Parte 1

936 110 6
                                    

10:42 p.m.
Pov. Lisa.

— ¡Por fin! — escucho gritar a Miyeon cansada dejándose caer en el sillón del camerino — estoy muerta.

Suspiro igual de cansada que ella y me dejo caer en el piso sin más fuerza para nada — sí, este show fue de otro mundo.

Jisoo se ríe mientras pelea con Rosie por el único lugar vacío para descansar también.

— Lo sé, es increíble como la gente puede contagiarte su energía — comenta finalmente Rosie después de haber ganado y sonríe victoriosa.

Estábamos en plena gira de verano y cada noche terminábamos exhaustas. Por suerte mañana volaríamos directo a París para unos premios y podríamos descansar un poco antes de continuar.

— Fue mágico — asintió Jisoo dándonos la razón.

Cantar siempre había sido nuestro sueño y con mis amigas formamos PinkPunk hace algún tiempo, primero como pasatiempo pero ahora, se había vuelto nuestra carrera y lo estábamos viviendo.

— ¡oigan! —Rosé se incorpora muy animada y todas volteamos a verla. Ella siempre tenía mucha energía, aún cuando casi no había conseguido dormir las últimas noches por los vuelos y las pruebas de sonido, igual que las todas— ¡tengo una idea!

— ¿ahora qué? — contesta desganada Miyeon, sabiendo que probablemente no le iba a gustar la idea que traía nuestra amiga.

— Ushh, que carácter — responde bromeando y sigue con lo que iba a decir — las bailarinas nos invitan a celebrar el fin de la gira. Dicen que hay un bar muy cerca y es bastante discreto. ¿Qué dicen? ¿Vamos?

— Yo…no estoy segura que sea una buena idea, amor — dice dudando Jisoo. — ¿ya le preguntaste a Alice?

Niega con la cabeza — pero no creo que a nuestra manager le importe algo como esto, ósea será algo muy discreto y él tiene cosas más importantes de que ocuparse. — responde encogiéndose de hombros. — además es nuestra última noche aquí.

— No sé Rosie, parece algo precipitado y yo no doy más — se disculpa Miyeon — no cuentes conmigo.

— ¿y tú, amor? — pregunta esperanzada pero Jisoo niega con la cabeza bostezando.

— Perdón bebé, pero ahora sí estoy oficialmente rendida. Lo único que quiero hacer es meterme en la cama y dormir. Además, mañana debemos volar a París para los premios y lo sabes — asegura y los ojos de Rosé van directamente a mi.

Me pone su mirada de cachorrito y aunque tengo todas las ganas del mundo de negarme, no puedo — ok, yo voy — acepto suspirando y una sonrisa inmensa aparece en su rostro — pero nos vamos a regresar temprano.

— ¡sí! — celebra y me abraza muy efusiva — entonces vámonos al hotel y de ahí salimos juntos — me jala para pararme y nos urge a todas a salir del camerino para subir a la camioneta y enrumbarnos al hotel.

Ibiza era un lugar muy bonito y decían que la noche aquí siempre estaba llena de sorpresas, pero la verdad era que en este momento no tenía muchas ganas de ir a un bar y sólo lo hacía para no dejar a Rosé sola.

Cuando llegamos al hotel tuve la urgente necesidad de darme una ducha y con eso, el sueño se hizo más presente, me vestí más por obligación y una vez “cambiada” con unos pantalones anchos y una camiseta oversize del mismo color, me dejo caer de barriga a la cama, totalmente molida.

Cuando la mayoría piensa en un cantante o un artista en general, sólo se imaginan la parte bonita, con glamour y brillo por todos lados, pero esta parte, casi nadie la tiene en cuenta. Dar un show bueno, no era solo pararse y cantar. Algo como lo que nosotras nos esforzábamos por darle a nuestros fans, costaba y mucho, no solo dinero, si no también esfuerzo, dedicación y entrega.

SIRENA | ONE SHOT JENLISA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora