Ella fue su primer amor, su primer desamor y su único arrepentimiento.
Los Jeon libro 4
Jimin
ii Advertencia !!
Esta historia está basada en la gran novela en inglés de Catharina Maura "THE BROKEN VOWS" con todo respeto a la autora y a la historia...
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Veo con impaciencia el reloj de la habitación de mi infancia y suspiro. Cuando Jimin toma una copa con Hae In y papá, nunca es solo una. Me recuesto en la cama y veo al techo con molestia, los minutos pasan hasta que finalmente, la puerta de mi habitación se abre.
Me siento y agarro mis sábanas, mi corazón instantáneamente comienza a latir violentamente mientras veo a Jimin entrar vestido nada más que una toalla, con gotas de agua corriendo por su pecho. La puerta se cierra detrás de él y se apoya en ella, con toda su atención en mí.
―Me debes algo, ¿no, Diosa? ―murmura, con la mirada acalorada.
El cariño hace que mi corazón dé un vuelco. Ha pasado tanto tiempo desde que me llamó así y lo extrañaba más de lo que jamás admitiría.
―Sí ―susurro mientras me pongo de rodillas, con una sonrisa tímida en mi rostro mientras dejo caer las mantas y le muestro que estoy desnuda debajo.
―Mierda. ―Se pasa una mano por el cabello, atrayendo mis ojos hacia sus abdominales.
―Ven aquí ―exijo, con el corazón acelerado.
Da un paso adelante, y luego otro, sin dejar de verme. Me encanta la forma en que se acelera su respiración, la forma en que se puso duro en los pocos segundos que le llevó asimilar mi cuerpo. Me encanta la forma en que todavía me desea.
Agarro su toalla en el momento en que está a mi alcance y se la quito con impaciencia, haciéndolo reír.
―Tan necesitada ―susurra mientras se arrodilla en mi cama y su mano envuelve mi cabello. —Dime, Kaz, ¿has estado aquí acostada pensando en mí?
Asiento y dejo que mi mano recorra su pecho, su tatuaje es aún más hermoso a la luz de la luna.
―Siempre estoy pensando en ti ―admito, las palabras escapan de mis labios sin pensarlo conscientemente.
―Qué buena esposa ―susurra, acercándome más hasta que mi cuerpo se presiona contra el suyo. Aprieta su agarre sobre mi cabello y se inclina hasta que su boca se cierne sobre la mía. —He estado contando los segundos, ¿sabes? Es casi como si tu papá y tu hermano supieran que me moría por venir aquí para follarte porque cada vez que intentaba escapar, me arrastraban hacia atrás. Era enloquecedor.
Me río entre dientes y capturo su labio inferior entre el mío antes de besarlo, mis brazos rodean su cuello.
―Te recompensaré por tu paciencia ―le prometo, profundizando nuestro beso. Él gime y pasa sus manos por mi cuerpo como si no pudiera tener suficiente, y eso me anima, me hace sentir como la mujer más hermosa del mundo.
Me besa como si estuviera desesperado por mí, como si hubiera estado contando los minutos igual que yo. La mano de Jimin se desliza por mi pecho, su toque es ligero como una pluma mientras sus dedos se arrastran entre mis piernas, haciéndome gemir. Se aleja para verme cuando se da cuenta de lo mojada que estoy, su mirada brilla con pura posesividad.
