gwayne hightower (vestido verde)

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En la lujosa carpa decorada con los estandartes de la casa Targaryen y Hightower, la celebración del onomástico de Aegon, el hijo de Viserys I y su nueva esposa Alicent, estaba en pleno apogeo. La música resonaba y el aroma de los manjares llenaba el aire. Sin embargo, todas las miradas se dirigieron hacia la entrada cuando Alyssa Targaryen hizo su entrada triunfal.

Alyssa, la hermana menor de Rhaenyra y la segunda hija de Viserys I, se destacó de inmediato con un impresionante vestido verde que la ceñía perfectamente. Gwayne Hightower, su prometido, había colaborado para crear el atuendo perfecto, sabiendo los gustos exquisitos de Alyssa. El vestido tenía una abertura entre los senos hasta el ombligo, otra abertura desde los muslos hasta abajo, y una tercera en la espalda, resaltando su esbelta figura y dejando poco a la imaginación. Sus senos y culo ,enormes  o voluptuosos y su porte majestuoso heredado de sus padres, hacían que todos en la carpa quedaran boquiabiertos.

Alyssa avanzó con gracia hacia donde se encontraban los Hightower y su padre Viserys I. Con una sonrisa juguetona, su padre se  dirigió hacia ella.

—¿Te aburriste de seguir los planes de mi hermano Daemon? —preguntó Viserys con una mezcla de curiosidad y preocupación.

—Estabas ayudando en los Peldaños, ¿no es así? —intervino Otto Hightower, el padre de Alicent y Gwayne.

Alyssa asintió, su sonrisa se amplió.

—Sí, pero decidí retirarme —respondió con un aire de indiferencia—. Me enteré de que lo único que mi dragón Caníbal y yo recibiríamos era una estúpida corona de reina consorte de los Peldaños. Daemon se coronará rey y quiere que sea su esposa, dejando mi compromiso con Gwayne. No vale la pena dejar mi título de princesa por eso a cambio.

El silencio que siguió fue palpable. Gwayne miró a Alyssa con admiración y alivio, sabiendo que había elegido quedarse con él en lugar de seguir los caprichos de su hermano.

Viserys, con una expresión de mezcla de orgullo y preocupación, la tomó de la mano.

—Hija mía, siempre has sabido lo que quieres y cómo conseguirlo. Sabes que tu familia siempre te apoyará en tus decisiones.

Alyssa sonrió con satisfacción, sabiendo que había tomado la decisión correcta. Luego, se dirigió a su padre una vez más, esta vez con un tono más serio.

—De paso, quería decirte que Rhaenyra está enojada conmigo —dijo, sus ojos encontrándose con los de Viserys.

—¿Por qué está enojada? —preguntó Viserys, su voz cargada de preocupación.

—Rhaenyra cree que al quedarme aquí y aceptar el compromiso con Gwayne, estoy traicionando a Daemon y a sus planes —explicó Alyssa—. Pero no puedo dejar que los caprichos de Daemon dicten mi vida y mis decisiones. No estoy dispuesta a sacrificar mi título y mi dignidad por una corona que no deseo.

Viserys asintió lentamente, comprendiendo la difícil posición en la que se encontraba su hija.

—Entiendo, mi niña. Y hablando de eso, hay alguien que quiero que conozcas —dijo Viserys, guiando a Alyssa hacia una figura que estaba hablando con algunos nobles.

Alicent Hightower, la nueva esposa de Viserys, se volvió hacia ellos con una sonrisa amable.

—Alyssa, quiero presentarte a Alicent. Sé que has pasado la mayor parte de tu vida en el Valle Arryn y no han tenido la oportunidad de conocerse bien —dijo Viserys.

Alyssa extendió una mano con una sonrisa cordial.

—Es un placer conocerte, Alicent. He oído mucho sobre ti —dijo.

Alicent tomó la mano de Alyssa con gracia.

—El placer es mío, Alyssa. Espero que podamos llevarnos bien y ser una familia unida.

En ese momento, Alyssa miró a su alrededor con una ligera preocupación.

—Hablando de familia —dijo—, ¿dónde está el pequeño Aegon? He oído mucho sobre él, pero aún no he tenido el placer de conocerlo.

Alicent sonrió y señaló una esquina de la carpa donde una nodriza estaba cuidando a un niño pequeño de cabellos dorados que jugaba con unos juguetes.

—Allí está, con su nodriza. Aegon es muy activo y siempre está lleno de energía —dijo Alicent con orgullo.

Alyssa se acercó al niño y se agachó a su altura, observando cómo jugaba. Aegon levantó la vista y la miró con curiosidad, sus ojos grandes y brillantes.

—Hola, pequeño Aegon —dijo Alyssa con dulzura—. Soy tu tía Alyssa.

El niño sonrió y extendió sus manitas hacia ella, agarrando su dedo con una mano firme para un bebé.

—Es un niño encantador, Alicent. Estoy segura de que crecerá fuerte y valiente —dijo Alyssa, levantándose y regresando junto a su prometido.

Gwayne se acercó y la abrazó, sellando su compromiso con un beso bajo la mirada de todos los presentes.

Alyssa, con su imponente figura y su determinación, se aseguró de que todos supieran que no era solo una princesa, sino una Targaryen que haría lo necesario para proteger a su familia y su propio futuro. La fiesta continuó con más fervor, pero ahora, todos sabían que la historia de Alyssa y Gwayne sería recordada como una de las más fascinantes y apasionantes de los Siete Reinos.

La casa del dragón One ShotsWhere stories live. Discover now