remordimiento

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Tsukishima se levantó esa mañana con una sensación de vacío en su pecho. Al darse cuenta de que Yamaguchi no estaba a su lado, una oleada de preocupación lo invadió. Revisó la habitación rápidamente, pero no encontró rastro de él. Cuando bajó a la sala, encontró una nota apresurada en la mesa.

"Tsukki, no sabía lo que hacía, perdón, yo estaba un poco mal, yo solo seguí el momento, perdóname. - Yamaguchi"

El corazón de Tsukishima se hundió. La preocupación lo asaltó de inmediato y, sin pensarlo dos veces, comenzó a enviarle mensajes a Yamaguchi.

Tsukishima: Yamaguchi, ¿dónde estás?

Tsukishima: Por favor, responde.

Tsukishima: Estoy preocupado por ti.

Cada mensaje que enviaba no obtenía respuesta, lo que solo aumentaba su ansiedad. A medida que avanzaba el día, Tsukishima no podía concentrarse en nada más. Los minutos se convirtieron en horas, y aún no tenía noticias de Yamaguchi.

A las dos de la tarde, Tsukishima ya había perdido la cuenta de cuántos mensajes había enviado. Su teléfono estaba lleno de notificaciones no leídas. Decidió dejar de enviar mensajes, pensando que tal vez Yamaguchi necesitaba espacio.

Pero las horas pasaron lentamente. Intentó distraerse con ejercicio, corriendo por el parque cercano, pero su mente siempre volvía a Yamaguchi. ¿Dónde estaba? ¿Estaba bien? La preocupación lo consumía. Cada paso que daba en su rutina de ejercicio lo sentía más pesado, sus pensamientos estaban completamente ocupados por la ausencia de Yamaguchi. Cada vez que su teléfono vibraba, su corazón daba un vuelco, solo para descubrir que no era la respuesta que desesperadamente esperaba.

Cuando el reloj marcó las siete de la tarde, Tsukishima ya estaba al borde de la desesperación. Había terminado su rutina de ejercicio y se había duchado, pero la falta de respuesta de Yamaguchi lo estaba volviendo loco. Las horas seguían pasando, y la noche caía lentamente sobre la ciudad.

Tsukishima intentó relajarse viendo la televisión, pero no podía concentrarse en nada. Cada sonido en la casa parecía amplificar su soledad. Miraba su teléfono una y otra vez, esperando, rezando por una respuesta que no llegaba.

A las once de la noche, la lluvia comenzó a caer, acompañando el estado de ánimo sombrío de Tsukishima. Sin pensarlo dos veces, tomó su chaqueta y salió bajo la lluvia. Caminó rápido, casi corriendo, hasta llegar a la casa de Yamaguchi. Cada gota de lluvia que caía sobre él parecía intensificar su determinación.

Al llegar, comenzó a golpear la puerta con fuerza, su corazón latiendo con desesperación. "¡Yamaguchi!" gritó, su voz rompiendo el silencio de la noche. "¡Yamaguchi, por favor, abre la puerta! ¡Necesito hablar contigo!"

Pero no hubo respuesta. Tsukishima siguió golpeando la puerta y llamando a Yamaguchi, su voz cada vez más angustiada. "¡Por favor, Yamaguchi! ¡Déjame explicarte! ¡Perdóname!"

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Yamaguchi apareció en una ventana del segundo piso, mirando con sorpresa y preocupación a Tsukishima, quien estaba empapado bajo la lluvia. Al ver la desesperación en el rostro de Tsukishima, Yamaguchi bajó rápidamente y abrió la puerta.

Tsukishima cayó de rodillas frente a él, las lágrimas mezclándose con la lluvia en su rostro. "Perdóname", dijo, su voz temblorosa. "Perdóname por lo que pasó anoche. No quería aprovecharme de ti. Nunca quise que te sintieras así."

Yamaguchi lo miró fijamente, sus emociones en conflicto. Ver a Tsukishima en ese estado, vulnerable y arrepentido, lo conmovió profundamente.

"Tsukki..." comenzó Yamaguchi, pero las palabras se le atascaban en la garganta.

La lluvia seguía cayendo, empapándolos a ambos mientras se miraban en silencio. El corazón de Yamaguchi latía con fuerza, su mente tratando de procesar todo lo que había pasado.

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Mis amores, si quieren ver que pasó con Yamaguchi vayan a mi cuenta y no se olviden leer el fanfic kuroken

En lo nuestro no hay final [Tsukiyama-omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora