Aventureros Del Rechazo-SuperStar

CAP. 2: El Silencio que Precede al Caos

Le sugerí a Boris que visitara la panadería de Yune sin presionarlo. Boris fue con su padre y, aunque Yune se emocionó al verlos entrar, el señor no parecía estar impresionado. La emoción de Yune se desvaneció rápidamente y me lanzó una mirada desagradable. Boris se marcho con su padre incomodo, sin que el padre dijera una sola palabra.

Después de que se fueron, Yune se dejó caer al suelo, frustrada y fuera de control. Yo estaba preocupada y ella murmuraba, preguntándose qué había salido mal y qué había hecho mal ella. Yo estaba nervioso y traté de alejarme, pero Yune se dio cuenta y me agarró del brazo con fuerza. Sentí miedo y solo esperaba que alguien viniera a ayudarme, pero nadie lo hizo.

Comencé a suplicarle que me soltara, pero Yune me culpaba de todo lo que estaba pasando. Intenté empujarla, arañarla y golpearla para que me soltara, pero mis esfuerzos fueron en vano. Le arrojé un florero que estaba a mi alcance y traté de escapar, pero eso solo la enfureció más. Me agarró de nuevo del brazo, pero la empujé hacia la cocina. Enojada, tomó un cuchillo pequeño, lo que obviamente me asustó. Me eché a correr, pero ella lanzó el cuchillo, lo que me dejó una cicatriz. JAJA.

Con las últimas fuerzas, logré salir de la tienda, aterrorizado. Yune estaba completamente loca y fue llevada a una clínica psiquiatra, mientras yo fui enviado devuelta al orfanato, donde pasé unos meses aterrorizado.

Segundas Oportunidades

Me sentía solo y aterrorizado, pero aun así bromeaba sobre mis traumas. Un día, una anciana visitó el orfanato con la intención de adoptar a una niña. Entre todas, me eligió a mí debido a mi comportamiento peculiar. Era una mujer mayor, extraña e infantil. Me regaló una diadema inusual que parecía un bastón de caramelo, reflejando sus gustos extravagantes. Solo viví con ella durante dos años, ya que falleció debido a su avanzada edad. Durante ese tiempo, nunca fui a la escuela; ella me enseñaba en casa.

Después de su muerte, me devolvieron al orfanato. Tres semanas después, fui adoptado por la familia de Nicole, quien me pidió que fuera su hermano.

―¿Qué?! ―dije confundida―. ¡NO! ―exclamé, nerviosa.

―¿Por qué no? ―preguntó Nico.

―Es que... ―comencé a balbucear, nerviosa.

― ¿Es por que eres mujer?― dije tranquila como si no hubiese sido uno de los secretos mas grandes de mi vida, nunca me habían descubierto , puesto que utilizaba maquillaje y me disfrace de hombre toda mi vida. La miré, desconcertada.

―Cómo lo sabes?―pregunte preocupada.

―Un mago nunca revela sus secretos― dijo la sinvergüenza que me había estado espiando.―en fin, te vamos a adoptar y punto― dijo para después alejarse lentamente y desaparecer en la oscuridad, soltando una risa diabólica.

Después me llevaron a su casa y Nicole me presento a Chey, un perrito cafecito muy lindo.

―Star? ya saliste del orfanato? a ti si que te adoptan―dijo Alen.

―Quién es el?―preguntó Nicole.

―El es mi supuesto primo, Alen―dije presentándolo ―esta medio loco cuando lo conocí apenas tenia seis años y había escapado del orfanato, pero Alen me acuso y me devolvió, me conto muchas historias raras de que mi padre era un ser fantástico y esas cosas, Alen es prácticamente un loco―dije y me burle.

Caminos y Consecuencias

Pase toda mi vida en Artémas burlándome del rey, porque Alen me daba muchas ideas, Alen mismo le gustaba mi humor negro con el rey, el que decía ser su hijo. Esas bromas llegaron a oídos del rey, algo que podía asustar a cualquiera, a mi no me asusto mucho si no hasta que me dijeron que también habían metido en mi problema a Nicole y Ashley. Nos llevaron a los tres al castillo, y yo fui el ultimo en hablar con el rey. Tan pronto como rey me vio se asusto:

―Qué es esa marca que tienes en la mejilla?,―dijo el rey, hermano de Atrovis, Andrew― no juegues con eso niño.

―De que habla? ―dije confundido―esta es mi marca de nacimiento.

Después de eso, quedó perplejo, murmurando en voz baja y preguntándose cómo podía ser posible tal acontecimiento.

―No puedo matarte, pero... ―dijo Andrew, el rey― serás desterrada.

―¿Qué?! ―exclamé sorprendido. Luego me sujetaron por los brazos para sacarme de la habitación. ―¡Haz lo que quieras conmigo, pero no les hagas nada a Nicole y Ashley, ellas no tienen la culpa! ―grité mientras me arrastraban fuera del cuarto.

Me sacaron del reino con un saco en la cabeza. Estábamos a kilómetros de distancia, y hacía frío. Finalmente, me arrojaron a la helada nieve de Gospat.