3

52 8 3
                                    

Yunho

Gracias a ese tal Mingi tuvimos que desviar un poco nuestros planes. No podíamos arriesgarnos a que Mingi llegara a abrir la boca y tuviera que posponer el plan con Yeosang. Nosotros cuatro no podíamos arriesgarnos a terminar en prisión. A quien se le ocurrió la idea de integrar a Mingi con nosotros fue a SeongHwa. Lo veíamos pocas veces ya que él estaba en otra carrera y otro grado.

A pesar de que nos gustaba pensar que éramos un grupo de amigos tranquilos y normales, no podíamos negar la pequeña obsesión que teníamos con los asesinatos. Cuando nos juntábamos y no jugábamos algún videojuego, nos entreteníamos viendo videos ya sean gore, historias de asesinos o transmisiones en vivo de chicos en aquella red profunda que nos encantaba navegar.

Mingi tampoco tenía la mejor reputación. Lo tachaban como un rarito, obsesivo con los videojuegos sangrientos y los zombies, y que no era bueno socializando. También era algo obsesivo con aquel chico que era su único amigo, HongJoong. No era de esperarse que estuviera pegado a él todo el tiempo. A veces lograba ver a aquel pelirrojo incómodo, pero apreciaba a su amigo y se quedaba con él.

Caminábamos por aquel edificio que llevaba un buen tiempo abandonado. Poner un negocio grande aquí en Retmogh era complicado; la gente no solía salir de sus casas, menos a un "antro" (boliche/bar). Con estos climas no solían salir de fiesta.

Mingi se veía confundido, lo cual a nosotros cuatro nos hacía reír. El único que se notaba algo desconfiado era San, como siempre. Llegamos a aquella zona donde estaba la prueba: Xiaojun, el compañero de clases de Yeosang, quien claramente sentía algo por mi Yeosang.

—Verás Mingi, nosotros hacemos todo por nuestros amigos, eso debe quedarte claro. Si a San alguien lo molesta, nos encargamos de él. Si a Yunho alguien le coquetea a su chico... nos deshacemos de él —hablaba SeongHwa mientras caminaba hasta el cuerpo atado de Xiaojun en aquella silla—. Y aquí debes ayudarnos en eso último, así podremos estar seguros de que ayudarte con HongJoong no será un desperdicio.

Lograba ver cómo Xiaojun forcejeaba ante las sogas que lo aprisionaban en aquella silla. El terror que desbordaba de sus ojos me hacía sentir vivo.

—Ves a este chico, se ha querido meter con Yeosang, el futuro novio de nuestro querido Yunho, y obviamente no podemos permitir esto, así que este es un regalito para él, pero tú tendrás los honores —ahora fue Woo quien se acercó a aquel rubio tomándolo de los cabellos de su nuca con fuerza para luego soltarlo con un empuje—. Al ser nuestro amigo, te otorgamos los honores... arrebátale el brillo de sus ojos.

San hizo su aparición. Al lado de la silla de Xiaojun había una mesa que pertenecía al local cuando aún estaba abierto; el 80% de los muebles seguían ahí. En ella colocó la famosa caja de herramientas. La abrió mientras una de sus extrañas sonrisas se formaba en su rostro al ver aquellos instrumentos que le servirían a Mingi, quien se mostraba desconfiado.

—¿Se refieren a que... debo matarlo? ¿Dios santo, lo han secuestrado? ¡Dios... dios, si hago esto están seguros de que HongJoong será mío? —decía tras trabarse un par de veces Mingi, nervioso y algo inseguro.

—Ey, ey, cálmate. Aun si el lugar es insonorizado, no debemos arriesgarnos. Y claro, tendrás lo básico para tener a HongJoong, ¿cómo crees que conquisté a San? Solo que fue su hermano en lugar de Xiaojun, obviamente —trataba de calmarlo Woo.

Mingi

Suspiré hondo, no estaba para nada seguro de lo que hacía, pero sentí cómo mi sangre corría por cada sentimiento en mis venas. Ardía en una excitación que no podía describir. Quería hacerlo, quería saber qué se sentía quitarle la vida a alguien, más si esto me aseguraba tener al amor de mi vida en mis manos.

Me acerqué a la caja que San había sacado. Había bastantes armas punzantes en ella, se les notaba el filo a cada una de ellas. Estaba la única que sabía usar, el bisturí. Gracias a la clase de disección, no me vería como un estúpido. Sentía los rostros de mis acompañantes observarme, sus miradas me brindaban presión. Pero el rostro que más me impactaba era el que tenía frente mío, aquellos ojos suplicaban por su vida, me pedían que me detuviera. Pero ya había avanzado demasiado, sabía que si retrocedía, esos cuatro acabarían conmigo. Sabía que SeongHwa era ex de HongJoong y no podía arriesgarme a que volvieran a estar juntos si yo me iba. No quería perder la confianza de nadie.

—Perdóname Xiaojun, pero te metiste con Yeosang, y él le pertenece a Yunho. Lo hubieras pensado antes.

Coloqué aquel filo brillante directamente en su cuello, del lado izquierdo, y empecé a presionar con fuerza mientras deslizaba lentamente por el ancho de este, logrando hacer desesperar a mi compañero. Al ir lento sabía que lo iba a hacer más doloroso y lo mantendríamos un poco de tiempo más vivo. Lograba ver cómo su piel empezaba a separarse tras el paso del filo. La sangre no tardó en aparecer en montones, salpicando un poco mi rostro. La sensación que eso provocaba en mí era preocupante; lograba emocionarme y me hacía querer seguir con la acción. Escuchar sus gritos ahogados por la cinta que cubría sus labios logró hacer temblar mi miembro, el dolor ajeno me gustaba sobremanera. Terminé con la acción pasando el bisturí por lo que quedaba de forma rápida, dejando un corte algo sucio, no en la fina recta con la que había iniciado. Terminé con una gran salpicadura de sangre en mi rostro. El olor me embriagaba por completo. Escuché un par de aplausos cuando la cabeza de Xiaojun cayó rendida. Acaricié su cabello y me alejé un poco.

—Eso fue bellísimo, Mingi, lo hiciste genial —me felicitó Yunho, quien colocó su mano en mi hombro dándome ánimos. Me alejé un poco y empezó mi terror.

Woo me guió a sentarme con ellos mientras veíamos a Yunho desquitarse con el cuerpo sin vida de Xiaojun, golpeando su cabeza con su puño de un lado a otro con una fuerza que lograba asustarme. Los que estaban sentados a mi lado parecían ya estar acostumbrados a tal brutalidad de aquel chico alto. Siempre había sabido que Yunho era un poco violento o soez con sus palabras, pero jamás imaginé que su violencia podría llegar a ser así. Los cuatro quedamos asustados cuando Yunho logró arrancar del cuerpo de Xiaojun su cabeza. Al parecer no fue suficiente para él, ya que la azotó con tanta fuerza en el suelo logrando hacer que la misma desprendiera pedazos de su piel y, al parecer, uno de sus ojos salió disparado por el suelo.

YOU WON? [YUNSANG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora