IV

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Salimos del centro comercial, tomamos aire fresco y caminamos. Veo como la tarde cae por el horizonte, como el sol cálido y naranja atraviesan las hojas de los árboles y el aire fresco entrando y saliendo de mi cuerpo. Es impresionante. Los arbustos y sus bellas flores, las ardillas corriendo por los troncos, los pájaros y loros cantando y volando. Me encantan.

—¿No es hermoso?—pregunto feliz—.

—¿Que cosa?—pregunta Terrant—.

Lo tomo de la mano y señalo con la otra los árboles.

—Eso. Como la luz refleja las hojas, como los hermosos pájaros cantan, como la cálida luz naranja del sol abraza la piel, como puedes sentir el aire puro entrando y saliendo de tus pulmones y recorre todo tu cuerpo, como las flores muestran su bello color. Eso es hermoso, las pequeñas y simples cosas que tiene la vida, se puede convertir en algo tan excitante y bello de ver que sientes paz y todo lo demás no importa. —Confesé perdida de la emoción por el momento—.

El mira todo el panorama, puedo ver cómo sus ojos resplandecen contemplando la naturaleza. Esta asombrado. 

—Si, es muy hermoso—dice sin palabras. Baja su mirada a nuestra más manos entrelazadas y se sonroja. Y yo, nerviosa, y en su mismo estado aparto mi mano rascandome la nuca—.

—Jaja perdón, es la emoción—dije algo avergonzada—.

—Puedes tomarme de la mano cuando quieras—dijo con una muy dulce voz—.

—¿A, sí? Mejor hazlo tú—le rete graciosa—.

—El me toma de la mano y besa mis nudillos—pues estoy encantado de hacerlo —mueve su pulgar delicadamente por el lugar donde me besó—.

Mi corazón late como loco, mi mente se descontrola y mi sonrisa se hincha. Este chico mueve todo dentro de mi...


La tarde es calmada nos pasamos caminando y hablando, y paramos un momento por un helado. Conversamos de las cosas que nos gustan, las que no, nuestras fantasías y hasta sueños frustrados, y caminamos. Mucho. Apesar de eso no me siento cansada, Terrant por el contrario, está jadeando de cansancio detrás de mi.

—Oye...—respira agitado— espera.... Caminad muy rápido.

—Jaja, ay por favor esto no es nada, anda flojo—retrocedo hacia el y cruzo mi brazo con el del estando a el mismo paso, poco a poco caminamos más despacio. 

—¿Porqué caminas tan rápido?—me pregunta—.

—Bueno pues en Colombia uno tiene que ponerse trucha.

—¿Qué?—pregunta confundido ante esto último—.

—Significa que tienes que ser rápido. 

—Ah okey ya entendí.

Nos quedamos en silencio un minuto hasta que habla

—Me gusta pasar el tiempo contigo.

Lo miro y sonrio enamorada mientras recuesto mi cabeza en su hombro.

—A mi también.


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