07| Miedos

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Me levante para ir a la cocina, pero antes pase por el baño y ahí estaba él, saliendo de ahí.

— Karen, buenos días.

Sonreí antes de contestar
— buenos días.

Estaba limpiando su cara con una toalla, pero traia pequeños Mechones mojados, entré y cerré la puerta, estuve pensando en como iré a la escuela así, no puedo necesito ir a mi casa para cambiarme, salí del baño y me lo tope sirviendo su desayuno.

— sobre lo que pasó ayer, volveremos a intentar que comas sin vomitar.
— no puedo.
— no seas pesimista, claro que sí puedes.

Camine hasta la mesa y me senté, el desayuno de verdad se me antojaba, hotcakes de manzana, algo nutritivo pero no estaba segura que mi cuerpo lo tolerará, pero esta vez decidí al menos intentar comer lo que hace tiempo no comía, y es que no solo es eso si no que después de un año de salir de la anorexia de nuevo e caído, le di un mordisco y realmente lo disfruté, sentir de nuevo ese sabor mi favorito la fresa el sabor de la fresa lo dejaba más delicioso, pero una vez que cayo en mi estómago se perdió todo lo que disfrute porque me provocó, fui corriendo al baño a vomitar y ahí estaba Joel en la puerta del baño.

— bien, no pudimos está segunda vez, entonces tendrás que beber algo que no te de hambre temprano.

Me sente en el suelo y me recosté en la pared
— es que no lo entiendes, yo quiero pero mi estómago no lo tolerará.
— Karen está bien no estoy molesto.
— no, es que yo quería comerlo, es mi desayuno favorito, ¡Pero ya no puedo! — dije derramando lágrimas de coraje.

— algún día lo volverás hacer, lo prometo.

Alce mi vista y mis ojos toparon con los de él un verde amarillento, era precioso lo admito me encantaba el color de sus ojos, pero aún así sus palabras no me ayudaban a tranquilizarme, me levanté y ambos volvimos a la mesa, pero él antes fue a la cocina.

— ten, te ayudará mucho — dijo entregandome un vaso de una bebida verde.

— ¿de que está echo?.
— no te lo diré, no quiero que vayas a vomitarlo si supieras de que está echo.
— eso sonó como que le habrás puesto algo malo, ¿le pusiste veneno?.

Sonrió al igual que yo.

— ¿que pasa por tu cabeza?, porque alguien como Yo quisiera asesinar a una chica linda como ¿tú?
¿Ummm?.

<<Chica linda>>, y uno de mis mayores miedo regreso, ¡Los halagos!, nunca en mi vida recibí halagos buenos, nunca había escuchado que alguien pudiera decirme lo maravilloso que soy o lo linda y hermosa que les parezco, siempre eran palabras que me rompían en mil pedazos, solo de una persona hubo una palabra que me salvó.
"Karen eres asombrosa, no ocultes lo que eres, tienes que ser tu misma", pero después esas palabras se convirtieron en un dolor más fuerte.
Él se sintió incómodo porque no contesté.

— emmm..............

No sabía ni que decir estaba nervioso.

— ¿Porque dijiste éso?.
— ¿Que?, ¿lo de que yo no asesinaría a una chica linda?.
— sí, ¿Porque lo dijiste?.
— pues porque es la verdad.
— ¿La verdad?.
— sí.
— mientes — contesté intentando no enojarme, pero de verdad odio los halagos, ¡Los odio!, porque no me lo puedo creer no lo puede tomar en serio, siento que solo lo dicen para que me hagan sentir bien no es por qué lo digan en serio.

— ¿Por qué mentiría? — preguntó confundido.

— espera, ¿piensas que miento hacia lo que dije de que eres una "chica linda"?.
— sí, si lo dices para subirme el ánimo no lo vas a lograr.
— nunca lo hice por eso, dije la verdad, ¿Que quieres? ¿que te mienta?.
— No, quiero que digas la verdad, se que lo que dijiste no es cierto.
— bien, bien, diré la verdad, no eres linda ¿De acuerdo?, eres hermosa y fin de la discusión — contestó para luego encerrarse en su habitación.

El arte oculto dentro de uno mismo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora