Chocolate para la tristeza

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7 años.

Una pequeña niña con una larga cabellera castaña peinada en dos coletas con listones azules llegó a casa cabizbaja acompañada por su hermano mayor que cargaba su mochila; la pequeña estaba cabizbaja y tenía los ojos llorosos, pues en la escuela no le había ido exactamente bien.

–¿Cómo está mi pequeña heroína?– preguntó su padre dejando por un momento su trabajo para recibir a sus hijos.

La pequeña saludó a su papá con un tono muy apagado, le dio un abrazo y fue a dejar su mochila a su habitación; el hermano mayor se acercó a saludar a su papá y antes de que preguntara por la actitud de la pequeña le comentó.

– Otra vez tuvo problemas en la escuela, su profesora les mando un citatorio– Dijo el hermano mayor entregando el documento a su papá.

– ¿Te explico lo que pasó?– Preguntó el adulto revisando el documento donde se pedía que alguno de los padres fuera a la escuela al día siguiente para hablar de "Problemas escolares"; el hermano negó con la cabeza y su padre le agradeció dejando el citatorio en su escritorio, acto seguido se levantó y fue a ver a la menor de sus hijas.

La pequeña lloraba en su habitación abrazando un panda de peluche y acurrucada en su cama; el adulto al ver esa escena sintió un dolor que sólo entendería un padre al ver así a su pequeña, se acercó a ella y se sentó a su lado, suavemente le hablo pero la pequeña seguía llorando, entonces el adulto tomo un oso de peluche que estaba cerca y lo puso junto a la niña.

– Hola– dijo en una voz chillona– Dee.... Dee...– comenzó a llamarla fingiendo que el oso lo hacía– ¿Por qué lloras? ¿Acaso algún villano malvado te atacó hoy?– Pregunto curioso.

–Si.... Muchos– dijo la menor sin soltar a su panda– Me llamaron fenómeno.... Y dijeron que estoy loca– Dijo con la vocecita quebrada por la tristeza.

– ¡¿Qué?! ¿Pero por qué hicieron eso? Ellos deben ser los verdaderos fenómenos si actúan así– contestó enojado el osito.

– Es que estábamos jugando a las princesas y los héroes.... Y dijeron que todas las niñas eran las princesas y que los niños debían rescatarlas porque eran los héroes..... Pero yo quise ser un héroe... Porque no me gustan las princesas... Pero los héroes son geniales.... Y dijeron que los héroes solo eran los niños.... Y les dije que yo también lo era.... Y comenzaron a decirme muchas cosas feas– dijo llorando más al no entender el motivo de lo que decían sus compañeros, en su mente ella también era un héroe.

– Pues que tontos... ¿Acaso no saben que hay muchos héroes diferentes? Nadie puede definir el tipo de héroe que quieres ser– dijo el osito– Y tú puedes ser el héroe que quieras

La pequeña soltó el panda de peluche y abrazó a su papá que correspondió a la acción de la niña y le permitió llorar y desahogarse hasta que se calmara.

– ¿Por qué los niños son tan malos papá?– Preguntó triste la pequeña dejando de llorar poco a poco.

– No lo sé pequeña heroína, muchas veces es difícil entender el motivo de que las personas actúen de ciertas maneras; pero... ¿Sabes qué si sé?– preguntó secando las lágrimas de su hija.

– ¿Qué?.

– La fórmula secreta para hacer que cualquier día, por malo o gris que sea, se convierta en uno colorido y alegre.

La pequeña lo miró curiosa, a lo que su padre la tomó de la mano y la llevó a la cocina donde la sentó en una silla del desayunador y sacó dos tazas grandes, una era negra y la otra azul con estrellas; puso a calentar un poco de leche, después fue a la alacena y sacó una bolsa de bombones junto al bote de chocolate en polvo.

Katrin: La magia de ser yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora