Parte 2

518 85 3
                                    

Bar Alquímico
1:23 a.m.

Pov. Jennie.

Desde que llegó no pude quitarle mi mirada de encima. Ella tenía un porte y una seguridad tan evidente que emanaba por cada poro de su cuerpo, y cuando se acercó a la barra con su amiga, sus ojos simplemente me cautivaron por completo. Sentí una conexión instantánea, aunque solo cruzamos un par de palabras.

Su mirada era una mezcla peligrosa entre inocencia y carácter y de inmediato me di cuenta que ella era de esas personas que con una sola oportunidad, pueden leerte hasta el alma, subyugarte, enloquecerte y si no tienes cuidado, hacerte adicta a su presencia por el resto la vida.

Su rostro se me hacía conocido aunque no estaba segura de dónde, no parecía de aquí, y yo he viajado mucho, pero ahora mismo puedo decir que estoy completamente perdida.

Después de pedir sus tragos, ella y su amiga volvieron a su mesa y ahí estaban desde hace casi una hora en la que a ratos, nuestras miradas coincidían por inercia o por arte de magia y nos sonreíamos mutuamente.

Agradecí al cielo que hoy fuera una noche lenta o de lo contrario estaría demasiado ocupada como para seguir admirándola. Quería saber quien era ella y por qué me causaba tanta curiosidad.

De la nada, sus amigos se levantan y los nervios se instalan en todo mi cuerpo.

¿se iba?

Todos caminan hacia la puerta riendo de alguna cosa y la inexplicable angustia de jamás volver a verla me nubla el sentido. Ni siquiera sabía su nombre.

Un cliente llega hasta donde estoy pidiéndome un Martini y me roba toda la atención. Cuando levanto la vista, ellos ya no están y ella tampoco.

Mi corazón cae al piso y me resigno a mi suerte, preparo el trago sin muchas ganas y cuando levanto la cabeza, sus ojos de almendra me sobresaltan. No se había ido.

¿Cuándo había llegado a la barra?

Me hago la tonta y le doy su trago al cliente para luego acercarme a ella como si nada.

— Hola — me saluda con una sonrisa y puedo jurar que en ese mismo instante mi corazón deja de la latir. ¿Cómo es posible que pueda existir una mujer tan bella?

Me aclaro la garganta intentando espabilar y lo consigo a duras penas para decir — hola, ¿Quieres tomar algo más?

— Un ginger ael  por favor — me pide y yo asiento aceptando su pedido. Me agacho buscando la botella de pisco y siento que su mirada no se despega de mis movimientos. — me gusta tu cabello — dice y estoy a punto soltar el vaso que había tomado. — es un estilo bastante unico.

— Son trenzas al estilo Mongol — respondo sonriendo — pero con mi toque especial.

— Son lindas — comenta mientas pongo el trago en la barra y cometo el enorme error de verla directamente otra vez

— Tú eres linda —escucho salir de mis labios y me golpeo mentalmente.

Espero alguna respuesta mala de su parte pero ella solo sonríe y toma un sorbo de su vaso.

— ¿Cómo te llamas? —pregunta inclinándose más adelante como queriendo acortar la distancia y me tranquilizo.

De seguro ya ha recibido ese tipo de comentarios cientos de veces y por eso ni se inmuta por una más.

— Jennie Kim — respondo despacio. Quise preguntar por el suyo pero sus dedos recorriendo el borde el vaso me quitaron toda la atención.

— Jennie Kim — repite para si misma y ahora mis ojos van directo a su boca, y no sé si fue el labial, pero quedo hipnotizada. — yo soy Lalisa.

SIRENA | ONE SHOT JENLISA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora