Me arreglo para ir a la universidad quedé en verme con emilio luego de salir. El tuvo que salir temprano de compras para luego pasar por su madre de la clínica.
Hoy me iré con Anaia en su auto.Al salir estaba esperándome fuera como me lo imaginé en menos de nada me subí a su auto.
— Teníamos tiempo que no íbamos a la uni juntas, digo sin ofender pero Emilio siempre te llevaba y me quitaba la oportunidad — puso mala cara.
Me reí — Bueno tienes razón, pero ya estoy aquí en tu auto camino a la universidad. Al salir si tendré que irme con él.
Anaia se limitó a encongerse de hombros mientras seguía conduciendo. Es verdad tenían tiempo si ir juntas a la universidad, tal vez unos tres meses.
Ambas nos bajamos del auto agarradas de mano, cuando sentí un mareo fugaz. Anaia frunce el ceño en mi dirección y ahí supe que si se había dado cuenta de ese mareo
— ¿Estás bien?
— Si, si lo estoy. — afirmé, aunque no era verdad no me sentía muy bien.
— Bien, entremos — asintió dubitativa.
Me agarró esta vez más fuerte para entrar al salón de clases. El profesor nos vió de reojo. Nos sentamos dónde siempre.
Solo había pasado una hora de clases y ya me sentía peor de lo que me sentía cuándo entré al salón. Mi cabeza pareciera que fuese a explotar, me removí en mi lugar buscando estar un poco mas cómoda
— Alicia, ¿Te sientes bien? Estás pálida
— No es nada, solo me duele la cabeza.
— Ese no es nada me cae de lo peor engaña a otra persona pero no a mí, desde que entramos te veo así.
— A ver, tranquila la clase termina en media hora. Estoy bien.
Anaia pareció no creerse lo que le dije pero aún así volvió a su lugar. Ignore el hecho de que me dio una punzada en las sienes. Estoy bien.
La clase terminó por lo que Anaia casi no me deja recoger mis cosas. Salimos al patio y me sentencia con la mirada.
Esto no será nada fácil.
— Ya te dije que estoy bien
— Si, y yo nací ayer — se cruzó de brazos.
— Anaia en serio créeme, seguramente fue por el dolor de cabeza.
— Ujum, bueno vayamos a la cafetería.
La seguí fuera de la universidad. Caminamos hacia la cafetería. Justo a nada de llegar escuchamos el claxon de un auto, me giré y ahí estaba mi novio con una gran sonrisa en los labios.
— Hola Anaia
— Hola Emilio, ¿Ya te la llevas?
— No, iré con ustedes, deja estaciono el auto y ya está.
— Espera, ¿Tu...vas a...?...
— Así es — le interrumpió.
Anaia me miró y me sonrió divertida.
— No pensé que fuese a ir con nosotras caminando.
— Emilio es igual de humilde que nosotras ahora —. me reí.
Al rato emilio se puso a mi lado tomándome de la mano.
— ¿Cómo te fué hoy? — cuestiona mientras pasa un mechón de cabello detrás de mi oreja.
ESTÁS LEYENDO
Hasta el fin de nuestras Vidas (PAUSADA)
RomanceAlicia una estudiante universitaria con toda la vida por delante. Su mundo se viene abajo el día que es diagnosticada con una terrible enfermedad Que la dejará sumida en una profunda depresión. Emilio será su fiel compañero en esta batalla. Le enseñ...