Capítulo 13

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La madre de Aome observaba con preocupación la situación emocional de su hija. Aunque deseaba profundamente que Aome encontrara la felicidad junto a Inuyasha, sabía que las cosas no estaban avanzando como esperaba. No podía ignorar la tristeza y la confusión que Aome llevaba consigo desde su encuentro con Inuyasha y Kikyo.

Sin embargo, también entendía que Aome necesitaba espacio y tiempo para reflexionar sobre su vida y tomar decisiones importantes para su bienestar. Cuando Aome mencionó la posibilidad de irse por un tiempo, su madre sintió una mezcla de preocupación y comprensión. Sabía que su hija necesitaba este momento para encontrar claridad y paz interior.

Con una sonrisa tranquila y palabras de aliento, la madre de Aome decidió apoyarla en su decisión. Aunque le preocupaba la salud del abuelo de Aome, optó por no añadir más preocupaciones a su hija. Tranquilizó a Aome asegurándole que su abuelo se veía bien en ese momento y que ella misma se encargaría de informarle si hubiera algún cambio significativo en su estado de salud.

"Ve tranquila, hija", le dijo su madre con ternura. "Tu abuelo está bien por ahora, y si algo cambia, te lo haré saber de inmediato. Tómate tu tiempo y cuida de ti misma. Estaré aquí cuando decidas volver."

Las palabras de apoyo de su madre fueron reconfortantes para Aome. Agradecida por su comprensión y apoyo incondicional, se preparó mentalmente para el viaje que la llevaría lejos de Japón, al menos por un tiempo. Era el comienzo de un viaje de autodescubrimiento y sanación emocional que ella sabía que necesitaba desesperadamente.

La decisión de partir hacia Canadá fue algo que Aome mantuvo en secreto hasta el día antes de su partida, incluso de Sango. Evitó encontrarse con Inuyasha porque no sabía cómo reaccionaría al saber que se convertiría en padre. Aome se convenció a sí misma de que Inuyasha debía amar profundamente a Kikyo y que ella era solo parte de su pasado. Regresar a Canadá se presentaba como una oportunidad para encontrar claridad y paz en medio del caos emocional que enfrentaba.

Mientras tanto, recibió noticias positivas de la editorial: pronto publicarían su trabajo. Con pocas correcciones pendientes, comenzaron el proceso de diseño de la portada y determinaron la cantidad de copias a imprimir. Aome se dio cuenta de que esto podría hacerse desde Japón, pero decidió usarlo como una excusa perfecta para regresar a Canadá.

Le pidió a Sango que felicitara a Inuyasha en su nombre, en caso de que no lo hubiera hecho aún, y le confesó que Kikyo la había contactado para contarle sobre el bebé que esperaba con Inuyasha. Este último detalle complicaba aún más las emociones de Aome y reforzaba su decisión de alejarse temporalmente de Japón.

A través de estos eventos, Aome enfrenta una encrucijada emocional crucial, luchando con sentimientos de pérdida, confusión y la necesidad de encontrar su propio camino hacia la felicidad y la realización personal.

La situación entre Sango, Miroku, Inuyasha y Kikyo se vuelve tensa con la revelación de que Inuyasha será padre y que Aome ha decidido irse de nuevo, sin haber sido informada directamente por Inuyasha. Sango confronta a Miroku por no haberle contado sobre la situación de Inuyasha y expresó su dolor por el hecho de que Aome se va justo en este momento crucial. Se pregunta si fue un error traer a Aome de vuelta, considerando cómo esto podría estar afectando emocionalmente a su amiga.

Cuando Miroku finalmente le cuenta a Inuyasha, ya es demasiado tarde y Aome ya se ha ido una vez más, lo que agrega a la frustración de Sango por la falta de comunicación y la situación no resuelta.

Sango también confronta a Kikyo por haber revelado la noticia de la paternidad de Inuyasha de una manera que ella considera inapropiada. Cree que Inuyasha debería haber sido quien informara a sus amigos más cercanos sobre este importante cambio en su vida.

Empezando de nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora