𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐚 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐎𝐝𝐢𝐚𝐫 - 𝐂𝐡𝐞𝐬𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧 [ACTUALIZANDO]

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—𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐀 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐎𝐝𝐢𝐚𝐫—
[Re-subido]

La nieve comenzaba a endurecerse y con ello Sergio sabía que no le quedaba mucho tiempo, pero al mismo tiempo sus tácticas de seducción hacia Max comenzaban a dar frutos. No era lo más ético, pero si había algo que venciera al odio era el amor, y él claramente se había dado cuenta de la forma en que el alfa Kumpet lo miro por primera vez. La única forma de tenerlo en contra de su esposo era aprisionarlo entre sus piernas, y si había algo que Sergio hiciera mejor que nadie era fingir sus sentimientos.

Había pasado días tratando de comunicarse con la única persona que conocía en Birmingham. Aquél alfa que ahora se dedicaba a la recolecta de leña, viviendo apartado de la comunidad de Birmingham, en una pequeña cabaña que parecía estar abandonada. El Alfa que le salvó la vida en ese horrible barco, a pesar de conocer quién era y sus antecedentes, fue algo que Sergio agradeció eternamente.

Llegar a esa pequeña cabaña sería un verdadero reto, Sergio no estaba seguro de tener al león domado y los riesgos que correría si su esposo Lewis llegaba a enterarse... No quería ni imaginarlo, debía escabullirse con Max fuera de casa y la ayuda de Carola.

POV's Sergio

La nieve era hermosa de ver, observar su lenta caída, y recordar cada invierno que he pasado junto a mi pequeño Pato, me reconfortan, pero aún así... No podía evitar la soledad que sentía mi corazón. Pareciera que mi omega aún no olvidará la traición de Lewis.

-Este clima me hace sentir incluso más solo...

-Tienes una mucama que parece procurar mucho por ti y un pequeño cachorro que te quiere demasiado... ¿Qué te hace falta, Sergio?

Era la voz de Max, estaba recargado sobre el marco de la puerta con ambas manos sobre los bolsillos, su mirada parecía haberse suavizado... Pero aún no podía oler sus feromonas gracias a esos estúpidos inhibidores.

-Tú.

Me acerque a él para poder rodearlo con ambos brazos, y fundirme en un caliente abrazo. Podía sentir el recorrido de las manos de Max sobre mi cuerpo, desde mi cintura hasta mi rostro. La forma en que acariciaba mis mejillas con sus pulgares comenzaba a enloquecerme.

-Hamilton va a matarme...

-¿Correrás ese peligro?

-Realmente no me interesa.

Max plantó un beso sobre mi coronilla, para después dejar caer su rostro en mi hombro.

-Necesito que me acompañes a un lugar...

-¿Podré salir?

-Si es conmigo no hay problema, le mentiré al señor Hamilton.

"Señor Hamilton"... Ahora que lo pensaba, Max nunca le llama a Lewis como mi esposo, siempre era señor. Aleje su abrazo para verlo directamente a los ojos, si quería que este Alfa cayera ante mi, debía hacer está clase de cosas. Debía dejar mi plan de ir a la cabaña solo por esta vez.