Prologo

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Era medieval, Reino de Camelot...

En el corazón del majestuoso Reino de Camelot se encontraba la bulliciosa ciudad de Camelot, donde la vida cotidiana era de pura paz y armonía. Las calles empedradas resonaban con la alegría de sus ciudadanos, y el aroma de las flores primaverales llenaba el aire mientras comerciantes y artesanos exhibían sus mercancías en los coloridos mercados.

La ciudad de Camelot con una arquitectura impresionante que combinaba lo medieval con lo mágico. Sus altas torres y murallas protegían a los habitantes, maravillosas vistas panorámicas de su belleza natural.

En lo alto de una colina se alzaba el imponente Camelot Castle, el centro de poder y gobierno del reino. Dentro de sus muros, se encontraba la Sala de la Mesa Redonda, donde los caballeros más poderosos de todo el continente, protegen a todo el reino de Camelot.

Sir Percival, una valiente y leal caballero de la Mesa Redonda, contemplaba desde una ventana del castillo la ciudad que tanto amaba con nostalgia. Habían pasado varios meses desde que el Rey Arturo, también conocido como Sir Sonic el Caballero del viento, había dejado Camelot bajo el cuidado de la Mesa Redonda y Merlina.

El sentimiento cálido que sentía cuando Sonic estaba en Camelot junto a Percival estaba grabado en lo más profundo de su corazón. Su rey, un héroe legendario, la persona con la que se había encariñado tanto había partido en una misión incierta, dejando a los miembros de la mesa redonda y a su reino en espera de su regreso. Merlina, con su sabiduría y magia, había asumido el papel de guía y protectora de Camelot en ausencia del Rey Sonic.

Desde la partida de Sir Sonic, el reino había mantenido su paz y armonía, pero Percival sentía un vacío en su alma. Extrañaba intensamente los días de aventuras junto a su Rey, combatiendo valientemente contra las fuerzas oscuras que amenazaban Camelot. Cada recuerdo era un eco de risas compartidas, de batallas ganadas juntos y de momentos en los que sentía una conexión especial con su Rey y compañero.

Percival había admirado a Sonic no solo como un líder valiente y poderoso, sino también como una persona cercana y amable. Durante sus misiones y las veces que paseaban juntos por el reino, Percival había aprendido a confiar en Sonic más que en nadie, había comenzado a sentir algo más profundo que admiración... amor.

Un sentimiento tan fuerte como su arma sagrada Laevatein o sus llamas que brillaban con intensidad ante su voluntad y determinación. Sentimiento que nunca podrá dejar de sentir a pesar de cuanto tiempo pase, la idea de estar a su lado y ser la razón de su sonrisa le llenaban de alegría y calidez. Sin embargo, Percival era consciente de su posición como caballero y la diferencia de estatus entre él y Sonic.

Sonic, quien era él Rey ocupaba un lugar muy distinguido en Camelot, siendo la persona más importante de todo el continente Avalonia mientras que Percival, se veía a sí misma como una simple caballero cuyo deber es proteger al reino y su Rey. A veces, en los momentos donde se encontraba sola, se preguntaba si Sonic alguna vez podría corresponder sus sentimientos, o si el merecía algo más que un humilde caballero como compañero.

Pero a pesar de tener estos pensamientos, el deseo de Percival de ver de nuevo a Sonic era más fuerte que nunca. Percival anhelaba el día en que su rey regresara a Camelot, llenando los corazones de todos con su luz y esperanza, incluido el suyo.


Camelot Castle, mediodía...

Narra Percival...

Estaba caminando por los pasillos del castillo, perdida en mis pensamientos, hacía ya cuatro meses desde que Sonic se despidió para regresar a su mundo. Aún recuerdo las veces que salíamos a patrullar las calles de Camelot, las mañanas en las que entrenábamos. Sobre todo, extraño las noches cuando cenábamos juntos, compartiendo solo una mesa como si fuéramos pareja.

La caballero de fuego (Sonaze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora