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ACTUALIZACIÓN IMPORTANTE
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—𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐀 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐎𝐝𝐢𝐚𝐫—

Cada mañana, a primera hora del día cuando ni siquiera habían salido los primeros rayos de sol, Max estaba en la cochera, levantando pesas, saltando la cuerda, haciendo flexiones y abdominales para terminar con un cardio intenso de dos horas

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Cada mañana, a primera hora del día cuando ni siquiera habían salido los primeros rayos de sol, Max estaba en la cochera, levantando pesas, saltando la cuerda, haciendo flexiones y abdominales para terminar con un cardio intenso de dos horas. Seguido, iba al campo de tiro y prácticaba toda la tarde mientras que por las noches la pasaba en el ring de box, judo y cualquier arte marcial junto a Daniel, con quién había convivido toda su vida y a quien amaba como a un hermano. Aquel ritual siguió durante los próximos años, después de haber salido de UCI.

Durante los fines de semana, dedicaba los sábados para ir a limpiar la tumba de su padre, le llevaba algunas rosas blancas y se sentaba en su tumba a contarle su dia. El dolor y duelo era algo que un chico de su edad aún no era capaz de manejar, así que para distraerse de lo emocional algunos domingos compraba algún vino para beber en casa. Fueron los años más tranquilos de Max Emilian Verstappen, hasta que fue ingresado al Internado en Birmingham.

Daniel Joseph Ricciardo o mejor conocido solamente como Daniel, era el nuevo jefe de la unidad de crimen organizado en Inglaterra. Aquel alfa dominante de cuarenta y seis años había tomado el puesto de Christian Horner luego de su muerte, uno de sus mejores amigos y a quien le tenía un gran aprecio. También fue parte del Proyecto RB por parte de la Interpol para atrapar al clan más poderoso y peligroso de la época, mismo plan que había fracasado llevando como consecuencia la muerte de uno de sus colegas y un novato que no debía estar ahí, o al menos eso era lo que creían. Pues el chico había sobrevivido, y se encontraba viviendo bajo el techo de Daniel.

El Alfa aún recuerda la noche que discutió con Horner antes de haber desaparecido y cómo días después había dado con la ubicación de ambos. Pero, las cosas no habían mejorado, y aquello lo supo cuando a los minutos de estar en el lugar, el mismo explotó. Fue una total burla, el clan ya sabría que sería ese el momento exacto en el que llegarían. No pudo sacar el cuerpo de Cristian, lo único que había podido rescatar era a Max.

Daniel lo había llevado a un hospital privado en Birmingham. Max duró alrededor de seis meses en la unidad de cuidados intensivos, luego de ello tuvo que asistir a rehabilitación por otros tres meses y las citas con el psiquiatra iban disminuyendo a medida que el tiempo avanzaba.

Daniel realmente creyó que Max mejoraría, creyó que podría buscarle algún internado a las fueras de la ciudad, mientras más alejado estuviera del caos sería mejor. Un lugar tranquilo donde pudiera cuidar de sus queridos gatos, hiciera algunos amigos y demás cosas, un lugar donde no se estuviera matando por entrenar a todas horas, un lugar donde un chico de su edad debía convivir. Daniel se dió cuenta del error que había cometido días después de que le avisarán que Max había escapado del internado pocos días después de su réclusion.

𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐚 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐎𝐝𝐢𝐚𝐫 - 𝐂𝐡𝐞𝐬𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧 [ACTUALIZANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora