Capítulo 9

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Finalmente, otro largo y agotador día de trabajo terminó y Clarke no podía esperar a llegar a casa. Agarró su chaqueta y se la puso, agarró su bolso y se dirigió hacia la salida para salir del edificio. A unos pasos de los ascensores notó que Lexa la alcanzaba. Ella frunció el ceño, casi sorprendida por su presencia mientras presionaba el botón para bajar.

—¿Por qué sigues aquí? Pensé que ya te habías ido...— le preguntó mirándola de reojo.

— Esa era la idea, pero el trabajo no pensaba igual — respondió la castaña sin dejar de mirar su celular.

—¿Y la noche de cine con Madi?

— Ella obviamente renegó, pero la llamé y le dije que me habían retenido, que mañana iríamos al cine. Esta noche la compensaré haciéndola comer más comida chatarra mientras vemos sus dibujos animados favoritos en la televisión — admitió culpable mientras ambas entraban en el ascensor.

— Yo creo que no deberías dejarla hacer eso — comenzó Clarke, rompiendo el silencio, entrando en una esfera que no le pertenecía.

Lexa se volvió para mirarla a los ojos.

— ¿En serio, Clarke? Lamento defraudar tus expectativas y que mi forma de actuar no cuente con tu aprobación, pero quiero compensar a mi hija y en este momento es lo que creo que es más apropiado hacer — bromeó sarcásticamente.

—Lexa, no se trata de que sea apropiado a menos de que así sea, nunca te juzgaría. Solo te estoy dejando saber mi pensamiento, que es que: por tonterías como esas las reglas no se deben romper. Me imagino que comer basura justo antes ir a la cama va contra las reglas o me equivoco. La mayoría de las veces nuestro trabajo tiene imprevistos y Madi tiene que aprender que no siempre puede tener lo que quiere — explicó, tratando de ser lo menos intrusiva posible, pero fracasando estrepitosamente.

— Clarke, creo que te perdiste algo... Madi sólo tiene tres años — dijo con total naturalidad.

Llegaron a la planta baja y se abrieron las puertas del ascensor. Clarke estaba a punto de salir, pero Lexa la detuvo, rápidamente presionó el botón para bajar al estacionamiento subterráneo donde tenía su auto.

— ¿Qué estás haciendo?

— ¿Qué dices? Te llevaré a casa — respondió la morena.

— No me parece apropiado, no quiero que te quedes hasta más tarde. Deberías irte a casa inmediatamente y al menos darle las buenas noches a Madi — objetó seriamente.

— Me parece una buena idea, ¿por qué no vienes a casa conmigo y se las das tú también? Ya sabes, así tendrías la oportunidad de explicarle mejor las prioridades de la vida y tal vez el por qué no puede esta noche comer unos cuantos dulces más — respondió de nuevo una vez mas sarcasmo, justo cuando se abrían las puertas del ascensor en el nivel del garaje.

— ¡Maldita sea Lexa, por qué siempre te lo tomas como algo personal, no me corresponde a mí hacer que tu hija respete las reglas! — exclamó enojado siguiéndola de mala gana.

La castaña no parecía querer escucharla, por lo que Clarke aceleró el paso para alcanzarla. Cuando estuvo a un paso de ella la agarró del brazo y la detuvo haciéndola girar. Lexa la miró fijamente a los ojos sin pronunciar una sola palabra.

— ¿Por qué haces esto? Lo mío fue solo un consejo, tómalo como tal y no como un reproche o acusación. No te digo que seas mala madre, ahora ya no lo creo, Lexa. Es solo que, tal vez desde fuera puedo ver las cosas con más objetividad, ¿no crees? — intentó explicar con calma y suavizando el tono.

Trust me... Again (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora