¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Eres mi éxtasis y mi tormento, el delirio que me consume y me da vida."
☺︎︎
Solamente eran ella y la luna. Ella caminaba y la luna la seguía, su único testigo cuando asesinaba era la luna. La luna está acompañada de estrellas. Ella adoraba las estrellas y, por supuesto, a su luna.
Caminaba y caminaba hasta llegar a donde quería... Exacto, a una discoteca que quedaba cerca del callejón donde ella se mantenía.
Entrando ya vio a un montón de parejas ya sean heterosexuales y homosexuales besandose y gracias a la poca luz que habia, ella no veía más.
Comenzó a caminar hacia el centro del edificio, mientras escuchaba canciones como "APOKALUZ" o "XQ TAN SOLA?", no eran de sus gustos, pero no había ido para ser la dj.
Llegó al medio y como había pensado, ahí estaba él. Encapuchado y armando su porrito.. Ahh, pero mándalo a armar empanadas.. Silenciosamente se acercó y se sentó a su lado. Cómo era de esperarse, su olor estaba mezclado con su típico perfume y al olor de Cristina.
Siempre se ha preguntado a qué sabía eso... Nunca en su vida habia acercado ese tan deseado "porro" para él en su boca. Se sentó y pidió Caipirinha, su favorita. De reojo, lo vio y como siempre, el distraído viendo a Cristina. A veces piensa que él solamente quiere a Cristina.
No pasaba nada fuera de lo normal, ella tomaba tranquila y el probaba a su Cristina.
Díos, no pudo haber caminado en vano, para no poder hacer nada.
De pronto, él se levantó y fue hacia al baño, ella lo siguió. Entrar al baño de hombres era lo más legal que había hecho hasta ese entonces en su vida.
Solo se esconde detrás de la pared del baño, el ya había entrado. De repente escuchó como Jeff reía.. La curiosidad mata al gato, pero ¿desde cuándo era tan gata?
Vió y, aunque ya era de esperarle, él estaba con su Diaformina.
Si ella no hacía algo en ese momento, él caerá al piso, con posible muerte de sobredosis. Como ya se narró, entrar al baño de hombres era lo más legal que había hecho hasta ese entonces en su vida. Ella entro y lo empujó.
—— ¿Quién sos vos para empujarme así? —— Gritó con voz impostada. Después de tiempo lo vio a los ojos, seguían azules, pero a través de esos azules, estaba el color rojo, que había aparecido por estar probando tanta Cristina.
—— No me reconoces porque estás drogado...
—— ¿Drogado? ¿¡Drogado!? —— Gritó acercándose más a ella, mientras que ella retrocedía más. Sip, estaba totalmente insensato —— ¡Prueba está belleza y entenderás, maldita zorra!
Ella se encontró con la pared, ahora sí estaba en una situación crítica, intento irse de esa habitación, pero el la agarró fuerte de los brazos, lastimandola. Comenzó a moverse, intentado safar, pero era en vano, el estaba usando mucha fuerza, entonces dejo de moverse. En un movimiento rápido, el acercó el porro prendido ya a su boca.
Que coincidencia, justo hace unos momentos se preguntaba a qué sabría el porro... Ahora lo está fumando.
Estaba fuerte la vaina. La hacía marear y mirar mal, pero la hacía olvidar. Pero ella no se dejaría cristianar tan rápido, con las pocas fuerzas le dió un rodillazo en los genitales, haciéndolo ir para atrás. La vieja confiable para escapar.
Salió corriendo de ahí, incluso de un momento a otro ya había salido de la discoteca.
Pasaron tantas cosas en pocos minutos. Comenzó a buscar un supermercado para comprar leche. Pues, dicen que la leche corta el efecto de ese tipo de cosas adictivas.
Se sentía mareada, pero de maravilla. Caminaba tambaleada. Apenas y llegó a entrar al supermercado para caer al piso.
Después todo se volvió negro, nada se escuchó, nada se olió, nada se saboreó, tampoco nada se sintió.
⦻
D
espertó en una habitación, totalmente cómoda. Reconocía esa habitación. Era de Jane Richardson, una amiga suya que era policía.
Entonces ella se sentó en la cama, encontrándose con Mary, la pareja de Jane Richardson.
—— Buenos días, solecito —— La rubia con una mecha rosada le dió los buenos días. Su voz era cálida y tranquilizante.
—— B-Buenos días —— Sonrió incómoda y entre risas.
—— Janey te encontró en la entrada de un supermercado, desmayada... Tuviste suerte que fue ella la que te encontró, solecito..
Ella miró a la rubia, que estaba preocupada y se le notaba en sus ojos.
—— ¿Qué te paso, Natt? Janey y yo estamos preocupadas, ¿Cómo es que te desmayaste? —— Preguntó preocupada la rubia. El efecto fue tan potente para ella que había olvidado que su 2do nombre era Natasha.
—— Perdón, Mary... tome mucha Caipirinha —— mintió, pero sus palabras hacían parecer verdad.
—— Ten más cuidado... Solamente tienes 23, casi 24 añitos... sos muy joven...
—— Si, es que ayer se me salió de control todo.
—— Lo he hablado con Mary, y solamente si tú aceptas te quedarás acá.. Con Stanley, con la condición que no vuelvas a hacer eso. Tuviste mucha suerte a qué Stanley estaba durmiendo profundamente.
Ahora se sentía aún más culpable. Pero no podía decirle justo a esa pareja que la drogaron, si no Hitler reencarnará en Richardson.
—— Gracias, creo que quedarme aquí para muy bien y a Stanley también.
—— Bien, estoy feliz de que te encuentres bien, Natt... Gracias por aceptarnos.
Recordó el sabor de Cristina. Que adictiva es Cristina. Comenzaba a extrañar a Cristina y a su caluroso y reconfortante sabor... Dios, que daño le había hecho.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SE PUDOOOOO ¿Les gusta? Es muy, muy CRISTINA 👹 dea En serio, espero les guste.
