—Dame un shot y apúrate.—dijo la castaña ya mareada.—No creí que ya ahí tomao' mucho?—pregunto su hermano ganandose una mala mirada de ella.
—Metio kliao.—dijo ella y cuando le pasaron el shot se lo tomó de una.
—A chao noma.—dijo su hermano.
—Me vas a dejar!—lloriquio su hermana.
—Si po',si me dijiste metió'—
—Pero,me dejaras igual que el jairo.—lloraba.
—El Jairo fue a buscar bebida noma exagera.—
—Callate,de seguro se fue con otra.—decia ella mientras las lágrimas bajaban.
—Pero emi.—dijo la Monse llegando ahí.
—Monseeeee te extrañe zorra!—dijo la castaña parándose del asiento en el que estaba.
Se tropezó con sus pies y casi cae pero su amiga la sujeto.
—¿Que te paso?—dijo ella agarrando sus mejillas.
—Nada po' estoy ma' bien que tú!—dijo la castaña riendo.
—Estai' cura' pero si me fui unos minutos!—reclamo la pelinegra y miró a su pololo.
—Fui ahí y no sé que paso!—dijo el y ella miró nuevamente a su amiga.
—Sientate,y el Jairo?—pregunto está.
—Me dejo,se fue con otra.—se puso a llorar denuevo.
El Diego la miraba sin saber que decir o hacer.
Era la primera vez que se había puesto a tomar así.
—Les molesto cierto?voy donde el jairo.—dijo ella limpiando las lágrimas de sus ojos.
Se paro y ellos la sentaron denuevo.
—Oigan!los denunciaré por acoso malditos!—decia ella mientras se reía.
—Emi!?—dijo el Jairo cuando llegó.
—Miamor!!—dijo ella estirando los brazos.
Este la abrazo y cuando se separaron la miró.
—¿en qué momento tomaste tanto?—pregunto el.
—No sé.—dijo la castaña y hizo con los hombros para arriba riendo.
—Te sientes bien?—pregunto el.
—Mejor que nunca.—
—Emi,encerio?—
—SIII!—hablo fuerte.
—No quieres que nos vayamos para la casa a acostarnos?—pregunto el.
—No querí' que este aquí cierto?—las lágrimas se asomaban.
—No,no es eso!—dijo el abrazándola.
Los tres chicos se miraban sin saber que decir.
—Ya yo,voy a buscar otra cosa.—dijo ella parándose y fue al bar.
—Dame un whisky porfa.—dijo y el niño asintió.
Se lo dieron y cuando estaba por tomarselo llegó el Jairo a su lado.
—No crees que es mucho?—pregunto.
—No.—dijo ella y se lo tomó al seco.
—Emi,vamono'?—dijo el agarrando su mano.
—Con una condición.—dijo ella y levantó su dedo.
—¿Cuál?—
—No sé déjame pensarlo.—dijo ella poniendo una mano en su cabeza.