Dos

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Insomnio

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Insomnio.


Observó como el hombre que me rescató de recibir una paliza por el idiota de Lowel, desaparece por el pasillo de último año.

Cubierto de un montón de chicos a su alrededor, palmeando su espalda y corriendo hacia el otro extremo de las aulas de rectoría.

Su mente quedó en blanco, quedando aquellos ojos guardados en su interior. Dejándola completamente sonrojada con semejante belleza.

Nunca lo había visto menos en el tiempo que llevaba en sus clases.

Por supuesto que era de último año. El uniforme que llevaba junto con los portafolios, era un indicio de que pronto acabaría su carrera.

Y para su mala suerte había quedado cautivado por aquel hombre.

—¿Estas bien, Emeraude?—El profesor Thomas, vuelve a hablar regresandome a la realidad.

Cierro mi boca de inmediato, qué vergüenza. El profesor me analiza preocupado.

—S-Si.—Recuperó un poco mi voz. Aún con los sentidos abrumados.

—Estás un poco sonrojada. ¿Prefieres ir a enfermería?—Insiste.

Reaccionó tocando mis mejillas. Sintiéndose tibias por el momento inesperado. Niego, volviendo a mi creciente ansiedad.

—Es solo el cansancio, profesor. Afirmó.

—Bien, en ese caso por favor.Extiende su brazo para caminar hasta él aula.

Sin más conversación de por medio. Entró en él aula, clavándole la peor de las miradas al tipo que tiene el rostro enrojecido.

Y es cuando me doy cuenta de cómo lo habían dejado. Breyson, llevaba en la nariz dos pequeños algodoncitos en las fosas nasales. Y un enrojecido color en las dos mejillas después de las bofetadas que aquel chico le dio.

Su mirada sigue fija en la mía, puedo sentir como su actitud completamente intensa y acosadora ahora cambia a una más ansiosa. sin dejar de observarme como un jodido cazador a su presa.

Envía a uno de sus perros falderos a entregar la libreta que minutos antes había robado, ahora sin dedicarme ninguna mirada.

Increíble, ni siquiera puede observarse. ¿Qué le habrán dicho aquellos chicos que lo tenían en una esquina?

Y otra cosa más importante... ¿Quién era ese chico que ejercía tanto temor en él? Ni los mismos profesores podían controlar al montón de chicos pubescencia, llenos de testosterona. Y ahora, estaban sentados en sus lugares sin hacer ningún ruido.

«No te metas en líos, Emilie.» Mi subconscientes me reprende.

Algún tipo con algún padre muy poderoso, pienso sin dar con alguna otra opción.

OBSESIÓN|CB«+18»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora