VECINOS [TANJIKANA]

capitulo 17

Resumen del capítulo anterior: Tanjiro llevará a Kanao a conocer finalmente a su familia y ambos están algo nerviosos.

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Tanjiro había salido temprano para el trabajo, dejando a Kanao sola en casa, preparándose mentalmente para el encuentro con la familia Kamado. La idea la llenaba de nervios y emoción al mismo tiempo. No había conocido a nadie tan cercano a Tanjiro, aparte de Nezuko, y quería causar una buena impresión.

Mientras acomodaba la casa, sus pensamientos volaban. "¿Qué pensará su familia de mí? ¿Seré lo suficientemente buena para él?" Se miró en el espejo, suspirando suavemente. "Tanjiro es tan especial, espero no decepcionarlos."

El día transcurrió rápidamente. Tanjiro había prometido llegar temprano para partir juntos a la casa de su familia, pero cuando el sol comenzó a caer, Kanao notó que el tiempo se le escapaba.

Pov Kanao

Observé por la ventana, los tonos anaranjados del atardecer reflejaban una calma que yo no compartía. Mis manos jugueteaban nerviosamente con el borde de mi vestido. No pude evitar pensar en lo que sucedió esa mañana, cuando vi aquel sostén fuera del cesto de ropa. "¿De verdad se me cayó?" Me lo pregunté de nuevo, aunque una pequeña parte de mí no podía evitar sentirse algo intrigada por la reacción de Tanjiro. Pese a nuestra relación, no habíamos avanzado más allá de tomarnos de la mano. Me gustaría... dar el siguiente paso, pero no quiero apresurar las cosas. Seguro todo se dará con el tiempo. Aun así, no puedo evitar desear un beso.

Justo cuando me perdí en mis pensamientos, la puerta se abrió de golpe.

—¡Kanao! —Tanjiro apareció, respirando con dificultad—. Siento llegar tarde, el trabajo me retuvo más de lo que esperaba, pero ya estoy listo.

—No hay problema, Tanjiro-kun —le sonreí—. ¿Nos vamos?

Tomó mis manos con esa sonrisa encantadora, la que hacía que mi corazón latiera más rápido. Aunque nuestra relación no era la más tradicional, algo en nuestra torpe dinámica me hacía sentir segura.

Pov Tanjiro

El camino a casa de mi familia parecía más corto de lo que recordaba, pero los nervios me traicionaban. No era tanto la idea de presentar a Kanao, sino la sensación de que todos me observarían, esperando algo que aún no estaba listo para enfrentar.

—Kanao —dije finalmente, rompiendo el silencio incómodo mientras caminábamos—, no tienes que preocuparte. Mi familia te va a adorar.

Ella me miró con esos ojos violetas que siempre lograban calmarme, aunque solo un poco. Asintió con una sonrisa, y por un segundo, mis pensamientos volvieron al sueño que había tenido esa misma mañana. Me sentí culpable, y seguramente mi rostro se ruborizó, pero traté de concentrarme.