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Como el emperador esperaba, al dar la orden las quejas salieron como disparates, pues a ninguno de los dos le parecía la idea de trabajar juntos.

— ¿¡Por qué!?— preguntaba el chico de cabelleras acarameladas.

— ¡Es una tontería!— replicaba su hijo.

— ¡Ya basta los dos!— exclamó harto de las quejas.— El plan ya está, irán juntos como pareja a Wostania.

— ¿A qué carajos te refieres con pareja? Si esperas que actúe enamorado de un mendigo, créeme que yo— antes de terminar de hablar, fue interrumpido por su padre.

— ¡Por los dioses, claro que no!— comentó indignado.— Nunca permitiría que mi hijo fuera de ese tipo de personas.

— ¿'Ese' tipo de personas?— repitió Dan confundido.

— Ya sabes, de aquellos hombres que se sienten atraídos por otros hombres.— explico con expresión de asco.— Eso es un pecado imperdonable.

Dan se quedó callado ante tal comentario, ¿se suponía que eso era malo? Su abuela le había explicado que la gente de ese tipo era mal vista en la sociedad, sin embargo para él eran simplemente personas que deseaban seguir las dictaduras de su corazón. ¿Que tenía de malo eso?

— Ya veo.— contesto guardando su extenso discurso.— Entonces ¿Que tipo de pareja seremos?

— Irán como amigos.

— ¿Y a qué vamos?— pregunto ahora Jaekyung, que de un momento a otro se había callado con una expresión incómoda.

— Necesito que roben un collar con piedras de maná.— contesto mirándolos a ambos.— Se encuentran en la oficina del emperador en una cajita de cristal, la suele dejar allí pues tiene mucha confianza de la protección de su palacio.

— ¿Que es una piedra de maná?— pregunto Dan.

— Es una piedra preciosa que ayuda a intensificar los poderes de los magos.

— Y supongo que yo me encargaré de robarla ¿No es así?

— Así es.

— ¿Y yo para que voy?— pregunto Jaekyung, quién había escuchado todo en silencio.

— Eres el pasé de Dan para analizar cada rincón del lugar, si eres de ayuda harás lo que te diga ¿Bien?— Exclamó mirándolos con una mirada malhumorada.

— Bien— respondieron al unísono.

— Intenten planificar algo, su viaje será dentro de 2 días.

Y sin esperar respuesta, el emperador se fue dejándolos solos.

— Vaya mierda.— exclamó el príncipe dejandose caer en la silla.

Mientras tanto el ex-ladrón parecía pensativo, ¿robar en otro palacio? No era que dudará de sus capacidades, pero era un espacio nuevo, por lo que necesitaba bastante tiempo para analizar el ambiente y poder saber cómo liberarse de la seguridad.

— ¿Que tanto piensas sabandija?

Aquella pregunta lo saco de sus pensamientos, haciendo que lo mirará con disgusto. Definitivamente ese chico lo sacaría de sus casillas.

— ¿Cuánto tiempo crees que nos quedemos?

— No lo sé ¿Por qué? ¿Piensas robar algo más que el collar de maná?

— No, solo que necesito cierto tiempo para poder planificar todo.— explico enfadado.

— Bueno, probablemente nos quedemos únicamente tres días.

Entre Robos y CoronasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora