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Haruki

Eran al rededor de las 3:20pm, quedaban 10 minutos para salir. La lluvia golpeaba fuertemente la ventana a mi lado y el sonido que causaba me daban ganas de dormir, sentí como mis ojos comenzaban a cerrarse lentamente hasta que escuche tres toques en la mesa donde me encontraba acostada.

-Señorita Ukai, ya sonó la campana. -Dijo la profesora mirándome de brazos cruzados.- A la próxima no se duerma durante mi clase.

-Claro, lo siento Profesora Michimiya. -Respondí un poco avergonzada por la situación.

Me paré, tome mis cosas y me dispuse a salir del salón. Camine por los pasillos mientras me pasaba la mano por la cara, no había dormido nada la noche anterior. Baje las escaleras y llegue a la puerta de vidrio que me separaba del exterior. Abrí mi bolso para buscar el paraguas negro que solía tener ahí guardado, pero para mi sorpresa, no lo encontré.

-Mierda. -Dije para mi misma.- Lo que me faltaba.

-Necesitas ayuda? -Escuche una voz grave detrás mío.

Me voltee para descubrir de donde provenía aquella voz, era un compañero de clase. Hace tiempo que me traía en cabeza hablarle a ese chico de ojos azules, pero nunca se me daba la oportunidad. Yo reí.

-Por favor. -Le contesté.

Salimos por la puerta y el pelinegro abrió el paraguas.

-Cual era tu nombre? -Preguntó.

-Haruki Ukai, y el tuyo? -Le respondí sonriendo.

-Tobio, Tobio Kageyama. -Dijo, pero luego de contestarme se volteo a mirarme con los ojos abiertos.- Ukai? Apellido Ukai?

Y a este porque le sonaba mi apellido?

-Claro, por? -Lo miré.

-Eres algo de Keishin Ukai? -Me preguntó medio tieso.

-Ah si, es mi hermano, ¿tu de que lo conoces? -Le contesté, el pareció sorprenderse aun mas de lo que ya estaba.

-Pero si no se parecen en nada.. -Dijo, aunque creo que no se dio cuenta de que lo dijo en voz alta porque seguido de eso se puse muy rojo.

-No te preocupes, nos lo dicen seguido, pero podría jurar que llevamos la misma sangre. -El de verdad parecía no estar respirando.- Pero ya dime, de que lo conoces.

-Es el entrenador del equipo de voleibol. -Contestó, indicando hacia atrás con su dedo pulgar, aun bastante tieso.

-Ya sabia yo que algún día me iba a pasar esto. Bueno, si soy su hermana pequeña, es un fastidio serlo por si te lo preguntabas. -Le dije riendo.- Oye, Tobio.

-Si?

-Vas al gimnasio, verdad?

-Si.

-Te acompañó.

Entonces cambiamos nuestro rumbo en dirección al gimnasio del Karasuno. Estuvimos mas o menos 5 minutos caminando y conversando, hasta que llegamos a la puerta del gimnasio y nos separamos.

-Daichii!! -Grite desde la puerta para luego correr a abrazarlo.

-Haru!! -Dijo emocionado devolviendo la acción.- Que te trae por aquí?

-Vine a ver a mi hermanito. -Contesté picara, separándome del abrazo.

Daichi rio.

-A ver si no te termina echando. -Dijo entretenido.

Luego en un abrir y cerrar de ojos, aparecieron todos los de tercero y segundo a saludarme. Todos me abrazaron cariñosamente, hace mucho que no me pasaba por el gimnasio para ver el entrenamiento, de hecho no iba desde que mi abuelo dejo de entrenar. Después de un rato, llego Keishin. Yo corrí y me colgué de su cuello.

-Y tu que ha.. -No alcanzó a terminar la frase porque yo lo interrumpí.

-Jiji, ya calla. Voy a entrenar con tu equipo aburrido. -Dije.

Resulta que mi hermano llevaba una semana mas o menos rogándome que entrara en su equipo porque "les hacia falta una chica que pusiera orden y yo era a indicada para eso". Me negué rotundamente todas las veces que me lo pidió, pero ahora que vine y todos me recibieron tan cálidamente, me la pensé mejor y decidí probar con un entrenamiento.

