Capítulo 8- La bestia albina

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Urión, Sambii y Sorine, luego de su despedida partieron de aventuras con su debido equipaje, variado, pero no muy cargado, para así no resultar una molestia o incluso perjudicial en situaciones donde correr o luchar sean la única vía de escape. Tienen como destino aquellas ruinas descritas por Joseph, planean investigarlas, tratar de sacar algo de información, explorar la zona que la rodea, y luego decidir. imporvisarán en caso de que la información que obtengan sea influyente, y en caso contrario se dirigirán hacia unas tierras lejanas, donde hay un pueblo con una "religión" especial, y quizás sea un lugar muy bueno para sacar información.

Con todas sus ideas en orden parten hacia las ruinas. Es un camino algo torpe, esto debido a que el camino es constantemente un terreno inclinado, ya que las ruinas se encuentran a mitad de una extensa colina, no es muy empinada, de hecho es algo leve, pero lo suficiente como para ser notada algo de dificultad al caminar.

Urión: Que bonito sitio, lástima la cantidad de flora extensa que rodea casi todo, impide la vista.

Sambii: Los altos y grandes árboles ya son de por sí grandes bloqueadores de luz solar, poco cielo se logra avistar desde aquí abajo, y con todos estos arbustos, follaje, plantas tan pobladas de hojas es algo molesto para los sentidos, te hacen estar demasiado pendiente de por dónde caminas.

Sorine: Es bastante molesto, ¿Puedo cortarlo todo?

Sambii: No.

Urión: No.

Dijeron con extrema firmeza mientras paraban su caminar.

Sorine: ...Bien bien, no hace falta tanta presión.

Dando gracias al ambiente y aumentando la confianza interna del equipo. Esto es algo que mantiene muy contento a Urión por dentro, al ver a su hermana en esta edad tan grande, ya posee otros pensamientos seguramente, y, aunque pudiera ser diferente causando quizás desconfianza, él no lo veía para nada así, sino que ahora confiaba mucho más en su hermana, y estaba plenamente seguro con su compañía.

Mientras seguían caminando por esta colina no pudieron evitar sentirse muy conmovidos por la naturaleza, incluso Sorine quién antes se había ofrecido a cortar la frondosidad vegetal del lugar estaba viendo con profundo respeto y admiración por todos lados la belleza que los rodeaba, los árboles altos y de forma muy bonita a la vista, flores de todas formas y colores nunca antes vistos, sonidos muy bonitos de animales y criaturas, una especie de conejos blancos, más grandes de lo habitual pero que corrían por ahí, gran variedad de aves, un hermoso toro blanco con sangre ensuciando su bello albino y que parecía que los atacaría en cualquier momento...

Sambii: ¿¡Qué es eso!?

Urión y Sorine dirigen la vista a donde se refiere Sambii y quedan completamente atónitos y petrificados por el miedo al ente que tienen delante. Por reflejo se limitan a estar lo más quieto posible, no parecer una amenaza y tratar de que aquél toro se vaya sin ocasionar un posible desastre. Pero para Sambii, era casi evidente el inevitable enfrentamiento, ese monstruo los había visto, de hecho, él fue el primero en tener en la mira al otro y su posicionamiento, gestos y movimientos no era de algo que se quiera retirar, era más bien de algo que quería luchar aunque incluso deba dar la vida por ello. No tardó mucho entonces el toro en embestir contra el grupo, afortunadamente todos contaban con una velocidad mayor y se esparcieron. Los tres eran como los vértices de un triángulo equilátero, y en el interior se encontraba aquella monstruosidad. El toro tenía delante a urión, así que sin mucho pensar embistió esta vez solo a él. Urión aprovechó la oportunidad de que era el único punto de vista, y creó una fuerte pared de piedra frente a él para que el toro se chocase con esta. No, no lo pensó mucho. La bestia se dió los cuernos contra la pared, pero su fuerza era tal que la mandó directa hacia Urión. Sus reflejos lo ayudaron, no tanto como para no recibir algo de daño, pero si reduciéndolo bastante. Una parte de la pared dió directo en la parte derecha de su torso, dando un fuerte golpe en su hombro, brazo, cadera y pierna derribandolo en el suelo.

Sambii y Sorine aprovecharon la atención que el toro tenía en Urión, para contraatacar sin ser vistos, Sorine sin miedo alguno clavó su katana completamente en el muslo derecho del toro, causando que este rugiera de un dolor terrible y se agitara aún más. Debido a esto el toro dirigió rápidamente su visión a Sorine, y comenzó a dar patadas al aire. Sambii en su forma de ataque quién había tratado de atacarle recibió una de estas potentes patadas en su pecho, lo que hizo que retrocediera rápidamente. Sorine logró sacar su katana y apartarse sin llegar a recibir daño. Ya desde la distancia, con el toro en su punto de mira, concentra su atención al monstruo, y lanza su katana directamente a la frente del toro como si de una jabalina se tratase. La bestia logró esquivar la afilada arma, y Sorine no se percató de que quizás su hermano podría recibir el ataque equivocadamente. Fue sorpresivo para Sambii y Sorine el hecho de que Urión se percató rapidamente de la katana y corrió a esta, saltando para obtenerla en sus manos en pleno aire y aterrizando en una roca inclinada que sobre salia de la tierra, y la utilizó como punto de impulso para dar un gran salto hacia unos 7 metros de altura encima del toro, estando ya a su altura máxima y viendose en una caída alzó la espada y dirigió la punta hacia abajo para caer y perforar el craneo del toro blanco bañado en sangre. La bestia cayó desplomada en el suelo. Urión encima de su espalda pensó que ya había terminado con él, sin embargo sentia sus músculos tensos bajo sus pies, aunque podían ser espasmos tras su muerte.

Sambii: ¡Cuidado Urión!

Grita Sambii mientras se le ve haciéndose más grande corriendo hacia el toro. Urión salta de la espalda pero sigue estando muy cerca de la amenaza, y se ve en los ojos rojos además de el vapor tan puro que emerge de las comisuras de su nariz la imponente fuerza que a emergido de su interior, tal como sucedía en las "segundas fases" de los jefes a los que Urión se enfrentaba en sus juegos de la computadora. Sambii Trató de detener la furia descontrolada de el monstruo agarrándolo de la cabeza con su cuerpo completo, trataba de inmovilizarlo para que Urión y Sorine lo atacaran. El problema era que no era suficiente, el monstruo no paraba de moverse, lanzar patadas al aire, e incluso causar daños en el cuerpo de Sambii con sus cuernos debido a sus bruscos movimientos. Con algo de suerte y daños de por medio, logró quitar la katana de Sorine se su cráneo, si bien eso era un buen paso, el que no haya muerto pese a que una espada atravesó por completo su cabeza era algo que intimidaba a todos. Cómo debería lidiar con esta amenaza si ni lo que parecía ser un daño mortífero lo era realmente. No hay mucho tiempo para pensar, Sambii no aguantaría mucho así que comenzó Urión con el contraataque esta vez. materializó unas pequeñas piedras con fragmentos de metales que hacían un buen filo, no eran daños grandes para la semejante bestia que tenían delante, pero si lo suficiente para causar molestias e incluso limitar sus movimientos. Materializó y lanzó alrededor de unas 20 piedras por todo el cuerpo del monstruo. Por mientras Sorine trataba de causar profundos cortes en las piernas del toro. Sambii comenzó a notar un cambio en su ferocidad, sus movimientos ya no eran tan bruscos, y notó incluso una debilidad en su piel. observó más la escena, y se dio cuenta de que el toro se regeneraba, lentamente, pero lo hacía. Formuló en su mente algunas hipótesis y las puso a prueba. Comenzó a hacer mas fuerza con sus brazos al rededor del cuello del toro para asfixiarlo, la piel seguia con su misma dureza y le gritó a Sorine.

Sambii: ¡Sorine, trata de causar un gran corte en cualquier parte del toro!

Sorine: ¡De acuerdo!

Sorine no sabía el por qué, pero supo que Sambii planeaba algo. No dudó ni un segundo y fue directo hacia el muslo de la pierna derecha del toro, efectuando dos cortes casi paralelos que causaron el rebanar de un trozo de carne de mencionada extremidad. Algo no muy bonito de ver para nadie, y que causó un fuerte rugido de dolor del toro. Sambii volvió a notar algo, los movimientos de la bestia eran más desesperados, si, su regeneración era más rápida, si, pero había otra cosa, la piel, era muy suave, y sus músculos más flácidos, por lo que comenzó a hacer mucho más fuerza al asfixiar al toro, y notó como lentamente era más afectado. Ya no se movía tanto, cuando daba patadas las daba muy lentas y débiles. Claro indicio de su debilidad por estar cada vez más cerca de la muerte. pero lo curioso es que cuanto más rápido se regenerará, más débil era, pero, ¿Por qué si estaba siendo asfixiado hasta morir no dejaba de curar una herida para endurecer su cuello? por lo que supuso que no era capaz de controlar las dos actividades a placer, la regeneración tenía prioridad antes que el refuerzo. Aprovechando esto, pasaron unos minutos y la bestia sucumbió al suelo sin aire, Sambii había logrado acabar con la bestia con una interesante estrategia. Y se llevaron con sigo algo más que saber. 

UriónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora