Mensaje de Carlos
Después de una agitada semana de clases y actividades extracurriculares, Stephano encontró un momento tranquilo en la biblioteca para repasar sus apuntes de matemáticas. Mientras hacía anotaciones en su cuaderno, sintió la vibración de su teléfono. Era un mensaje de Carlos, su amigo en línea y primo de Valentina.
Carlos: (mensajeando) Steph, necesito hablar contigo. Es algo importante.
Intrigado por el tono del mensaje, Stephano dejó de lado su cuaderno por un momento y respondió rápidamente.
Stephano: (respondiendo) Claro, Carlos. ¿Qué sucede? Estoy en la biblioteca ahora mismo.
Carlos: (escribiendo) No es algo que pueda decir por mensaje. ¿Podemos encontrarnos en línea más tarde?
Stephano frunció el ceño. Carlos no solía ser tan enigmático en sus mensajes. Se preguntó qué podría ser tan importante como para no poder discutirlo en ese momento. Guardó su teléfono y decidió concentrarse en sus estudios, aunque su mente seguía divagando sobre las posibles razones detrás del mensaje de Carlos.
Después de una hora de estudio intenso, Stephano cerró su cuaderno y decidió tomar un descanso. Salió de la biblioteca y se dirigió al patio central del instituto, donde podía relajarse un poco y dejar que sus pensamientos se aclararan.
Mientras caminaba por el patio, su mente volvió a la conversación pendiente con Carlos. Se preguntó si algo malo había sucedido o si Carlos simplemente necesitaba consejo sobre algo personal. No pudo evitar sentirse preocupado por su amigo y deseó que pudieran hablar pronto para aclarar las cosas.
En ese momento, Stephano notó a Cristina sentada en una de las bancas del patio, mirando fijamente su teléfono con una expresión seria en el rostro. Ella estaba absorta en la pantalla, pero al ver a Stephano acercarse, pareció darse cuenta de su presencia y guardó rápidamente el teléfono en su bolso.
Stephano: (curioso) ¿Todo bien, Cristina?
Cristina: (intentando sonreír) Sí, todo bien. Solo estaba revisando unos mensajes. Nada importante.
Stephano notó la leve incomodidad en su voz y sintió que había algo más detrás de esa respuesta evasiva. Decidió no presionarla, pero la curiosidad seguía picándole.
Stephano: (con cuidado) ¿Segura que no pasa nada? Parecías un poco... distraída.
Cristina: (suspirando) Es solo... algo personal. No te preocupes por eso.
Stephano asintió, respetando su privacidad pero sintiendo una ligera inquietud en el fondo de su mente. Se preguntó qué podría estar pasando con Cristina y si había algo que él pudiera hacer para ayudarla.
Antes de que pudiera decir algo más, el timbre del instituto sonó, anunciando el final del descanso y el comienzo de la siguiente clase. Stephano y Cristina se levantaron de la banca y caminaron juntos hacia el edificio principal.
Stephano: (intentando cambiar de tema) Oye, ¿te gustaría ir a la cafetería después de clases? Podemos seguir charlando como lo hicimos la semana pasada.
Cristina: (sonriendo débilmente) Sí, me encantaría. Necesito un buen café después de hoy.
Stephano notó que Cristina seguía un poco distante y se preguntó si había algo más que ella no estaba compartiendo. Decidió ser paciente y estar allí para ella, como un buen amigo debería estar.
Así, mientras se dirigían a sus respectivas clases, Stephano no pudo evitar sentirse intranquilo por los mensajes misteriosos de Carlos y la actitud reservada de Cristina. Se preguntaba si ambos temas estarían de alguna manera conectados o si simplemente era una coincidencia inusual.
