E P I S O D I O 05

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"Un vínculo que el tiempo no quiere borrar"

Su capucha no permitía que su cabello negro sea visto, ni tampoco su boca sangrante

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Su capucha no permitía que su cabello negro sea visto, ni tampoco su boca sangrante.

Él estaba en la penumbra del boliche, bajo luces parpadeantes que teñían de rojo su rostro. Eran las 11:15 de la noche, y el vaso en su mano temblaba apenas mientras lo llevaba a sus labios. El alcohol mezclado con Cristina le quemaba la garganta, pero no lo suficiente para apagar el vacío en su pecho. Estaba solo, rodeado de extraños, pero eso ya le daba igual.

Entre la euforia falsa y los latidos pesados de la música, su mente se desvió a ella. La chica. Su némesis. Hacía semanas, quizás, ella le había pedido fuego, no para un cigarrillo, sino algo más fuerte. Algo que los dos compartían en esos momentos oscuros. Había sido solo eso, un gesto pequeño, pero desde entonces, su imagen le asaltaba la cabeza sin permiso. Ella era un enigma que no podía resolver.

Se rió con amargura, recordando lo jodido que estaba. Se suponía que la odiaba, ¿no? Lo que habían
compartido, esas peleas, esa tensión que siempre culminaba de la misma manera no deberían haber significado nada. Y sin embargo, cada vez que cerraba los ojos, recordaba el calor de su cuerpo, cómo lo atrapaba y lo destruía al mismo tiempo. No podía evitarlo; su piel aún sentía el rastro de sus uñas, y en su mente rondaba esa mirada que ella le daba justo antes de perder el control. Un contraste perfecto con sus ojos verdes que brillaban con una intensidad casi hipnótica.

No era solo sexo, aunque habían follado más de una vez, y cada vez parecía más salvaje, más destructivo que la anterior. No, era algo más profundo. Ella lo había marcado de una manera que no entendía del todo, y eso lo estaba volviendo loco. Porque cuando pensaba en ella, no solo recordaba su cuerpo, sino esa maldita sensación de estar conectado a alguien que, en teoría, debía odiar y al parecer seguía siendo odiado.

Le dio otro sorbo a su vaso, sintiendo que la música de mierda de hoy en día lo envolvía, pero no podía escapar de su obsesión. ¿Era el odio lo que lo arrastraba hacia ella, o algo peor? Esa chica se sentía como una droga, tal vez heroína.
Se prometía que solo la tomaría una última vez, pero siempre volvía a buscarla. ¿Hasta cuándo podría aguantar? ¿Hasta cuándo podría seguir fingiendo que lo que sentía por su némesis era solo una guerra más entre ellos?

Se apoyó contra la barra, la mano temblando cuando dejó el vaso a un lado. Observó el líquido en movimiento, deseando que el mareo que sentía se debiera solo al alcohol, pero sabía que no. Cerró los ojos un segundo, pero ahí estaba ella de nuevo, con esa sonrisa ladeada que siempre lo jodía más de lo que debía. Esa sonrisa que parecía prometer tanto mientras lo retaba.

Recordaba la primera vez que cruzaron esa línea. Lo había odiado, en serio lo había odiado, pero al mismo tiempo había sido inevitable. Como un choque de trenes al que no podías escapar, ambos atrapados en la misma colisión. Las palabras afiladas, los insultos, todo eso había sido una especie de foreplay, un maldito juego previo que siempre terminaba igual.
El sabor de su piel, el calor de sus labios, todo estaba grabado en su mente como un veneno que no podía sacarse de encima.

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⏰ Última actualización: Sep 17 ⏰

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"Street Poem" | Jane x Jeff |.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora