-𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐀 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐎𝐝𝐢𝐚𝐫-
1998
Años atrasEl lugar se hallaba en completo abandono, con rasgos de moho en las paredes, algunos trozos de pared sobre el suelo y el olor a orina eran una tortura tanto olfativa como visual. Pese a dichas condiciones el frío de la bodega era palpable, y la poca luz de aquellas lámparas en el techo facilitaron la tarea del chico para visualizar la figura que se aproximaba a él.
Un par de pisadas sonaron contra el duro suelo. Vestía un traje de tres piezas negro, impecablemente limpio, en su mano derecho sostenía un cigarrillo y mientras lo observaba con indiferencia se acercó a una de las esquinas en la habitación para tomar una vieja silla de metal. Recargó su pecho y codos sobre el respaldo, manteniendo ambas piernas abiertas, mientras seguía disfrutando de su cigarrillo. Podía sentir como el humo chocaba contra su piel, ni siquiera se inmutó al asqueroso olor, era mil veces mejor que el aroma a mierda en todo el lugar.
- Te ves terrible.
El joven frente a él parecía ser una obra milagrosa de dios. A pesar de su irreconocible rostro, producto de varios golpes en el mismo, y la ropa desaliñada que no era cambiada en días junto a su aspecto físico que era inclusive peor, con varios signos de desnutrición y abuso en él, seguía ahí, vivo.
Mientras que su contrario, un hombre de aspecto físico bien trabajado, fuerte y dominante como su raza lo dictaminaba, el cual sentía que su sola presencia le causaba una incomodidad increíble. Recolectó la poca saliva de su boca y le escupió, grave error. El hombre de fuerza increíble lo tomó por la nuca tirando de él junto a la silla, lo escuchó murmurar "¿Aún no lo entiendes?".
- Deja de esforzarte, tu y los tuyos siempre estarán en lo más bajo... No te esfuerces por escalar algo inexistente. Así que deja de jugar al pequeño superhéroe.
El sonido de la puerta volvió a hacer eco en la bodega, otro hombre había entrado, vestido con un traje negro de dos piezas y quien al parecer era también un alfa. Traía consigo cargando un costal, y al llegar hasta ellos lo arrojó sin delicadeza al lado del pequeño joven, un olor putrefacto se hizo presente y ahora no solo olía a orina sino también a sangre y animal muerto.
- ¿Qué mierda?...
Con la poca fuerza que aún mantenía el muchacho sobre su cuerpo, trató de voltear la silla a un costado, solo para ver aquello que lo haría soltar horcajadas con todas las intenciones de vomitar.
Su padre estaba en él.
El hombre que lo había protegido y el mismo hombre que le había advertido sobre tomar aquel camino no era nada fácil, ahora víctima de sus emociones, estaba muerto. Ni siquiera se había molestado en seguir mirando, no tendría caso. Sudoroso y concluyendo su tarea de vomitar en su sitio, la rabia lo invadió, remplazando miedo por venganza.
- Hijo de perra.
No pudo terminar la oración cuando un golpe en su espalda le hizo caer al frente sobre su propio vomito. Había tenido las muñecas tan lastimadas que ni siquiera se dio cuenta del momento en que lo desataron.
-Vamos... No seas tan sentimental. No debieron entrometerse, no cuando tenía un trato con la fiscalia.
El alfa se levantó de la silla metálica y tomó al chico de los hombros, lo posicionó en el mismo lugar que había estado sentado, volviendo a sujetar ambos pies y manos, pero está vez había sido llevado a una esquina de la bodega, específicamente donde se guardaba todo el equipo de tortura.
- No tardarán en llegar...
Era increíble que el chico aún mantuviera la fé después de varios días encerrados en aquella bodega abandonada, pero sabía que su pa' no lo dejaría morir ahí. Así que, en su intento de esperanza se mantuvo firme para recordar cada aspecto del lugar, y en su rabia contenida le miró directo a los ojos de su secuestrador y pudo observar al demonio mismo en ellos, pero nunca se doblegó ante él.
Mantuvo firmeza en sus hombros y sostuvo la mirada, grabándose cada detalle de su cara y asegurando de nunca olvidarlo. Porque no había otra opción más que salir vivo de aquel horroroso lugar.- Nadie olvidará al pasante de quinta que trató de vencerme.
Respondió con sarcasmo, sin apartar la mirada del pobre chico, comenzó con su trabajo. Los gemidos y llantos de dolor resonaban en el sótano hasta sin cesar. Finalmente el lugar fue reducido a escombros.
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Que onda terroncitos de azúcar.
Les traigo otra historia que surgió mientras estaba vagando.
Espero que les guste. ;)
Aún soy nueva en esto de escribir así que disculpen la redacción tan mediocre. 😭🤌🏼Actualización 14/08/24
Con los demás capítulos será lo mismo, trataré de ser lo más detallada posible..
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𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐚 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐎𝐝𝐢𝐚𝐫 - 𝐂𝐡𝐞𝐬𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧 [ACTUALIZANDO]
Fanfiction𝐒𝐞𝐫𝐠𝐢𝐨 𝐡𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐧𝐪𝐮𝐢𝐥𝐚 𝐲 𝐞𝐧 𝐩𝐚𝐳 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐚 𝐬𝐮 𝐞𝐬𝐩𝐨𝐬𝐨 𝐋𝐞𝐰𝐢𝐬 𝐇𝐚𝐦𝐢𝐥𝐭𝐨𝐧. 𝐋𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐚𝐧 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐚𝐞𝐬𝐩𝐚𝐥𝐝𝐚𝐬 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚...