Capítulo 15

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Clarke acarició el cabello castaño de Lexa con su mano buena y esta giró su cabeza hacia un lado para poder besar su palma, luego volvió a mirarla a los ojos, mientras sus dedos habían dejado de moverse dentro de la rubia.

—Bebé... confía en mí... por favor dame otra oportunidad — dijo Lexa en un susurro.

Clarke sintió que se le humedecían los ojos y que su corazón latía con fuerza. Para ella volver a ceder a ese amor, que en esos años no había desaparecido en absoluto, hubiera sido jodidamente sencillo, pero no podía dejar de sentir el dolor que Lexa le había causado combinado con tantas promesas incumplidas.

No puedo hacerlo... todavía no, eran las palabras que no paraban de repetirse en su mente.

Deslizó su mano por el costado de Lexa y la acarició suavemente mientras envolvía sus piernas con más fuerza alrededor de su cuerpo. No quería hablar, no ahora. Sólo necesitaba sentir el calor de la castaña llenándola.

Ese apretón y la tristeza en el rostro de Clarke hicieron que Lexa entendiera que las heridas aún eran demasiado profundas para poder borrarlas tan fácilmente, fue en ese momento que decidió no rendirse. Lucharía hasta el final para recuperar la confianza de Clarke y así recuperar al amor indiscutible de su vida. Estaba cansada de ver ese velo de tristeza impreso en sus ojos, esas lágrimas inexpresadas listas para caer a la primera oportunidad, quería leer algo completamente diferente en esos charcos azules, la confianza y la conciencia de ser una persona amada sin reservas. Porque eso es lo que sentía por Clarke: un amor sin reservas.

Se acercó a sus labios y, besándola, comenzó a moverse dentro de ella nuevamente, suavemente, sin prisas, tratando de hacerle entender con todo su ser cuán inmensa era la necesidad que tenía de ella, cuánto extrañaba tenerla siempre. a su lado y cuán grande era su pesar por las decisiones tomadas en el pasado, aunque éstas hubieran estado dictadas únicamente por buenas intenciones.

Clarke suspiró ansiosamente contra su boca, acariciándola a lo largo de su espalda, cumpliendo con sus embestidas, respondiendo apasionadamente a sus ardientes besos, mientras el abrazo se hacía cada vez más intenso.

Lexa se movió hasta la curva de su cuello que comenzó a besar, luego subió a lo largo de su mandíbula y regresó nuevamente a sus labios entreabiertos y jadeantes. Los provocó con mordiscos y lamidas y luego volvió a tomar posesión de ellos, buscando la lengua de Clarke, para iniciar un nuevo duelo mezclando sabores y alientos. 

Se empujó dentro de ella con más determinación, encontrando el punto de mayor placer de Clarke, quien gimió temblando, arqueando la espalda, aferrándose a ese cuerpo caliente encima de ella que le daba un placer indescriptible. Con otro empujón de sus dedos casi alcanzaron el orgasmo juntas e, inmediatamente después, un silencio profundo reinó en la habitación, roto sólo por su respiración entrecortada.

El corazón de Clarke latía aceleradamente, su respiración era corta, interrumpida varias veces por los besos de Lexa, quien se dejó llevar por la dulzura de los besos y caricias poscoitales, inclinándose sobre sus antebrazos para mirar a la rubia a los ojos. Lentamente ambas se relajaron, al igual que su respiración, perdidas en observarse la una a la otra.

Fue Lexa quien rompió el silencio cediendo a toda esa maraña de sentimientos que ya no podía controlar.

— Dios... extraño todo esto... ¡Te extraño, Clarke! Todos estos años nunca dejé de desearte... nunca dejé de pensar en ti.

Esas palabras tocaron la fibra sensible de Clarke, quien no pudo reprimir la fuerte emoción que sentía, pero junto con ella creció el arrepentimiento por haber sido abandonada. ¡Maldición, me dolió!

Trust me... Again (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora