La zarza arde

Jonás oró durante tres días en el vientre del pez

Una púa cayó rápidamente y Adam rodó hacia un lado en un estado de vergüenza.

Su campo de visión no era bueno. El diablo se había escondido detrás del sofá y el anciano sentado en el sillón tenía la cabeza gacha, inmóvil, sin saber si estaba vivo o muerto.

" ¡¡Hola, Sr. Freyman!! ", gritó Adam.

El anciano no le respondió, simplemente se quedó sentado con la cabeza gacha.

Y el diablo detrás de él mostró una sonrisa extraña.

Adam intentó rodear el sofá, empujando las sillas con tanta fuerza que golpearon armarios y mesas. Los platos de la mesa se hicieron añicos en el suelo y los fragmentos explotaron en el suelo en un instante.

Sacó la botella de agua bendita de su bolsillo y la vertió con fuerza sobre el demonio detrás del sofá. Pero el tipo torció su cuerpo esbelto y flexible y huyó al otro lado del sofá en un abrir y cerrar de ojos, agitando sus delgadas patas frente al anciano.

" Idiota ", dijo el demonio, siseando en su voz. " Lo hizo voluntariamente. "

"Oh, ¿en serio?" Adam levantó su arma bruscamente. "Cuando rompa esa fea cara tuya, también les diré a los demás que recibiste la bala voluntariamente".

El diablo volvió a reír y su esbelto cuerpo se inclinó, casi tocando el cuerpo débil e inconsciente del anciano.

La punta de sus afiladas uñas rozó la mejilla del anciano de un lado a otro, lo que hizo que Adam se sintiera muy incómodo.

" Está bien ", dijo el diablo. " Disparar. "

Adam tragó.

No podía golpear al demonio sin lastimar a Freyman, pero acababa de tirar el agua bendita. ¿Por qué solo había traído una botella? Es el exorcista más estúpido del mundo. ¿Es esto lo que sucede si depende demasiado de las balas? Si quiere sacar salvia de su bolsillo, eso significa que necesita quitar el dedo del gatillo, y Adam estaba muy seguro de eso. Mientras hiciera esto, las púas del demonio frente a él lo atravesarían inmediatamente.

Miró de cerca al diablo que se aferraba al anciano frente a él, apretó con más fuerza el arma y dejó escapar una mueca de desprecio.

"¿Qué trato hiciste? ¿Él te dio su alma y fuiste a matar a esos jóvenes?"

Preguntó Adam, su mente dando vueltas rápidamente, tratando de encontrar una respuesta a la situación actual.

El demonio se burló, mostrando una expresión desdeñosa.

" Por supuesto que no. Este viejo quiere que les dé el castigo que merecen, ¿y qué castigo podría ser peor que ser torturado en el infierno? "

"¿Qué quieres decir? Si mataron a la señora Freyman, se habrían ido al infierno".

Tan pronto como Adam terminó de hablar, de repente quedó atónito.

"...No ibas a hacer nada. Le mentiste."

" ¿ No has oído una palabra? "

El demonio se rió con arrogancia, sus delgados brazos se estiraron cada vez más y su rostro aterrador se acercó al anciano con los ojos cerrados con fuerza. La sonrisa retorcida casi ocupaba la mitad de su rostro.