Capítulo 11

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Clarke comenzó a gemir. Fue despertando lentamente, como solía hacer, sin abrir los ojos. Inmediatamente sintió un calor extraño, causado por un cuerpo envuelto alrededor del suyo. Suspiró mientras intentaba moverse ligeramente, pero el brazo a su costado parecía no querer soltarse y la apretó con más fuerza.

Le tomó unos segundos darse cuenta de que estaba completamente desnuda en una cama con una persona en las mismas condiciones que ella... y le tomó unos segundos más recordar que la otra persona que estaba con ella, acostada en esa cama, era Lexa.

Esa conciencia la despertó en un instante y, con los ojos muy abiertos, se sentó, volteando para mirar a la otra con expresión incrédula. Lexa pasó una mano por su cabello castañ0 y solo unos segundos abrió los ojos, enfocándolos en los de la rubia.

—¿Qué demonios estoy haciendo aquí? — Clarke preguntó estúpidamente.

— Bueno... estabas durmiendo hasta ahora... y para ser honesta, yo también — respondió Lexa, poniendo su brazo detrás de su cabeza.

—¿Qué? ¿Por qué? ¡Dormir aquí fue lo último que debería haber hecho! — se reprendió a sí mismo.

— Tal vez estabas cansada y te quedaste dormida después de hacer la segunda ronda — le respondió, como si fuera lo más normal del mundo — Hablando de eso, ¿quieres hacer una tercera?

— ¡¿Qué?! ¡No! — espetó Clarke.

La castaña se apoyó en un codo y la miró fijamente.

—Si la memoria no me falla, te gustaba mucho hacerlo al despertar.

— Al parecer tenemos recuerdos muy distintos, porque recuerdo que siempre era algo muy rápido ya que tenías que volver a casa con tu mujer — objetó con un dejo de acidez.

— Simplemente no puedes hacerlo, ¿verdad? — Preguntó Lexa seriamente.

— Para olvidar el hecho de que te casaste con otra persona en lugar de conmigo... Yo diría que no, no puedo y para ser honesta ni siquiera quiero hacerlo, porque de esta manera mi visión de ti sigue siendo la de ¡Una cabrona que folla como una Diosa y nada más!

Esas palabras hicieron reaccionar a Lexa y, con un movimiento repentino, la agarró atrapándola debajo de su cuerpo; se posicionó decididamente entre las piernas de Clarke, atrapando sus muñecas en el colchón, encontrándose a un suspiro de su rostro y con la mirada enfocada en la sorprendida mirada azul que la escudriñaba.

— Ya que tengo un "propósito divino" ¿Por qué no lo aprovechamos? — dijo con picardía, haciendo que su intimidad choque con la de su pareja de una manera lenta y frustrante.

Clarke jadeó en busca de aire, luego suspiró y cerró los ojos. Arqueó la espalda buscando ese contacto con el cuerpo de la otra, del cual no podía prescindir. Lexa la besó en la boca, tragándose su siguiente gemido, que llegó cuando ella se empujó firmemente dentro de la rubia nuevamente. Continuó besándola mientras el abrazo se intensificaba y Clarke apretaba sus piernas alrededor de sus caderas, acompañándola en cada embestida, sintiendo las dos excitaciones mezclarse y disfrutar juntas de nuevo.

Lexa se puso de pie sobre sus brazos extendidos, aun sosteniendo las muñecas de su pareja, quería mirar a Clarke a los ojos, perderse una vez más en ese profundo abismo para nunca más resurgir.

— ¡Te odio! — gruñó Clarke, jadeando.

— Sí, lo sé, lo sé... ya dijiste eso — respondió Lexa, luego empujó más fuerte con todo su cuerpo.

La rubia apretó su labio inferior entre sus dientes para no gritar; empujó su cabeza hacia atrás en la almohada, cerró los ojos con fuerza y ​​arqueó la espalda nuevamente. Sin previo aviso, un escalofrío recorrió cada fibra de su cuerpo como si hubiera recibido una descarga eléctrica. Descendió por su columna empezando por la nuca y deteniéndose en su centro palpitante, para luego explotar en un orgasmo que la dejó sin aliento.

Trust me... Again (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora