WHAT THE HEART WANTS °WINRINA°

Feel Special - Twice

-¿Una emboscada?- Jimin se estremece. No acostumbrada a tener que lidiar con ese tipo de circunstancias, esencialmente porque casi nunca, por decir lo menos, salía del castillo. De hecho, es su primera vez abandonando el reino y no esperó que esa ocasión tan poco común se viera opacado por un ataque de tal magnitud.

-Señorita Yu, aguarde aquí. Le avisaremos cuando sea seguro- Minjeong, por el contrario, apenas mostro reacción. El sonido metálico de las espadas chocando fuera del carruaje, donde parecía haberse convertido en un campo de batalla, apenas logró cambiar su expresión corporal. Pacientemente se inclinó para tomar su espada y después de darle un rápido vistazo a Jimin descendió del carruaje para revisar la situación.

En el momento que puso un pie fuera, Minjeong recibió el ataque de un hombre vestido apenas con algunas prendas de ropa desaliñadas y descalzo, que quiso cortarle la cabeza. Sin molestarse en desenvainarla, recibió el impacto sosteniendo su espada con una mano, el choque apenas detuvo por un momento a Minjeong, quien armada con la empuñadura de su arma, lo golpeó en el abdomen, con la fuerza suficiente para dejarlo tendido de rodillas en el suelo.

-No permitan que nadie se acerqué al carruaje- Ordenó a los soldados -Resguarden a la señorita Yu. Me encargaré de ellos- Tomando con una mano la funda de su espada y con otra la empuñadura, desenvaino el arma. Adoptó una postura con la que apuntó el filo contra los atacantes y miró alrededor. Un rápido conteo que terminó con un total de 15 hombres.

El sonido de las armas chocando, las respiraciones agitadas, los gritos de dolor y las plegarias de los ladrones para que los dejen escapar estremecieron a Jimin. Quien sentada rígidamente en su lugar no tuvo más opción que escuchar el bullicio del exterior sin poder hacer algo al respecto. Con el corazón latiendo furiosamente y las manos aferradas firmemente al vestido en su regazo levantó la cabeza para ver por la ventana. Afuera solo pudo reconocer algunos cascos y sangre esparcida por el suelo.

El temor de suponer que la sangre puede pertenecer a uno de los soldados que han viajado con ella durante varios días o la idea de que su procedencia sea de Minjeong la hizo levantarse como si la silla tuviera un resorte que la hizo saltar. Impulsivamente abrió la puerta y se encontró con un panorama muy lejano a lo que pensó.

Había sangre, sí, y varios heridos, pero para su sorpresa ningún muerto. Miró alrededor hasta fijarse en la figura que sobresale en medio de todas esas armaduras. Minjeong estaba a unos metros, al parecer dando indicaciones a algunos soldados, a simple vista no parecía haber recibido ni un rasguño, tenía la espada envainada en su mano mientras usa la otra para señalar algunas cosas a sus soldados.

-Señorita Yu, debería regresar al carruaje, aún no es seguro- Le pidió el capitán, tratando de detenerla cuando Jimin bajó las pocas escaleras y tocó tierra firme con sus tacones, revisó alrededor, encontrando a algunos de los soldados de Sussex heridos y siendo tratados por sus propios compañeros. La mayoría seguía custodiando el carruaje y luego a ella cundo la vieron descender. Sólo unos pocos estaban replicando las instrucciones de Minjeong sobre inmovilizar a los ladrones para entregarlos al primer pueblo que encuentren.

-¿Hay algún muerto?- Peguntó en voz baja, no queriendo asumir por una simple revisión visual que todos tienen signos vitales. En el mejor de los casos, pueden tener heridas fatales, que ni siquiera ella con sus conocimientos podría salvar, menos si tiene en cuenta la escases de herramientas con las que cuenta actualmente.

-No, señorita. Todos fueron noqueados sin recibir mayor daño- Jaehyun explicó con voz suave, manteniendo una distancia cercana de Jimin en caso de que exista la posibilidad de un segundo ataque -De nuestra parte solo tenemos unos cuantos heridos, pero ninguno de gravedad, podremos curarlos y continuar con el viaje sin ningún retraso.