No estoy seguro de que es lo que pasaba en mi mente durante el tiempo que estuve inconsciente, de alguna manera me sentía tan ajeno como si flotara en un espacio del que no era parte, todo eso mientras que mi mente lanzaba imágenes rápidas de recuerdos específicos de mi mente, mismos que de haber estado en orden o de tener una mayor duración seguramente hubieran creado una secuencia interesante, sin embargo ese no era el caso pues entre la forma aleatoria que estos se mostraban también se hallaban imágenes que nunca en mi vida había visto.
Ese extraño sentimiento que duró lo que para mi fueron unos minutos terminó cuando sentí una molestia en mi rostro, pues había un rayo de luz que caía directamente sobre mi rostro haciendo que no pasará mucho para que me despertará, en un inicio me quedé completamente quieto mirando un techo blanco que únicamente hacía que la luz rebotara en la habitación, sin embargo note algo raro pues el techo de mi habitación no era blanco sino morado y tenía las constelaciones pintadas, lo sabía bien porque yo mismo ayudé a mi papá a pintarlas cuando era pequeño; sin embargo en el techo que miraba en ese momento no había ni una sola estrella.
Lo siguiente que percibí es que la cama se sentía más dura de lo usual y finalmente que había un penetrante aroma a medicinas acompañado del sonido constante de un pib, pib que indicaba que tenía conectado a mi brazo un medidor de pulso, con eso entendí que estaba en un hospital, el problema es que no entendía porque lo estaba.
Lo último que recordaba antes de ese extraño sueño era que estaba abrazado a mi hermana mientras le rogaba que no se fuera, también que sostuve esa extraña piedra y sentí un ardor terrible seguido de un dolor en mi cuerpo, al ser consciente de eso me llegó a la mente la idea de que estaría con mis manos quemadas por haber tomado esa piedra, por lo que, de inmediato moví mis brazos para conseguir ver mis manos notando que estas se encontraban en perfectas condiciones. Eso me confundió demasiado.– ¡Dee! ¡Al fin despertaste!
La voz de Jake me sacó de mis pensamientos, gire mi cabeza para ver a mi hermano que lucía realmente agotado, parecía que no había dormido en horas, algo que me preocupó pues no entendía qué había pasado para que yo estuviera en el hospital y Jake en ese estado.
– ¿Jake? ¿Qué me pasó? Yo… recuerdo que estaba hablando con Kion… se estaba preparando para irse y… después todo está muy borroso…– le expliqué aún confundido, sabía que mi hermana me había empujado pero no pensaba que fuera tan grave como para que yo terminara en el hospital.
– ¿Kion? Dee… hubo un incendio en la casa… fue solo en la habitación de Kion y cuando llegué tu estabas en ella inconsciente, te traje al hospital de inmediato porque no reaccionabas.Las palabras de mi hermano solo lograron confundirme más, no entendía cómo era posible que se desatara un incendio en la habitación de mi hermana conmigo adentro y que yo ni siquiera me diera cuenta, así como el hecho de que no tuviera ninguna herida. Sin embargo, la expresión de mi hermano era suficiente para que yo entendiera que no estaba bromeando o exagerando.
El problema es que yo no entendía lo que pasaba.
El doctor llegó, se trataba del mismo que me había atendido cuando fue el accidente, lo recuerdo porque al igual que un año atrás llevaba bordado en el cuello de su bata blanca un patito amarillo, un detalle bastante llamativo; el tema es que este doctor comenzó a explicarme que posiblemente me había desmayado por inhalar humo, sin embargo destacó que era impresionante que aún con eso hubiera salido intacto del incendio. Claramente me dieron el alta ese día tras comprobar que yo estaba en perfectas condiciones.
Como era lógico le dijeron a mi hermano que encontraron en mis brazos algunas cortadas, de las cuales ya había unas cuantas que se volvieron cicatrices, cuando íbamos camino a casa de mi madre Jake me cuestionó al respecto, le dije que habían sido accidentes, no estoy seguro de que me creyera.
