—𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐀 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐎𝐝𝐢𝐚𝐫—
Sergio POV's
“El mar de Puerto Vallarta es increíble, ¿No lo crees?”, el hombre a mi lado llevaba toda la tarde admirando el sol esconderse, junto al sonido de las olas chocando contra la arena. El viento fresco entraba a la habitación pero el clima en ella era cálido. “¿Tanto te gusta?”, le había preguntado, seguido de una propuesta que me sabia a esperanza. “Podríamos vivir aquí...”, pero el nunca respondió, solamente se había dado a la tarea de besarme con sus suaves labios por toda la cara para después evadir el tema con un dulce “Debemos dormir”.
Así fue cómo conocí a Lewis.
Y como si de una lucha constante se tratara, nunca pude descifrar sus pensamientos. Me había apegado a una relación silenciosa pero en la que ambos sabíamos que el amor seguía ahí. Lewis era mi refugio donde yo como omega no sería señalado o maltratado, dónde a Patricio y a mi nos aceptarían sin ninguna objeción, un hogar. Y aquello era más que suficiente. Era fácil para los demás preguntarme “¿Por qué?” pero ellos no sabían lo difícil que era encontrar un espacio en la sociedad, un refugio donde te acogerian. Aquello incluía a mis dos hermanos alfas que nunca llegarían a comprender la posición de un omega rechazado, por más bien educados que hayan sido por mis padres. Era difícil.—𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐀 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐎𝐝𝐢𝐚𝐫—
Sergio, Sergio, Sergio. Despierta.
Sergio abrió los ojos de golpe, lo primero que había visto era el techo blanco de su habitación seguido de su mucama Carola, velando por él a su lado.
- Checo... Que buenos que has despertado.
La joven beta se levantó de su lugar para ofrecerle un vaso de agua a Sergio.
- Toma, bebe esto.
Sergio bebió del vaso, sentía un leve dolor en el cuerpo y cabeza. Se pellizcó el entrecejo y recordó los eventos de la noche anterior. Poco tiempo le bastó para darse cuenta de que aquella cama no era la suya, toda la habitación en sí, no era la misma que compartía con Lewis.
- ¿Dónde estoy?
Carola le retiro el vaso de agua, trató de buscar las palabras adecuadas para confesarle que aquel lugar no era nada menos que la casa de campo en Birmingham.
- ¡¿QUÉ!?
Sergio se levantó rápidamente de la cama, mareado en el intento por caminar rápido se topo con ambas puertas de su habitación cerradas con llave.
- Carola, por favor abre de inmediato.
Carola siguió inmóvil en su lugar.
- Carola.
Advirtió con cierto tono amenazante, Checo estaba inquieto, la beta se acercó a él y con inseguridad le entregó las llaves.
- El Señor Hamilton está en la oficina hablando con Max.
—𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐀 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐎𝐝𝐢𝐚𝐫—
Las puertas de la oficina no estaban del todo cerradas, Sergio podía oír lo que se murmuraba dentro de ellas.
Aún podía oler las feromonas de su esposo Alfa.
- Max, necesito que te hagas cargo de Sergio.
El alfa se movía de un lado a otro, fingiendo paciencia mientras ordenaba papeles importantes para guardarlos en su portafolio. A pesar de ello, Max pudo notar el nerviosismo en él. Cualquiera que fuera la cosa por la cual el alfa estuviera en modo alerta, estaba seguro que no era plan suyo.
- Sir, ¿Acaso ha... sucedido algo?
Inseguro de que si aquello era prudente o no, Max terminó la pregunta.
- Solo haz lo que te digo. Volveré en una semana y Carlos igual.
Lewis se paró frente a Max, dejó su maletín a un lado para tomar al alfa por ambos hombros.
- Carola se hará cargo de Patricio, tú de Sergio. Te diré lo mismo que le dije a ella.
Lewis se había acercado a Max para advertirle sobre su ineficiencia. Sergio pegó su oído al marco de la puerta en un fallido intento por escuchar, para su lástima fue interrumpido por el mismo Lewis, sorprendiendo al omega en el acto.
- Sergio.
El alfa lo llamó, pero Sergio se había hecho de oídos sordos. Desinteresado en pelear con el omega, se alejo de este para cruzar la puerta hacia la salida. No contaba con los pasos de su esposo asechando su camino.
- ¿Piensas dejarnos a mí y a Pato?.
Lewis se detuvo.
- Sergio, vuelve a tu habitación.
Lewis trató de seguir su camino, sin voltear a ver al omega. Una mano sobre la suya lo detuvo.
- Si te vas, no volverás a vernos.
Lewis se giró, encontrándose con ese brillo característico en los ojos de su esposo, sabía que no bromeaba.
- Cariño... Sabes que nunca podrás escapar de mi.
El alfa se acercó a su cuello, olfateando cada comisura hasta subir a sus labios. Sergio trató de sellarlos, pero en el fallido intento sintió la mano de Lewis presionando sobre su mandíbula. Induciendo un beso lleno de posesión y amargura, los dientes chocaban entre si ocasionando que el labio de Sergio sangrara. Se separó de Lewis una vez que esté mismo dejó de besarlo.
- Vete a la chingada.
—𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐀 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐎𝐝𝐢𝐚𝐫—
Volvimos. 🫨
Con esto cerrados nuestra complicada relación de Chewis y las próximas actualizaciones serán 100% Chestappen.
Actualizado 20/08/24
ESTÁS LEYENDO
𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐚 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐎𝐝𝐢𝐚𝐫 - 𝐂𝐡𝐞𝐬𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧 [ACTUALIZANDO]
Fanfiction𝐒𝐞𝐫𝐠𝐢𝐨 𝐡𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐧𝐪𝐮𝐢𝐥𝐚 𝐲 𝐞𝐧 𝐩𝐚𝐳 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐚 𝐬𝐮 𝐞𝐬𝐩𝐨𝐬𝐨 𝐋𝐞𝐰𝐢𝐬 𝐇𝐚𝐦𝐢𝐥𝐭𝐨𝐧. 𝐋𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐚𝐧 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐚𝐞𝐬𝐩𝐚𝐥𝐝𝐚𝐬 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚...