First Mission: Heaven - Adaptación [FreenBecky]

「 ✦ I Will Be Your Lifesaver ✦ 」

14:41

Regla 14: La muerte se derrumbará una vez vea que su vida, si tiene sentido.

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REBECCA ARMSTRONG.

—Era extraño —inició Freen—. Tú no estabas, era un mundo completamente poblado de personas, pero tú no estabas y sentí... —se detuvo para pensar en sus palabras—, algo extraño.

De una manera extraña me surgió el querer pedirle más explicación, pero tampoco quería atosigarla y obligarla a que me dijera cosas como esas, sé que para Freen de por sí es complicado expresarse.

—Estoy aquí, fue todo como un mal sueño —sostuve su mano la cual estaba fría—. No me he muerto —traté de bromear, pero no le causó gracia a Freen—. Cuando desapareciste creí que fue a propósito.

—Vas a vivir —dijo a palabra segura—. Sé que vas a vivir, Rebecca.

—¿Cómo? —me coloqué de pie—. Es imposible, y la enfermedad cada día avanza más.

—No puedo creer que te estés rindiendo —dijo incrédula.

—Mi enfermedad no tiene cura —solté un suspiro—, no la tiene, Freen.

—Claro que sí —se puso de pie—. Seamos novias —dijo sin más.

—¿Perdón? —la miré con rareza—. No puedes pedirlo así, y se supone que tú y yo no nos podemos enamorar, ¿lo recuerdas?

—Lo sé, pero que más da si de todas formas desapareceré —se encogió de hombros—. Seamos pareja.

—Espera —alcé la mano—, no se pide así.

—¿Entonces?

—Primero tenemos que tener citas, conocernos mejor y tener chispa — expliqué.

—Citas —repitió por lo bajo sacándome una pequeña sonrisa—. Citas.... bien, tengamos citas, vamos —me agarró de la mano para llevarme fuera, pero la detuve—. ¿No citas?

—Sí, sí citas, pero tiene que ser a su tiempo, Freen, no podemos ir así como así. Ven aquí —la llevé conmigo hasta el mueble y nos sentamos ahí las dos—. Si tendremos todo lo que dices, pero es que no es así de fácil.

Le expliqué a Freen el proceso y aunque ella no entendía muy bien, aceptó todo lo que le dije. Nos quedamos sentadas hasta que la medianoche llegó, mis ojos se estaban cerrando solos, pero no quería dejar a Freen a un lado.

—Vamos a dormir —desde arriba me tendió la mano.

—¿Vamos? —nos señalé—. ¿Las dos?

—Sí, las dos, vamos a dormir —afirmó—. Vamos.

Al ver que yo no movía ni un músculo, Freen agarró mi mano y me llevó con ella hasta la habitación, todo eso en silencio, me recosté en mi cama de costado y Freen imitó mi acción, mirándome fijamente.

—Tú no puedes dormir —susurré.

—Tú sí —frunció los labios—. Solo duerme.

—No me dormiré —discutí—. Me quedaré despierta contigo.

—No podrás, te vencerá el sueño —respondió—. Duerme, Becbec. —Mis ojos se fueron cerrando con una media sonrisa en mis labios.

No sé qué tipo de sentimiento era este, seguro un sentimiento demasiado fuerte para tener explicación alguna o demasiado débil para poder mostrarlo, pero cualquiera de los dos daba cierto pavor, por esa razón, preferí permanecer en silencio.