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Día 1

— ¿Y a ti que mierda te pasa?— pregunto Jaekyung mientras caminaban por el jardín.

— Nada importante.— respondió mientras le seguía el paso.

— Claro— contestó con sarcasmo.— Ya enserio ¿Qué carajos te pasa?

Ambos se detuvieron debajo de un árbol, siendo arropados por la sombra que les brindaba.

Jaekyung lo miraba con enfado, pues quería respuestas concretas. Y no, no era porque le preocupara, sino porque el idiota de Dan había estado actuando de manera rara, quedándose casi dormido por todos lados.

— Estoy bien, solamente no dormí en toda la noche— contestó sin más.

Parpadeó dos veces ante tal respuesta, ¿por qué carajos no había dormido? ¿Acaso estaba poniendo su salud en juego únicamente para perjudicar la misión?

— ¿Por qué no dormiste?— pregunto con irritación.

— Porque estoy tan emocionado de estar aquí que no puedo dormir.— dijo sarcásticamente.

— ¿Me vas a responder bien o necesitas que te obligue a hacerlo?

— Salí de mi habitación para investigar por la noche.— dijo con sinceridad.— Por la falta de tiempo tengo que presionarme.

— No deberías de descuidar tu salud simplemente por eso.— aconsejo sin pensarlo mucho.

— ¿Y por qué? No me digas ¿Te preocupas por mí?— cuestionó con burla.

Sin saber el porque sintió como una de sus mejilla se sonrojaba, haciendo que desviará la vista

— Tu salud es importante para la misión ¿No es así?— dijo mientras se sentaba en el suelo, recargando su espalda en el tronco del árbol.

— Sí, supongo que lo es.— contestó imitando su acción

El silencio los arropó una vez que dijeron eso, indispuestos a seguir hablando.

El aire golpeaba suavemente sus caras, creando una atmósfera pacífica. Llevándose por la situación cerró los ojos en busca de relajarse, cosa que se vió interrumpida por el inesperado calor que inundó a su hombro, lo cuál lo obligó a dirigir la vista hacia este.

Una de sus cejas se alzo al notar como Kim Dan se había tomado la libertad de recostarse en aquel lugar, acurrucándose como si fuera lo más cómodo del mundo.

— Ey, quítate que me pegas tus pulgas.

Silencio.

Solamente fue lo que recibió, simple silencio.

— Kim Dan, apártate.— repitió.

Nuevamente la misma respuesta, nada.

Se quedó observándolo en el mismo silencio, esperando acción alguna.
El castaño tenía los ojos cerrados, manteniendo en su cara una expresión tranquila. Sus labios estaban entreabiertos, viéndose...

¿¡Que diablos hacía viendo sus labios!?

Agitó su brazo apartando al chico, pero viendo como este estaba a punto de caer al suelo del lado contrario, —pues parecía tener un sueño muy pesado—, lo tomó rápidamente de los hombros, atrayendolo hasta su pecho.

Tras tales movimientos bruscos, la única respuesta que obtuvo de Kim Dan fue un leve arrugamiento en el puente de la nariz mientras que decía algunos murmullos.

— Tienes el sueño muy pesado.— dijo al aire.— Pero creo que podré cobrartelo cuando despiertes.

Se quedó en silencio dejando en paz al chico, mirando a su alrededor para estar atento de que nadie llegara. No obstante, poco a poco el sueño lo iba invadiendo, llegando a él sin que pudiera evitarlo.

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⏰ Última actualización: Aug 10 ⏰

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