Había mas historia por detrás, claro. Yo había dejado el volei el año pasado, cuando llegamos a las nacionales con mi equipo de secundaria. Yo era capitana y estaba considerada la mejor del equipo, pero por un error mío perdimos la final, y eso provoco en mi un quiebre, un quiebre casi irreparable. 

. . .

Había acabado el entrenamiento y yo estaba guardando mis rodilleras en mi bolso. Conocí a los nuevos de primero, eran los 4 bastante simpáticos aunque había uno que resaltaba mucho, Shoyo Hinata, tenia el pelo naranja como una mandarina y era muy gracioso. Keishin estaba en una esquina conversando con el profesor Takeda, que según tenia entendido, era el representante del equipo y también me hacia clases de inglés. Yo termine de guardar y le dije a mi hermano que lo esperaría afuera, llevándome conmigo su paraguas. Me quede bajo el techo que tenia el pasillo que conectaba la preparatoria con el gimnasio y ahí solté mi cabello azabache que anteriormente había tomado en una coleta. Saque mi cepillo de pelo de mi bolso (se me podía quedar el paraguas pero no el cepillo de pelo) y me peine. Mientras lo hacia sentí como a mi lado llego alguien, decidí no decir nada porque no sabia quien era ya que tenia todo el pelo en la cara, pero después de un momento una voz que ya conocía lleno el silencio que había.

-¿Te ayudo? -Dijo Tobio, algo divertido al verme un poco enredada en mi propio cabello.

-Creo que hoy no has dejado de hacerme favores. -Le respondí.

El rio y se acerco para arreglarme el desastre que tenia.

-Dame el cepillo. -Me ordenó.

Dude un poco pero se lo di.

Ahora, yo se que el parece bastante rudo y pesado pero... parecía que no era tan así como yo pensaba. Peino mi cabello con una dedicaleza increíble y luego me entrego el cepillo en las manos.

-Ya esta. -Dijo.

-Gracias, Tobio. -Le dije para luego darle un beso en la mejilla e irme nuevamente dentro del gimnasio. Antes de separarme sentí como la cara de Tobio se puso caliente y cuando me gire para despedirme con la mano noté que estaba mas rojo que un tomate, me causo gracia.

No alcance a caminar un paso en el gimnasio cuando mi hermano me paró.

-Ven, vamos a conversar. -Dijo y me cruzo su brazo por el cuello

-Ay no, que hice. -Pregunté al ver que me hacia caminar dentro del gimnasio.

-Cálmate, no has hecho nada. -Me respondió entre una risa y otra.

Mire dentro y ahí estaban Kiyoko, Daichi, Suga y el profesor Takeda, sentados en algo como un circulo, daban miedo. Keishin me indico que me sentara al lado de Yoko y el se puso a mi otro lado. Se miraron algo cómplices y por fin Daichi habló.

-Haru, queremos que entres en el equipo. -Dijo, mirándome.

Yo me sorprendí y se cortó un poco el aire. No sabía si era algo que me esperaba o no, pero si sabia que lo estaba deseando.

-Esto ya esta conversado con el director y aprobó que una chica entré en el equipo. Créeme que para todos seria un honor que seas parte. -Completó Takeda.

Todos me miraban, esperando que diera una respuesta, pero yo no sabía muy bien como reaccionar.

-Este.. -Comencé a hablar con la voz un poco entrecortada.- si. Entrare con mucho gusto.

Todos se emocionaron y Yoko a mi lado me abrazó.

-Gracias, no sabes la falta que me hacia otra chica aquí, mas si eres tu. -Me dijo.

Kiyoko y yo éramos amigas desde que yo acompañaba a mi abuelo en los entrenamientos, siempre nos habíamos llevado muy bien y cuando mi abuelo dejo de entrenar, seguimos en contacto por mensajes.

-Bien, bienvenida al equipo casi masculino del Karasuno, Haruki Ukai. -Dijo Suga mirándome con una sonrisa.

Yo reí por lo de "casi masculino".

Después de todo, entrenar con el equipo del Karasuno no había sido una mala idea.

Amor entre cuervos - Haikyu!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora