No es ningún secreto.
Nadie se atreve a hablar abiertamente de ello. La reputación del Príncipe no debe ser tocada.
Pero todo el mundo lo sabe.
Su virginidad sigue intacta, eso está claro. Los jóvenes alfas aún pueden oler la inocencia del Príncipe cuando entra en una habitación, su delicado aroma es puro, dulce y seductor.
Hace que sus cabezas giren en su dirección, que sus fosas nasales se dilaten, hace que unas cuantas pollas se pongan rígidas debajo de la larga mesa en el medio de la habitación.
Y al Príncipe siempre le ha gustado ser el centro de atención, nunca ha sido demasiado tímido. Tener múltiples pares de ojos pegados a su rostro (y, admitámoslo, a su cuerpo) nunca lo ha ofendido ni molestado.
El Príncipe debe saber lo bien que se ve, lo delicioso que huele, cuántos alfas han estado soñando con reclamarlo durante años, arrebatándolo de las miradas hambrientas y quedándoselos para ellos.
Al Príncipe le encanta la atención, le encantan las miradas y los gemidos apagados y la nube de feromonas que se eleva en el aire cuando él pasa, pero no tanto como le encanta rechazar a sus pretendientes como si no fueran más que un montón de moscas zumbando en sus oídos reales.
Él los derriba con esa mirada fría e implacable que tiene. Apenas los deja hablar antes de que se rindan y lo dejen en paz, esperando que el día siguiente sea el día en que Louis les permita ponerse sus pantalones de terciopelo.
Él los rechaza uno por uno, y la mayoría de los alfas de la manada han presenciado el puchero aburrido de Louis, su suspiro poco impresionado, su ceja arqueada.
Pero incluso cuando los rechaza, su voz es dulce, suave y dócil, casi tratando de demostrar que está equivocado, asegurándose de encenderlos.
Es una tortura.
Se preguntan si el Príncipe sabe lo difícil que es dejarlo ir, cuando sus lindos ojos están enfocados en tu rostro, sus labios están separados e invitantes, sus mejillas ligeramente sonrojadas, su aroma se arremolina en la boca del estómago, incluso cuando sus palabras convierten el sueño en cenizas, incluso cuando pone los ojos en blanco y levanta los hombros y repite por centésima vez que: no, gracias, pero no, no estoy interesado, no esta noche, nunca.
Él es pequeño, hermoso y cálido, nació para romperles el corazón y alimentar su deseo, para hacerlos desear que un día, un día él cambie de opinión, se rinda, deje que alguien lo domestice y lo anude y lo conserve para siempre.
La esperanza sigue ahí, viva y bien presente en docenas de corazones.
Mientras Louis entra en la habitación, saluda a los invitados con su habitual reverencia. Solo una insinuación, solo un pequeño movimiento de su cabeza, su corona brillando bajo las luces brillantes, sus ojos resplandeciendo con la conciencia de que también esta noche, como muchas noches anteriores, todos lo están mirando. Los omegas envidiosos, los betas fascinados y los alfas desesperados, todos están esperando a que se siente para poder esconderse detrás de sus copas de vino, mientras siguen mirándolo.
Pero no es ningún secreto.
El Príncipe tiene una nueva luz en sus ojos, aún más brillante de la habitual, y huele bien, incluso mejor que la mayoría de los días. Huele fresco, emocionado y casi listo.
Y mientras cruza graciosamente la habitación y se sienta al lado de su padre, mientras desdobla su servilleta y la coloca sobre sus muslos cincelados, mientras escucha a su padre animar a la manada a empezar a comer, todos pueden sentir al Príncipe escabullirse entre sus dedos.
Pueden ver la chispa salvaje en sus ojos azules, y si se mueven un poco, si inclinan la cabeza y hacen bien los cálculos, verán lo que está robando toda su atención.
Y si entrecierran los ojos lo suficiente, si realmente se concentran y afrontan la dura verdad, notarán la mirada de Harry, brillante y alerta, mirándolo fijamente.
♤...♡...♧
-Podría hacer que te destierren -dice, con un tono arrogante en su suave voz -Podría... -jadea, tomándose un momento para tragar saliva- Arruinarte.
-Aún así -responde Harry, dejándole recuperar el aliento-. Aquí estás, dejándome lamer tu boca como si ya me pertenecieras.
Eso hace que el Príncipe se sonroje, fuerte y profundamente, y suelta una risa indignada, con el orgullo ardiendo en su pecho, y se le forma humedad donde más desea a Harry, donde ningún alfa lo ha tocado, visto o probado jamás.
Y qué coincidencia, resulta ser el mismo lugar donde a Harry le gustaría morir, asfixiado y enterrado en el calor de Louis.
-No me culpes por tu falta de control- gimoteó Louis ahora, insoportablemente caliente bajo el toque de Harry. -Por tu falta de decencia.
Harry se aparta, lo deja de pie contra la pared, con la ropa alborotada, exponiendo una franja de piel dorada que hace que el alfa casi gruña. Le lanza una mirada cansada, cansado de la falsa desaprobación de Louis, de su fachada moral y, sobre todo, cansado de lo dolorosamente duro que lo pone.
-Mi príncipe- resopla Harry, clavándose los dientes en el labio inferior mientras Louis aprieta los muslos y se le escapa un pequeño gemido-. Perdóneme -dice mientras da otro paso hacia atrás y los labios de Louis se abren con decepción.
-No otra vez -susurra, apretando los puños-. No volverás a hacerme esto.
Harry deja escapar una risa nerviosa, los músculos se tensan ante la sola idea de dejar ir a Louis.
-Debo hacerlo -suspira Harry, ajustando sutilmente su erección.
Los ojos de Louis nunca pasan por alto eso.
Y Harry nunca echa de menos ese aroma, el inconfundible olor del deseo de Louis, de su necesidad.
-Perdóneme -repite Harry, conteniendo la respiración mientras empuja suavemente a Louis hacia su habitación.
Y lo deja allí.
♤...♡...♧
-Si no le das una oportunidad a nadie, Louis -lo regaña su madre, a pesar de la sonrisa cariñosa que curva sus labios -¿Cómo vas a encontrar un alfa? Tiene que haber alguien...
-No lo hay -la interrumpe Louis, mientras arregla el desastre que ha causado con su cabello-. No entre los hombres viejos, espeluznantes y feos que mi padre eligió para mí.
La Reina se encuentra presionándose una mano sobre la boca para contener la risa, pero rápidamente frunce el ceño cuando Louis se da la vuelta.
-Tu alfa solo lo puedes elegir tú -le recuerda, levantando el dedo cuando Louis finge haber olvidado su corona.
Se lo pone con un suspiro exagerado. "Pesado", murmura, mirándose en el espejo al momento siguiente.
-Estás muy guapo - le asegura su madre, levantándose de la silla-. Date prisa, no hagas esperar a todo el mundo.
♤...♡...♧
Nueva traducción!!!
La obra original la pueden encontrar en Ao3, la autora es @speechless, a quien agradezco mucho que me permita traducirla
Avisen si hay errores. Besos♡
Jajajaja no termino una y ya estoy con otra
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Noble Intentions/ L.S [Traducción] (ABO)
De Todo-Podría hacer que te destierren -dice, con un tono arrogante en su voz suave-. Podría... -jadea, tomándose un momento para tragar saliva-. Arruinarte. -Aún así -responde Harry, dejándole recuperar el aliento-. Aquí estás, dejándome lamer tu boca com...