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«Eran amantes de lo prohibido.»

Por mucho tiempo la manera de pensar, de ser incluso de vestir, lo tenía inculcado. Creí, conocer la vida desde una perspectiva contada.

Los capítulos seguían escribiéndose, en cada uno se escribía que debía hacer o portar. Momentáneamente construí mi propio cuento de hadas.

Conocer a tú primer amor y contemplar cómo sería la vida estando siempre a su lado; un príncipe azul, con todas sus virtudes y todos sus lados perfectos. La relación es envidiada por todo mundo.

«Perfecto.» Éramos todo, menos perfectos estando juntos.

Estamos tan acostumbrados a lo monótono y a los valores que nuestros padres inculcan, buscar el mejor prospecto y tener una vida plena con el «Amor» que te hacen soñar.

Sin embargo, la realidad es otra. La persona que crees amar, la idealizas tanto que desconoces en algún punto lo que su amor puede llegar a ser.

«¿Qué es el amor?» ¿Y porque creía amarlo?.

«¿Qué es el deseo?.» ¿Y porque me dolía tanto el desearlo?.

Tenía que apartarlo de mi corazón y mente. No era para nada lo que creí conocer. Desde que conocí a Lucas, no podía soñar con nada más que caminar de blanco tomada de su mano. Y vivir un cuento de hadas.

Era todo lo que mis padres querían para mí, todo lo qué muchos años soñé. Un hombre que solo pudiera quererme a mí, meses atrás era todo mi mundo. No tenía ninguna duda de que mi corazón le pertenecía completamente a él.

Sin embargo, todo cambió de rumbo. Mi pequeño brote salió de su zona de confort en donde llevaba años flotando en la zona cerca del muelle. El ancla que estabiliza el pequeño bote, navegó por las profundidades del océano que tanto desconocía. Y terminó gustándome más que la costa.

Vivía en una burbuja de color de rosa en la cual todo su mundo estaba perfectamente bien, o eso creía Emeraude Delacroix.

Todo era perfecto, hasta que un golpe de realidad llegó a su vida. Sí, hasta que un tsunami, derrumbó todo lo que tanto había costado construir.

Christopher Bang, el ser más ególatra, arrogante y controlador del planeta. Un rostro angelical, que llevaba encubierto un perfecto demonio en el interior. Incapaz de sentir afecto o alguna sensación sentimental por una mujer.

El simple hecho de conocer su reputación y la gran cantidad de lista de mujeres con la que ha estado en los últimos años. Era la viva prueba que enamorarse de él, era clavar su propio purgatorio.

«Sin ser nada, perfectamente lo éramos todo.»

Cualquier mujer caía presa de los encantos del pelinegro, una sonrisa y podía desvanecer el más firme júbilo. Tenía la habilidad de estudiar completamente a su presa antes de someterla a su completa disposición.

Lo desafiaba y por supuesto que lo odiaba por el simple hecho de existir, desde que llegó a su vida solamente la empeoró por completo, todo lo que conocía y creía firmemente en saber.

Eran simplemente mentiras disfrazadas de verdades, Bang. No solo desestabilizó su vida, sino.. La enseñó a vivirla.

No podía mentirle a su corazón ni mucho menos a su cuerpo, llevaba cuatro años con el amor de su vida. Y en todo ese tiempo, logró llegar a un orgasmo con él.

Su instinto carnal, conocía lo que su cuerpo no quería aceptar. El fuego que sentía estando con aquel hombre entre sus piernas. Era el más abrasador que existiera.

«Estamos tan muertos en estos cuerpos fríos, que al jugar con un poco de fuego; Arder hasta consumirse en tus propios deseos.»

Estaba jugando con fuego, lo sabía perfectamente. Y en el momento menos esperado ardería por completo. Terminando en un incendió sin remedio.

Sus ojos eran dos enormes zafiros que brillaban con la intensidad del mismo fuego del infierno, y sabía perfectamente desde el momento en que lo dejara acceder a mí; que me tendría completamente en sus manos.

Era como una polilla intentando huir de la luz, pero al final, como la masoquista que soy. Término quemándome en su intenso fuego.

«Los ángeles lo llaman placer divino; los demonios sufrimiento infernal; los humanos, amor.»

Para su jodida suerte, Emeraude Delacroix. Estaba profundamente enamorada de aquel hombre, a tal punto que lo llamaría una obsesión.



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OBSESIÓN|CB«+18»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora