Rewrite The Starts - James Arthur & Anne-Marie

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A la mañana siguiente, Jimin no espera despertar tan abruptamente, pero tiene que hacerlo, porque todo el ruido fuera de su habitación la obligó a salir de su encantador sueño. Un sueño donde volvió a revivir el beso con Minjeong, una falsificación de su cerebro donde podían terminar lo que empezaron, sin miedo al qué dirían las personas si las escuchaban, donde mandaba su compromiso a la mierda y lo único que quería era seguir pasando tiempo junto a la princesa. Tanto le costó quedarse dormida cuando llegó a su habitación, su cabeza seguía repitiendo, una y otra vez lo que pasó, era tan vivido que podía imaginar las manos de la princesa acariciando su cuerpo.

Lastimosamente fue sacada abruptamente de su sueño gracias a NingNing. Sintió su cuerpo pesado por la falta de sueño, pero eso poco importó cuando abrió los ojos y, además de su sirvienta personal, encontró la figura de Ryujin en la puerta, parada en una posición rígida. Fue algo que de inmediato llamó su atención, la chica por lo general suele espiarla (cuidarla) de lejos, porque es más cómodo para ambas. El hecho de que esté allí no le dio buena espina.

-Señorita Yu, lamento despertarla, pero el príncipe Jongin requiere de su presencia inmediata- Informó NingNing mientras le elige un vestido sencillo -Ya he preparado el baño para que tome una ducha- Señaló la puerta entreabierta.

-¿Sabes por qué me necesita?- Cuestionó, con la voz ronca por haber despertado recién. Carraspeo y se frotó los ojos para acostumbrarse completamente a la luz del día que ingresa por la enorme ventana. Estiró los brazos y la espalda antes de ponerse de pie, ignorando la presencia de su guardaespaldas.

-No lo sé, pero por lo que escuché es algo grave

Con eso dicho, Jimin se apresuró a prepararse. Tomó una ducha rápida, se puso el vestido que NingNing le escogió y salió del cuarto, con Ryujin siguiéndole los pasos de cerca. Fuera de su habitación se dio cuenta de por qué había tanto alboroto. Cuando entró a los pasillos, se encontró con un sinfín de soldados y personas ansiosas que caminan de un lado para el otro, diciendo cosas que no logró comprender. Solo entendió algo sobre convocar a todos los soldados que están tomando sus vacaciones.

-Soy Jimin- Se anunció, cuando golpeo dos veces la puerta de la oficina de su prometido. Dentro pudo escuchar algunas voces antes de que Jongin le diera permiso de entrar -Buenos días- Saludó cuando ingresó y se encontró no solo con el príncipe. También estaba Chaewon, Minjeong, Yeji y otras dos personas que no logró reconocer -¿Me necesitaba?

-Sí, sigue- Le indicó, Jongin, señalando la silla libre. Cuando Jimin se sentó, el príncipe habló con pesadez -Lamento haberte llamado tan repentinamente, pero creemos que es pertinente que sepas lo que está ocurriendo.

En ese momento, Jimin se tomó el tiempo de mirar a las otras personas presentes. Todos sus rostros lucen estoicos, pero hay algo rodando en el aire que la hizo sentir incómoda. Incluso se sorprendió de ver lo seria que está Chaewon, no tenía ni rastro de una resaca, lo que significa que lo que está pasando es lo suficientemente grave para que no tenga ganas de bromear al respecto.

-El reino de Lindsey nos ha declarado la guerra- Jongin soltó la bomba con esa voz monótona que lo caracteriza. Su postura es firme y aunque parece no estar preocupado por la inminente guerra, sus ojos dan una advertencia sombría -Unieron fuerzas con Carpathia y nos están atacando por el sur.

-Tenemos que responder antes de que tomen control sobre nuestro territorio. Planeamos enviar refuerzos desde la capital para ayudarlos a detener su avance- Informó esta vez Chaewon, señalando el enorme mapa que extendieron sobre la mesa para que sea más fácil ubicarse -Creemos que tus conocimientos sobre Carpathia pueden ayudarnos. Cualquier cosa puede servir.

Jimin miró por un momento el mapa. Conoce la parte que están señalando, Jaewook la obligó a acompañarlo un día cuando fueron a ver los soldados que estaban entrenando en esa zona. No parecía una fuerza muy grande, muchos eran aún jóvenes e inexpertos, pero su prometido le advirtió que estaban siendo entrenados por lo mejores y que pronto vería avances. Lo que nunca espero es que estuviera formando nuevos soldados para atacar a Sussex.

WHAT THE HEART WANTS °WINRINA°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora