Capítulo 4

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Me despierto y lo primero que puedo notar es un fuerte dolor en la nuca. Miro a mi alrededor y puedo identificar un gran salón con muebles y objetos que parecen bastante caros. Un gran espejo está en frente de mi y me sorprendo al ver cómo voy vestida. Me levanto y camino hacia él. Tengo puesto un collar con unos pendientes a juego y voy perfectamente maquillada, parece que lo haya hecho un profesional. La mitad de mi pelo está recogido el resto cae suelto y algo ondulado. Llevo un vestido azul cielo de palabra de honor, la parte de arriba es ajustada con un cordel atrás simulando un corsé. Pero no lo es ya que es un vestido completo. La parte de abajo es muy vaporosa y con vuelo. El vestido me llega hasta los pies lo levanto un poco y puedo ver que llevo unos tacones de color blanco con pedrería azul a juego con el vestido, pero lo que me llama la atención es que estoy encadenada ¡Tengo una cadena que me sujeta por el tobillo! ¿Qué hago aquí? ¿Cómo he llegado aquí? ¿Qué hago vestida así? ¿Qué hago encadenada? Trato de hacer memoria y de repente un montón de imágenes me asaltan a la mente.

Lo primero que pienso es en Emily. Miro a mi alrededor desesperada, buscándola con la mirada. Entonces veo que al otro lado del salón hay una chica tumbada sobre otro sofá, parece Emily pero no puedo distinguir bien su cara. Me apresuro a acercarme para asegurarme de que es ella. Doy gracias a que la cadena es lo suficientemente larga y me permite llegar hasta allí, me agacho y puedo ver que si es ella.

La miro y me doy cuenta de que no soy la única que va vestida así. Su pelo está recogido en un moño francés, va maquillada y también lleva algunas joyas. Lleva puesto un vestido verde palo con escote de barco y largo vuelo hasta los pies, veo que se puede ver un cordel saliendo de la parte de atrás e intuyo que también es ajustado, como el mío. Sus zapatos de tacón son negros y también tiene una cadena atada a su tobillo.

-Emily.- La llamo, pero no despierta. –Emily.- Repito sacudiéndola suavemente. Temerosa de que no me responda. En ese momento empieza a moverse y a abrir sus ojos.

-¿Dónde estoy?- Pregunta mirando a todos lados. Entonces repara en mí. –(T/N) ¿Eres tú? Casi no te reconozco ¿Qué haces vestida así?-

-Se nota que no te has mirado a un espejo.- Le contesto tratando de quitar tensión a lo que viene. –El sujeto nos ha secuestrado. No sé dónde estamos lo siento. Me he despertado unos minutos antes que tú.-

-Claro, yo estaba registrando la casa cuando alguien me golpeó dejándome inconsciente.-

-Nos equivocamos Emily, no las viste después de violarlas y matarlas, lo hace antes.-

Emily hace un sonido desaprobatorio con la boca –De todas formas yo no encajo en su perfil. Tu si pero yo no.-

-Lo sé, todo esto es desconcertante.-

-¿Qué hacemos ahora?-

-Allí hay una puerta.- Digo señalando hacia el lugar. Me incorporo y camino hacia allí, pero la cadena de mi tobillo no me permite llegar a ella, me quedo a unos escasos centímetros. -¡Maldita sea!-

-(T/N)¿Estas encadenada?-

-Sí. Tú también lo estas. Es listo nos ha puesto una cadena lo suficientemente larga para que andemos por el salón, pero nos deja a unos pocos centímetros de la puerta.-

-No podía ser tan fácil.-

-Ya, tienes razón.- Emily se incorpora y se mira en el espejo revisándose a sí misma con sumo cuidado. Supongo que igual que hice yo momentos atrás.

Retrocedo y vuelvo al sofá, me siento con resignación sin poder hacer nada. Observo cuidadosamente toda la estancia. – ¿Te has dado cuenta de que no nos está vigilando?- Le pregunto a Emily.

Te quiero a ti. (Spencer Reid y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora