El elfo y el tipo de ojos blancos (mundo de Stally)

I. Calen se queda a dormir

Al día siguiente, Calen y la dueña de la taberna discuten sobre lo ocurrido, desde el ataque del enderman hasta la mala noticia sobre el herrero.

-Pero, por qué Herobrine ordenaría matar a Thomas? -pregunta Silvy.

-Luego del ataque, revisaron las cosas que llevaba consigo. Encontraron hasta ocho perlas de enderman -responde Calen.

-Son muchas. Solo consigues esa cantidad si sales específicamente a cazar ese tipo de criaturas -concuerda la dueña de la taberna-. Para qué las querría?

La pregunta queda en el aire, pues no se les ocurre algo coherente.

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El único librero de Rimanissan saca un libro del estante y lee el título mientras da la vuelta.

-"Hay algo más allá del Nether? " -lee Alfonso y se lo extiende a el elfo-. Es el quinto y último libro que tengo que hace referencia a una tercera dimensión. Tendrás una tarde ocupada.

Calen agradece y se dirige hasta el escritorio detrás del mostrador, cargando los cinco libros.

-Qué opinas tú? Crees que exista? -pregunta el chico de orejas puntiagudas mientras se acomoda.

-Mmm. En ese libro -Alfonso levanta la quijada-. Se explora la idea de que puedan existar más portales: dentro del Nether, en algún monumento oceánico, debajo de la roca madre o en algún misterioso cuarto oculto en el subsuelo. De todos ellos, este último me parece el más ambigüo pero, a su vez, el que más despierta mi curiosidad -hace una pausa y levanta una ceja-. Crees que los endermans vienen de otra dimensión?

-Estoy casi segura que no son de aquí -afirma Calen-. Cuando nos atacó ese enderman, sentí una especie de vacío en donde estaba parado. Los sonidos que emitía reforzaban esa sensación.

-Los endermans también viven en el Nether -replica Alfonso.

-Pero no parecen de allí. No como las otras criaturas. Es como si estuviesen allí de paso, al igual que hacen aquí -hace una pausa-. Aunque, si ellos no fueran de aquí. Cómo se explicaría a aquel tipo de la leyenda?

-A cuál?

-Al de los ojos blancos.

-Herobrine? -pregunta el librero.

-Qué sabes de él? -lo interroga con la mirada.

-Hasta donde sé, solo es un mito. Un mito que se difundió en los pueblos para disuadir a los aldeanos de no dejar sus casas en las noches y así no poner en peligro al resto del pueblo llamando la atención de los monstruos.

-Y si no es un mito? -pregunta Calen-. Si en verdad existe un hombre capaz de teletransportarse al igual que los endermans, con la fuerza para destruir pueblos enteros y que te observa desde lejos. Es difícil creer en eso?

-Alguien con las capacidades de un enderman y con lo impredecible que es el ser humano? -mira directo a los ojos de Calen-. Quiero pensar que no existe alguien así -dice finalmente-. Iré a ver a un amigo, volveré trayendo la cena.

Calen se queda en la librería para seguir su investigación. Alfonso regresa al cabo de unas horas con una botella de vino. Prepara la cena y, después de comer, el librero lo lleva al segundo piso para mostrarle su colección personal.

Alfonso observa a Calen pasear por la habitación con su túnica turquesa, ajustada y con cuello circular, cuya falda se extiende hasta la mitad de sus muslos. Esta vez no lleva cofia. El ligero brillo de su cabello rubio y desaliñado resalta entre los muebles del cuarto.

Calen se percata de su mirada y decide caminar hasta él. No sabe si es por la botella de vino o porque ya tenía un tiempo pensando en hacer aquello que, cuando llega hasta él, lo toma por debajo de las mejillas y lo besa.