Capítulo 3

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Desde que regresaron a la oficina, Clarke y Lexa aún no se habían hablado, refugiándose detrás de su trabajo. De hecho, habían estado encerradas en la sala de reuniones común durante un par de horas para redactar un importante acuerdo para una empresa de importación y exportación. Los compañeros con los que trabajaban se habían alejado por un momento a tomar un descanso: un café caliente y algo de comer, dejándolos solas en esa habitación que parecía envuelta en un silencio casi irreal.

El teléfono de Lexa comenzó a vibrar sobre la mesa, pero ella lo ignoró por completo, decidida a poner una nota en el papel que estaba leyendo. Clarke la miró, casi molesta por el zumbido del dispositivo.

— ¿No respondes? — Dijo con reproche.

— Quienquiera que sea, puede esperar, no tengo tiempo para charlar ahora, solo tenemos que cerrar este trato — respondió escuetamente sin quitar la vista del papeleo.

El móvil dejó de vibrar, pero casi inmediatamente empezó a zumbar sobre la mesa otra vez.

— No sé quién es, pero parece bastante importante. Quizás algo pasó — dijo Clarke de nuevo, tratando de razonar con la castaña.

Finalmente, Lexa levantó la vista del papeleo y se volvió hacia la rubia.

— No creo que sea de tu incumbencia quién me llame, Clarke, piensa mejor en trabajar y cerrar este trato rápidamente— respondió con dureza mientras el teléfono seguía vibrando. 

Clarke miró a Lexa molesta, últimamente tenía el poder de irritarla por la más mínima cosa, entrecerró los ojos en dos rendijas incinerándola con su mirada, quisiera deshacerse de ella para siempre. Estuvo a punto de objetar, pero fue interrumpida por la llegada de sus compañeros quienes colocaron cuatro cafés humeantes y cuatro donas en el centro de la mesa.

Después de detenerse por un minuto, el teléfono de Lexa comenzó a vibrar nuevamente. Clarke se levantó de un salto, lo agarró con un resoplido y respondió.

— ¿Diga?

Perdón por molestarla, señora, soy Indra.

— Hola, antes de continuar, no soy la señora Woods, sino su asistente — inventó Clarke. — No puede contestar ahora, ¿quieres dejarme un mensaje? — agregó, tratando de ser lo más complaciente posible, mientras la mirada furiosa de Lexa la traspasaba de un lado a otro y la de sus compañeros era curiosa.

Hola, soy la niñera. Sólo quería decirle a la señora que Madi tiene fiebre muy alta.

— ¿Puedes esperar un momento en la línea, por favor? — le preguntó retóricamente, para luego pasarle el teléfono celular a Lexa.— Tu hija está enferma, tiene fiebre muy alta. Creo que es hora de dejar de lado el trabajo y hablar con la niñera, ¿no? — la enfrentó diciéndole lo que debía hacer, sin importarle la mirada de fuego que tenía la castaña, y le ofreció el celular.

Se levantó de un salto, agarró el teléfono con enojo y respondió derramando toda su ira contra la persona equivocada.

—¿Qué pasa, Indra?

Perdón si la molesté, pero Madi tiene fiebre alta y quería saber si debía llamar al pediatra o llevarla a urgencias— le preguntó vacilante el ama de llaves.

—Indra, no digas tonterías, no hace falta que la lleves a urgencias. Solo tiene un poco de fiebre, llama al pediatra. Y no me molestes más con estas cosas, también te pago para que tú te hagas cargo ¡Y tomes estas decisiones! — dijo fríamente.

Habiendo dicho esas palabras terminó la comunicación, sin siquiera molestarse en preguntar sobre el estado de su hija y sin pedirle a la niñera que la llamara si había algún cambio.

Trust me... Again (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora