Capítulo VI

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Patrick James

- Las heridas están sanando perfectamente-indica el doctor Jackson.

El doctor Jackson es un viejo amigo de la familia de Sebas. El se había empañado en traerlo a la casa para hacerme chequear.

Yo me encontraba recostado en la cama mientras Jackson supervisaba mis heridas.

Había pasado una semana desde el insistente del callejón. Ya los hematomas en mi abdomen estaban desapareciendo pero aún dolían un poco.

-Al parecer no hubo ningún hueso roto -el doctor continuó hablando - No entiendo por qué no me llamaron antes , ¿Por qué esperar hasta una semana?- Jackson protesta.

- Digamos que hay personas testarudas -contesta Sebas.

Yo solo lo miré con fastidio y me mantuve en silencio.

- ¡AAAH!- Jackson tocó uno de los hematomas en mi abdomen y solté un quejido.

- Es normal que aún duelan , pero están sanado correctamente - indica- Al parecer todo está bien. Ya tengo que irme hay más pacientes en el hospital que me necesitan - informó - Si pasa algo no duden en llamarme , claro no después de una semana.

- ¿Eso fue sarcasmo?- Sebas habló

- Solo un poco- ambos se echan a reír

- Está bien doctor Jackson , está vez lo llamaré de inmediato - afirmó.

El doctor Jackson salí de la habitación y Sebas lo acompaño hasta la puerta principal.

Dos minutos de pues Sebas entro nuevamente a la habitación.

-Te dije que no hacía falta que Jackson viniera- comencé a hablar.

- Hay que ser precavido.

- Cómo quieras - ruedo los ojos y le doy la espalda.

-Ya tengo que irme-informa-si pasa algo me llamas por favor. Vendré mañana.

Escuché sus pasos alejarse. El sonido del impacto de la puerta contra el marco al cerrala me hizo saber que ya había salido.

Han pasado dos horas desde que Sebastián se fue a casa y yo aún estoy tirado en mi cama. Cómo cualquier persona invalida que no pueda caminar.

Pero no era así , aún estaba tirado en mi cama por qué no tenía animos de nada , y no es que yo tengas muchas cosas que por qué literalmente no las tenía. Pero hoy nisiquiera quería levantarme para ir al baño.

Mi teléfono aún lado de cama emitió el sonido de una notificación. Estiro mi brazo y lo tomo en mis manos.

Era un mensaje.

De un número desconocido.

Número Desconocido

-Hola:)

-¿Y tú quién carajo eres?

-¿Y tú nunca puedes dejar ese comportamiento?

-¿Quien coño eres?-ya estaba perdido la poca paciencia que tenía

-Solo quería asegurarme de que te encontrás bien , preguntarte cómo iban tu heridas y si los golpes en tu abdomen estaba sanando. Pero ya veo que fue una perdida de tiempo.

Bajé mi celular y me quedé pensado por un momento.

¿Quien aparte de Sebas se podría preocupar por mi bienestar?

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