𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐈𝐧𝐦𝐨𝐫𝐭𝐚𝐥 1 [Kol Mikaelson]

08. Heart of Darkness

| Solo eres un amigo |

Estaba en mi habitación. Elena se había ido con Damon a buscar a Jeremy a Dember. Pues yo camino de un lado a otro en mi habitación, mientras Iris estaba sentada en mi cama escuchando lo que le decía.

—Entonces, usé la estaca y la convertí en un arma —dije. Me acerqué a mi escritorio donde tenía una flecha, me gire para mirar a Iris y le señalo la flecha—. Puede matar a un original, incluso a Klaus.

Iris suspira y se levanta de la cama, para acercarse a donde estaba.

—Debo decirte que Bonnie les quito el vinculo a los originales.

—¿Qué?

—Sip, volvemos al principio, otra vez —asintió ella.

—¿Y por qué lo haría?

—Es tan evidente. Klaus la amenazó e obligó que ella rompiera ese vínculo, se que fue así —se cruza de brazos, molesta—. Suena muy él.

—Pobre, Bon —murmuré, apenada por ella.

—Si...

En ese preciso momento sonó mi teléfono, me acerco a mi escritorio y lo agarro para ver en la pantalla el nombre de Elena. Confundida, le di a contestar.

—¿Si?

—Gwen, ¿puedes hacer algo para que Kol no quiera matar a Damon? —me dice a través de la llamada, se escuchaba un poco acelerada.

Fruncí el ceño.

—¿Qué paso? ¿Qué hizo? —le cuestiono—. ¿No significa que ustedes estaban en Dember?

—Si, pero parece que Klaus mando a su hermanito a que tuviera vigilado a Jeremy. Le ha dado termendo golpe con bate en la cabeza a Damon, por suerte logramos escapar —me explicó—. Estamos en un motel, por favor, calmalo ¿si?

—¿Y por qué estás tan segura de que me hará caso? —le pregunto, aunque ya sabía la respuesta, solo me costaba admitirla.

—Vamos Gwen, todos sabemos que él esta loco por ti —no la pude ver, pero sabía que rodó los ojos—. Le dices algo y él en definitiva lo hace.

—No soy su debilidad, solo es coincidencia —murmuro.

—Si, claro. Llámalo y dile que deje de atacar a Damon, y mira como te hace caso —insistió.

—Lo haré, y verás que no hace lo que yo le diga —cuelgo la llamada.

Iris me miraba confusa, pero esboza una sonrisa divertida al escuchar mi conversación.

—No es verdad —dije, incrédula con una sonrisa.

Iris me dio una mirada de «¿en serio?». Aclaro mi garganta, busque su número de teléfono y le marque, me llevo el teléfono a mi oreja esperando a que contesté.