First Mission: Heaven - Adaptación [FreenBecky]

「 ✦ I Can't Fall In Love ✦ 」

05:50

Regla 5: La muerte puede borrar recuerdos de otros, pero nunca los suyos propios.

05:50

REBECCA ARMSTRONG.

Me moví en mi cama, y tanteé a un lado buscando a Nam, pero ella ya no estaba. Me senté en la cama y busqué a los lados, mi habitación estaba vacía, no había señales de ella. Como si el día hubiera sido atrasado o quizás olvidado. Arrugué el ceño y bajé de la cama, poniéndome mis sandalias y caminando por la habitación.

Estaba vacía, era correcto. No había más personas excepto de mí. Ladeé la cabeza y me seguí preguntando si Freen tenía algo que ver en esto.

Pero no la había visto más. Quizás estaba confundida.

El timbre de mi casa espantó mis pensamientos y me avisó sobre alguien. Me coloqué mi albornoz y caminé hasta la puerta, encontrándome a mi madre junto a mi hermano.

—¿Qué hacen aquí? —pregunté haciéndome a un lado para que ambas pasaran—. Creí que nos veríamos mañana.

—Sí, hija, pero no pudimos esperar. Necesitamos que vengas con nosotros a comprar alguna que otras cositas —dejó su cartera sobre la mesa—. Y salgas de tu cueva.

—Siempre salgo, solo que últimamente no tengo trabajos pendientes, mamá. Pero siempre lo hago —bufé avanzando en dirección a la cocina para así servirme un poco de café—. A todas estás, ¿no vas a quedarte aquí unos días, Richie?

—Pienso quedarme unos días. Mamá tiene que hacer unos viajes, pero no sé si te guste tener a tu hermano menor interviniendo en tus asuntos — respondió.

—Por mí no hay problema —me encogí de hombros—. Mientras sepas que mis cuadros no se tocan, cosa que ya sabes a tu edad.

—Viajaré mañana —dijo mi madre con emoción.

—Claro, por eso quieres ropa —formé una sonrisa forzada—. Me lo imaginaba.

—Siempre tengo que estar a la moda, hija. Siempre —revisó su celular—. Tengo una llamada perdida, regreso ahora.

En cuanto mi madre salió de la cocina, Richie aprovechó para hablar, como si no quisiera mencionar ese tema frente a ella.

—Desde la muerte de papá, viajar le hace bien. Me di cuenta de que si está mucho tiempo en casa su cabeza se abruma y cae en llanto —comentó Richie—. Por eso me gusta que viaje.

—A veces creo que lo hace para escapar de la realidad, le dije que lo mejor era buscar ayuda —torcí los labios—. Pero como siempre no me escucha.

—¡Listo, podemos irnos! —avisó entrando a la cocina—. ¡Vamos, quiten esas caras!

—Yo les fallaré, tengo cosas que hacer el día de hoy —fruncí los labios.

—¡Imposible, Rebecca! —lamentó—. No puedes fallarle así tu madre.

—Richard estará encantada de ir contigo, ¿no, Richie?

Abrió los ojos, —No —dijo entre dientes—, tú vienes conmigo.

—No, no, tengo a personas que atender.

—¿Cómo a la chica que está en su sofá? —señaló mi madre con su dedo pulgar

—¿La que...? —abrí la boca recordando a Freen—. Eh... sí, es mi nueva roomie.

Corrí hasta la sala, encontrándome con Freen quien leía uno de mis libros. Al sentirme levantó la mirada y permaneció así, sin mostrar algo de enojo porque la acaban de ver. ¿Cómo la notaron?