En el camino mi hermano me explicó más a fondo lo que había ocurrido el día anterior cuando regresó de la tienda con todo lo necesario para nuestra noche de películas.
El tema es que Jake nunca había visto ni a Kion, ni la piedra rara y menos los brillos que me cubrieron junto a mi hermana, él había llegado a la casas y se asustó porque no me vio en la sala, en su lugar me escuchó gritando en la habitación de Kion, por lo tanto subió a toda velocidad para saber lo que pasaba y cuando llegó al segundo piso vio el fuego que únicamente estaba en el interior de la habitación y dejó de escucharme, llamó a emergencias para reportar lo ocurrido y entró a buscarme encontrándome en el suelo inconsciente y rodeado del fuego que consumía hasta el último recuerdo físico de que mi hermana estuvo ahí, cuando la ambulancia y los bomberos llegaron él se fue conmigo al hospital mientras que mi madre y Marcus se habían quedado a checar los daños.
Cuando llegamos a la casa mi madre nos recibió un tanto indiferente y me exigió irme a mi habitación con frialdad mientras que a Jake le pidió quedarse con ella para hablar, yo no dudé ni un segundo y le obedecí subiendo al segundo piso, me detuve frente a la habitación de mi hermana que ahora estaba completamente destrozada por el fuego, extrañamente este panorama solo se notaba en el interior del dormitorio, nada de su puerta o ventanas hacia el exterior de la habitación estaba dañado, era como si una barrera invisible evitará que pudiera salir el fuego de ahí.
Jake dijo que no había rastros de que Kion hubiera estado en la casa, que posiblemente fue un sueño de cuando me desmayé, pero yo sabía que mi hermana de verdad había estado ahí, de que hablé con ella y la abracé pidiéndole que no se fuera.
Tras quedarme ahí de pie por un momento tomé el valor suficiente para entrar, necesitaba entender lo que pasó esa noche, tenía demasiadas dudas en mi mente como para simplemente quedarme sin investigar, ¿por qué Jake no había encontrado ningún rastro de Kion en la casa? ¿Cómo inició el fuego? y quizá una de las dudas más importantes que tenía en ese momento era acerca del misterioso brillo que me había cubierto cuando tomé la piedra que sostenía mi hermana, realmente quería entender si eso fue real o solo una alucinación generada por el humo del fuego como le había explicado la doctora a mi hermano.
Caminé por la habitación, verla completamente destruida por las llamas me hacía sentir triste, era como si con ellas la existencia de mi hermana se hubiera incinerado, una manera de borrar todo rastro de ella en el mundo, pero eso tenía que ser imposible, mi hermana solo dijo que se iría, eso significaba que seguía por ahí en algún lado.
Observé en el suelo un pequeño libro negro con decoraciones doradas y sin título, se encontraba en medio de las cenizas de la habitación, sin embargo no estaba sucio o maltratado, en lugar de eso parecía brillar de una manera curiosa de entre los escombros, haciendo que se volviera llamativo para mi, con cuidado me agaché y lo tomé, era extremadamente ligero por lo que no me costó ningún trabajo levantarlo por lo que comencé a revisarlo con cuidado, al abrirlo noté que todas las páginas estaban vacías algo que me llamó aún más la atención; sin embargo mientras lo revisaba sentí una extraña sensación cálida, como si algo me envolviera muy suavemente, casi como si me cubrieran con una manta suave, una sensación similar a la que tenía cada vez que mi hermana o mi papá me abrazaban.
Durante el tiempo que estuve en la habitación de Kion revisando ese misterioso libro pude distraer mi mente de las múltiples dudas que tenía, sin embargo esa repentina paz se vio interrumpida de una manera fugaz con una palabra.
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Katrin: La magia de ser yo.
Fantasy¿Qué ocurre cuando inesperadamente llega a tu vida la oportunidad de tener un poder que hasta ese punto es desconocido? Ciertamente la pregunta es un tanto complicada, seguramente algunas personas se dedicarían a disfrutar de ese poder, otros le ten...